Santiago Martín

El trasfondo de una foto

La seriedad que el Papa Francisco mostraba en una de las fotos que se han hecho junto al presidente Trump ha dado mucho que hablar

Santiago Martín
MADRID Actualizado: Guardar
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La seriedad que el Papa Francisco mostraba en una de las fotos que se han hecho junto al presidente Trump ha dado mucho que hablar. Especialmente si se compara con la sonrisa que lucía el Pontífice cuando recibió al entonces presidente Obama. El comunicado oficial de la Santa Sede dice que la reunión fue cordial. Incluso el Santo Padre dedicó a Trump algunos minutos más que a otros jefes de Estado. Es posible, por lo tanto, que el Papa estuviera cansado en ese momento y que su rostro no fuera un reflejo del disgusto que sentía al tenerse que fotografiar con un hombre al que criticó por su anuncio de construir un muro con México. También es posible lo contrario.

Lo cierto es que Trump se encuentra en una situación delicada dentro de su propio país, con la sombra del «impeachment» sobrevolando su cabeza, con una política interior restrictiva en lo concerniente a la protección de los más pobres y con una política exterior que aún no ha encontrado una línea clara de actuación. En esas condiciones, quizá lo que convenía era justo lo que se ha visto. Las fotos, lo mismo que las armas, las carga el diablo y luego quedan ahí para la posteridad, como sucede con otras, hechas junto a otros mandatarios, que circulan profusamente en la red.

Pero más allá de la foto, lo cierto es que Trump ha extendido la mano para colaborar con la Iglesia católica en el mundo en general y en Estados Unidos en particular. La defensa de la vida y la familia que está llevando a cabo la actual administración, establece puentes de diálogo que estaban rotos con el presidente anterior; el nombramiento de alguien muy cercano a Trump como embajadora en el Vaticano -la esposa de su amigo Newt Gingrich-, demuestra que quiere seguir de cerca lo que pase en Roma. Ni siquiera le van a echar para atrás en este empeño las críticas que ya está recibiendo por parte de algún obispo por su recorte en las prestaciones sociales en el nuevo presupuesto. El Vaticano y Estados Unidos tienen y quieren entenderse. Es bueno para todos y ambos lo saben. La foto, en este caso, es sólo una anécdota, por más que sea llamativa.

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