Sardinas, el próximo caviar

Europa decide el próximo mes si prohíbe la pesca de uno de los pescados más populares por estar al borde de la extinción

Nuria Ramírez de Castro

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Una buena sardina es mejor que una mala langosta, sentenciaba el cocinero Ferrán Adriá. Con toda seguridad, Adriá se refería a la llamada sardina ibérica («sardina pilchardus»), la más apreciada por su textura y sabor, la que se pesca en el golfo de Cádiz, el mar Cantábrico y en el Atlántico de Galicia y Portugal. También es la que se reserva para las conservas gourmet.

Este pescado no solo hace las delicias de los paladares más exigentes. Es tan sabroso como saludable y, además, es un manjar al alcance de todos los bolsillos. O, al menos, lo era. La sardina ibérica está en peligro de extinción y podría convertirse en un producto de lujo, como el caviar o la langosta. En la mesa habrá (peores) sardinas, como las que se pescan en aguas mauritanas, francesas o marroquíes, pero no más portuguesas, gallegas, asturianas, cántabras o vascas.

La voz de alarma la ha dado el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES), un organismo científico que vela por los recursos naturales del Atlántico Norte. En su último informe ha recomendado la captura cero de la sardina ibérica, es decir prohibir por completo su pesca por la escasez en aguas del Cantábrico y del Atlántico. En el peor de los escenarios, el parón podría prolongarse durante 15 años para dar tiempo a la especie a recuperarse.

También las cigalas

La sardina ibérica no es la única especie a la que se ha recomendado la captura cero. Se intentó con la anchoa, aunque finalmente se desestimó. Y ahora está impuesta a la pesca de las cigalas del cantábrico y Galicia.

El ICES es un organismo científico consultivo, sin poder decisorio, aunque sus opiniones cuentan y mucho. Por eso la propuesta mantiene en vilo a Portugal y España, los dos países afectados. Desde 2012, la flota ibérica tiene restricciones en la captura de estos pequeños peces de lomo azulado y vientre plateado, pero la medida no ha sido eficaz, según el Consejo del Mar. Ahora Europa tiene la última palabra. Las nuevas restricciones de pesca se abordarán en la Comisión Europea, en el Consejo de Pesca que se celebrará en diciembre. La medida, de tomarse, no será solo un desastre gastronómico, sino una tragedia para las miles de familias de pescadores que viven de su pesca en Portugal y en España.

El Gobierno español y el del país vecino están muy preocupados por las nuevas recomendaciones. Los dos países propondrán a Europa reducir la pesca de la sardina ibérica, pero sin llegar a la captura cero. «Trabajamos en un escenario de recuperación más lento para no cesar la actividad drásticamente y dar garantía a nuestra flota. Nuestra propuesta será reducir nuestra cuota de pesca de 17.000 toneladas a 14.000», explica a ABC Alberto López Asenjo, secretario general de Pesca. El Ministerio cree que si se tomara la decisión más drástica muchas familias quedarían en la ruina y, después, recuperar el mercado sería muy complicado. López Asenjo recuerda que ha habido informes similares sobre el mal estado de la anchoa «y se recuperó espectacularmente con una reducción de la actividad. Ni siquiera se cerró por completo la pesca del atún rojo».

Aguas demasiado cálidas

Las reservas de sardinas sufren variaciones cíclicas. La especie tiene una recuperación lenta debido a su ciclo de vida largo. De aguas frías, también está acusando la subida de temperatura del mar debido al cambio climático y la contaminación de los plásticos. Por eso, el Ministerio de Agricultura y Pesca pide que no se demonice exclusivamente al sector pesquero.

El «stock» de la sardina ibérica es el peor desde que se tienen datos. «La población está muy mal. En los últimos años ha habido un reclutamiento (nacimiento) muy bajo. Estamos en una situación de colapso de la pesquería. Ahora la cantidad de sardinas es tan baja que con este escenario será difícil que haya reclutamiento. Nuestros modelos nos indican que hay pocas posibilidades de que se recupere, salvo que se deje de pescar. Es una recomendación científica ante una situación muy grave, que no se ha tomado a la ligera. Europa deberá tener en cuenta los efectos sociales y económicas de la decisión», indica Francisco Velasco, uno de los expertos que trabaja en el CIES, el organismo internacional que ha recomendado la captura cero.

Sobrepesca, factores climáticos, cambios en el ciclo de las especies..., nadie sabe muy bien por qué están naciendo menos sardinas en nuestras aguas. En biología pesquera se sabe que en ocasiones se producen eventos de nacimientos muy fuertes «sin saber muy bien por qué sucede», reconoce Velasco. Esos son los años buenos y malos de las anchoas , las sardinas y otros peces pequeños.

Los científicos que vigilan las reservas marinas «cuentan» los peces marinos con distintos sistemas. Uno de ellos es la medición con sondas acústicas que dan información de la abundancia de bandadas de peces. Se hacen campañas en primavera y verano en toda la costa atlántica y en el cantábrico. Otra fórmula empleada es la medición de puestas de huevos en el filtrado del agua. Teniendo en cuenta los huevos y las hembras en la época de puesta durante la primavera se puede saber la abundancia de ese año.

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