Seis claves para entender por qué la ketamina es el prozac del siglo XXI

Estados Unidos da luz verde a la esketamina, el primer antidepresivo que se inhala en forma de aerosol y actúa de forma inmediata

ABC

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Estados Unidos ha dado luz verde a la comercialización de la esketamina, un nuevo antidepresivo de acción rápida para personas que no responden a ningún tratamiento . La llegada del fármaco, que comercializa Janssen, es la primera buena noticia en tres décadas para las personas que sufren depresión. Pero el nuevo medicamento llega también rodeado de polémica. Es un derivado de la ketamina, un potente anestésico utilizado ilegalmente como droga recreativa. Con ayuda de los psiquiatras Eduard Vieta, jefe del servicio de Psiquiatría del Clínic de Barcelona, y Luis Caballero, jefe de servicio de Psiquiatría de HM Hospitales, contamos por qué la esketamina se puede convertir en el prozac del siglo XXI.

¿Es la primera vez que se utiliza la ketamina como antidepresivo?

No. Hace nueve años la revista Science ya describía cómo este potente anestésico y droga alucinógena regeneraba las conexiones entre las células cerebrales dañadas por la depresión, además de mejorar los síntomas. En España, centros como el Hospital Clínic de Barcelona disponen de un protocolo que permite tratar a pacientes que no respondían a los antidepresivos convencionales. Se hacía como un tratamiento de uso compasivo, una vía para los medicamentos que no están autorizados.

¿Qué ventaja tiene la esketamina?

La primera es que la esketamina se puede administrar en forma de aerosol por la nariz y no es necesario hacerlo por vía sanguínea como la ketamina. Los ensayos clínicos han demostrado que es un fármaco seguro, aunque tenga efectos secundarios. "Pero sobre todo porque la respuesta es superrápida. No es útil para todo el mundo, pero quien responde nota un efecto casi inmediato; el mismo día o al día siguiente, cuando los antidepresivos convencionales tardan semanas", explica Vieta, que participó en los ensayos clínicos que ahora han permitido su autorización. Ese alivio rápido ayuda también a luchar contra el riesgo de suicidio y a los días de incertidumbre desde que comienza el tratamiento. Con los antidepresivos convencionales, los efectos adversos de la medicación se notan desde el primer día, pero la mejoría, si llega, no lo hacía hasta semanas más tarde.

¿Para quién está indicado?

En principio, se indicará en depresiones difíciles de tratar. A enfermos que no responden a ningún tratamiento convencional, aquellos que solo tienen como opción el electroshock o la estimulación cerebral como última salida. "Aunque sería una pena desaprovechar un medicamento con una acción tan rápida. Creo que estaría bien indicado, en personas que no consiguen mejorar tras fracasar con dos tipos de medicamentos diferentes. Probablemente, se aconsejará en combinación con otros antidepresivos", propone Vieta, también director científico del Cibersam.

¿Cuáles son los principales efectos secundarios?

Puede elevar la tensión arterial y producir un efecto psicotrópico. Al ser un fármaco de la familia de la ketamina, proporciona un efecto de bienestar y de euforia, pero también la disociación de la mente y el cuerpo. «Las sensaciones que se experimentan son extrañas. No son alucinaciones pero quien lo toma tiene la sensación de verse desde lejos, como si estuviera en una película y las cosas se deforman un poco», explica Eduard Vieta, jefe de Psiquiatría del Clínic de Barcelona. Aunque este efecto suele desaparecer a la hora y media, Vieta considera que sería prudente utilizarlo bajo supervisión hospitalaria como ha decidido Estados Unidos. De esta manera, también se podrá controlar la dosis y su aplicación que no es tan sencilla como la de un inhalador nasal convencional.

¿Solo preocupan los efectos psicotrópicos?

No, también su potencial adictivo, de ahí la polémica surgida en Estados Unidos. La autorización del medicamento llega en un momento en el que el país está inmerso en una epidemia de opioides que comenzó con la prescripción masiva de analgésicos muy potentes para el dolor crónico. La sanidad estadounidense parece haber aprendido la lección y para evitar el uso abusivo del nuevo fármaco o su derivación hacia el mercado negro no se venderá con receta en las farmacias. Solo podrá administrarse en centros sanitarios. El etiquetado de las cajas también llevará la máxima advertencia para alertar a los pacientes de los efectos de atención y juicio que puede experimentar. "Creo que es una decisión muy prudente y sería buena su administración hospitalaria también cuando llegue a España", opina el psiquiatra Luis Caballero, de HM Hospitales.

¿Su llegada es comparable al prozac hace 30 años?

"El prozac democratizó el tratamiento de la depresión", recuerda Caballero. "Dio una herramienta nueva y segura que ya no tenían miedo de utilizar los médicos de atención primaria. La esketamina es la primera gran novedad desde entonces y promete dar una solución a los casos de depresión resistente. Además tiene un mecanismo de acción diferente. Así que, sí , puede hacerse el paralelismo con la llegada del prozac, aunque aún tenemos que hablar de el nuevo medicamento con prudencia.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación