«Trankila, ke vas a estar lejos, muy lejos»: las amenazas de muerte a su ex del palentino que no verá crecer a sus hijos

«La tengo que matar», dijo al ser reducido por el cliente de un bar situado frente al lugar donde con un cuchillo para abrir ostras intentó acabar con la vida de su expareja

Agentes de la Policía Nacional conducen al detenido por agresión a su exmujer al Juzgado número 6 de Palencia, en marzo de 2017 MARTA MORAS (EL NORTE DE CASTILLA)
Érika Montañés

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«Trankila, ke vas a estar lejos, muy lejos» (sic) y «te voy a matar, voy ahora mismo a por un cuchillo » fueron frases lapidarias que Fernando M.B., vecino de Palencia y de 37 años dirigió a través de mensajes de WhatsApp a su ex, M.M. También lo hizo presencialmente el día que se dirigió a recoger los enseres al domicilio que habían compartido mientras estaban casados. Él repitió las amenazas de muerte a su ex delante de sus dos hijos, que tenían 1 y 6 años de edad. Eran las 20.55 horas del 3 de marzo de 2017. Así continuó hasta las 1.39 horas de la madrugada. Alas 10.00 de la mañana siguiente, y con un «cuchillo abreostras de 5,6 centímetros de longitud» le asestó «cinco pinchazos» de gran profundidad dentro del coche donde ella llevaba a sus pequeños para entregárselos a su padre.

MARTA MORAS / FOTOS CEDIDAS POR EL NORTE DE CASTILLA

Fernando fue condenado a diez años y dos meses de prisión por tratar de acabar con la vida de su expareja, con orden de alejamiento durante diez años respecto de sus dos niños. La Audiencia de Palencia dictó esa resolución, que ratificó el pasado marzo el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León. Pero una sentencia comunicada ahora por la Sala Segunda del Tribunal Supremo modifica la medida y cambia la orden de alejamiento de los niños por la inhabilitación a ejercer la patria potestad. Fernando no podrá ver a sus hijos ni ejercer durante una década su derecho de paternidad , una decisión que tildan de «histórica» las organizaciones de mujeres y juristas que desde hace años vienen defendiendo que «un maltratador no puede ser un buen padre».

«Privarles de su madre»

El Alto Tribunal resuelve con este fallo, del que ha sido ponente Vicente Magro, que «el condenado no puede reclamar el derecho a la patria potestad cuando su intención era dejar a los niños sin su madre, a sabiendas de que es una de las experiencias más traumáticas que puede sufrir un ser humano». Precisamente, la mujer de 38 años herida cumplía el régimen de visitas cuando su ex la agredió en su coche, estacionado frente a un bar de donde salió un cliente e impidió que Fernando acabase con la vida de ella. Los dos niños estaban en el vehículo. El pequeño no era consciente de qué estaba ocurriendo, pero el mayor trató de frenar a su padre y, como consecuencia, «presenta bloqueo cognitivo y ansiedad».

«La tengo que matar», profirió encolerizado Fernando, que comenzó a autolesionarse y tuvo que ser reducido por varias personas más. El reproche no puede ser –dice el Supremo– «una mera pena de prohibición de aproximación o comunicación con sus hijos» , sino la absoluta anulación para el autor de su derecho a relacionarse con sus hijos. Es «autor de un crimen o su tentativa», y como tal, se ha ganado el «desmerecimiento» al ejercicio de la patria potestad, aclara.

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