Fabricio Ortega, presidente de FENADEE
Fabricio Ortega, presidente de FENADEE - FOTO CEDIDA A ABC
Terremoto Ecuador

«Todos somos Ecuador sin distintivo de partido político ni ideología»

Fabricio Ortega es ecuatoriano, pero vive lejos de su tierra desde hace 17 años. A través de los ojos de su familia ve lo que está ocurriendo en su país después del terremoto

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El pasado 16 de abril un terremoto hizo temblar a Ecuador. Eran las siete de la tarde (las doce del mediodía en España). El número de muertos asciende a, al menos, 659 y el de heridos a más de 27.700. Son muchos los ecuatorianos que viven en España, en Madrid, y que están pendientes de lo que ocurre en su país. Uno de ellos es Fabricio Ortega, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Ecuatorianos en España ( FENADEE). Lleva 17 años viviendo en Madrid con su mujer y sus dos hijos. Dice sentirse mitad español y mitad ecuatoriano y vive lo que está pasando en su país casi en tiempo real, gracias a lo que le cuentan sus familiares y amigos.

¿Cómo se enteró de la noticia?

Era la madrugada del domingo, sobre las dos de la mañana. Estaba despierto y me conecté a las redes sociales. Me empezó a escribir mi hermano: «¡Temblor!» Yo le dije: «¿De verdad?» Otro familiar me puso: «¡Terremoto!» Y le pregunté: «¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Qué ha pasado?» Entonces ya vi en todas las redes que había habido un terremoto en Ecuador. Fue cuando me preocupé y de inmediato hice un grupo de «WhatsApp» con toda mi familia. Es muy buen idea para estos casos. Empecé a preguntar una y otra vez cómo estaba mi mamá… cómo estaban todos por allá. Todos comenzaron a escribir y mandar fotos. Casi de primera mano vi lo que había ocurrido, cómo se estaban cayendo los edificios. Todo.

¿Y cómo describe su familia la vida en Ecuador en estos momentos?

Están entre que duermen y no. Tienen una bolsa lista a la entrada de la puerta de la casa. Es duro, terrible. Tienen el miedo y el susto metido en el cuerpo porque encima se produjeron réplicas, temblores fuertes.

¿Cómo dicen que es vivir un terremoto?

Cuentan que no creían que existiese algo así hasta que lo han vivido en sus propias carnes.

¿Tiene algún familiar que haya sido afectado?

Un sobrino estuvo desaparecido durante 24 horas y nos dio un susto a toda la familia. Es un chico de 23 ó 24 años. Todos estaban hablando por el grupo de «Whatsapp» que yo había creado. Todos menos él. Nos dimos cuenta de que no aparecía y nos preocupamos. Al día siguiente apareció con pequeños golpes y raspones. Lo que le había pasado era que no tenía el teléfono operativo. Al momento del terremoto se cayeron las redes eléctricas, se rompieron las tuberías de agua… los servicios básicos no existen. En zonas como Manta o Pedernales es complicado acceder a internet y a la línea telefónica.

¿Conoce más casos de afectados?

Sí. También hay dos familias ecuatorianas que conocí en España. Una de ellas solo había ido de visita a Ecuador e iba a volver en poco tiempo. El día del terremoto la familia y los amigos le había preparado una fiesta despedida. Durante la celebración, el padre salió con los amigos a comprar algo. Cuando se produjo el terremoto, la casa de hundió y él perdió a su familia. Si uno lo cuenta y ya le causa esa sensación de miedo y de pena, ¿cómo lo estará viviendo él?

El otro caso es el de una familia de cuatro miembros: papá, mamá, un niño de diez años y una niña de ocho. Regresaron a Ecuador hace tres años y se establecieron en Pedernales. Tenían su casita y, en la planta baja, un taller de mecánica. Cuando se produjo el terremoto el padre no estaba en la casa; perdió su vivienda y a su familia. Él está vivo pero ha perdido a su gente. Son cosas que quedan marcadas para estas personas. Quedan las secuelas. ¿Cómo se cura eso? Las cosas materiales las puedes recuperar pero una vida humana jamás.

¿Cree que si la catástrofe hubiera ocurrido en otro país el resultado habría sido diferente?

Ningún país del mundo puede combatir este tipo de cosas, ninguno está preparado para esto. No estamos libres. Las carreteras se abren, los edificios se parten en dos y se caen... es impresionante. Países con grandes infraestructuras como China o Japón también se han visto afectados por seísmos y muchas cosas se han ido abajo igual. Nunca se sabe. Cuando la tierra tiembla, es un desastre.

¿Qué están haciendo en la federación para ayudar?

El lunes 18 nos reunimos, no solo las asociaciones, sino también ecuatorianos que no pertenecen a ningún grupo, para ver cómo podíamos colaborar. Se hizo una lluvia de ideas y se decidió formar una plataforma desde la que trabajar: Todos somos Ecuador. Nos pusimos en contacto con la embajada para que reconociera este frente y la plataforma fuera legal.

Nuestro objetivo es ayudar a los compatriotas afectados que han perdido sus casas, sus negocios, su familia. Gente de otras muchas nacionalidades también se ha volcado. Nos ha apoyado cediéndonos espacios físicos para que hagamos eventos solidarios. Cada uno aporta su grano de arena. En esta plataforma, todos somos Ecuador sin distintivo de partido político ni ideología.

¿Cómo se puede colaborar?

Tenemos casi cincuenta centros de recogida repartidos por distintos puntos de Madrid. También recogemos lo que la gente dona en furgones y luego lo depositamos en la nave que tiene un amigo en Villaverde Alto. Se necesita ropa de verano porque allí el clima es tropical, jabón en barra y en líquido, medicinas de primeros auxilios… Otra cosa que escasea es la sangre. En Cruz Roja hay una campaña destinada a que vayan a Ecuador todos los litros de sangre que hacen falta. Y una buena idea es hacer donaciones de dinero para que las cosas que se necesitan se compren directamente en Ecuador y vaya reactivando la economía.

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