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Enrique Fernández de Córdoba y Calleja - FOTO: ISABEL PERMUY / VÍDEO: CAROLINA MÍNGUEZ

La prueba de que el crucigrama da vida

Cova-2 es testimonio manifiesto de que en la vejez el cerebro aún puede reactivarse

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«Procuro que el crucigrama sean algo más que palabras que encajan con unas definiciones. Hacer que la gente, mientras está desayunando, rebusque en su intelecto no solo palabras, sino también dosis de cultura, literatura, mitología, historia... y humor». Enrique Fernández de Córdoba Calleja (nieto de Saturnino Calleja, el de los cuentos) es Cova-2, el «heredero» de un imperio de crucigramas publicados durante 65 años en ABC. Tras la muerte de Cova, su hermano Gonzalo, hace siete años, él heredó nombre y legado. «Llevo 2.587 y en todos ellos el esqueleto, la espina dorsal, es la palabra de 11 letras. A partir de ella, que no puede tener dos consonantes y dos vocales seguidas, porque eso lo complica todo, elijo la palabra de 9 letras y a partir de ahí encadeno una tras otra», comenta Enrique, fresco como una margarita en primavera a sus 80 años.

Su lucidez mental quizás venga, precisamente, de su labor y afición a la que al principio dedicaba más de horas y media al día y ahora los encaja en 25 minutos. «Mi récord está en 12 minutos», dice a ABC, al que recibe en su casa. A su lado, Paloma, su esposa, que canta en un coro y cuyo primer comentario semanal es el de los problemas que encontraron sus coetáneas para hallar una palabra. El WhatsApp echa humo también, con mensajes de amigas que no aciertan con una de las propuestas de Cova-2.

En sus definiciones, cruza enunciados poéticos; los hay también profundos y reflexivos; sarcásticos... y hasta alguno conflictivo. «La que se armó el día que metí "feto" como embrión procreado por un hombre y una mujer y a la que cierta ministra no quiere llamar humano. Hay cientos de comentarios en internet por eso», recuerda Enrique Fernández de Córdoba. Ahora se resiste a introducir definiciones ideológicas. «Tampoco malsonantes, aunque hace poco salió “culo” y...».

Mas, Junqueras y el reciclaje

«En los viejos tiempos, puse “político catalán que está deseando irse de España” ». Buscaba un apellido de tres letras, pero podría reutilizarse ahora para encajarla en una de diez. O de nueve.

Pero no quiere abusar del reciclaje. Tiene una lista de términos y procura no repetir, aunque a veces rebusca en unos 500 números anteriores y reutiliza alguna. Corre el riesgo de que se le acaben o acaba sisándolas a la Biblia («da mucho juego», dice con gracia), al diccionario («lo consulto cada pocos minutos»), a internet, o hasta a los programas de televisión que juegan con las palabras.

«Nuestro» Cova-2, como gusta en llamarse a este octogenario para sentirse parte de la Casa de ABC, concibe a su lector, al otro lado del encadenado de palabras, como alguien «maduro», con cierto nivel cultural y grandes dosis de sorna.

El formato heredado

En cuanto a la técnica y formato para elaborarlos, no quiso cambiar la que ideó su madre junto a su hermano Gonzalo en 1952 y sedujo a Torcuato Luca de Tena para meterla en la parte postrera del rotativo. Este entretenimiento que consiste en rellenar un casillero con palabras que se entrecruzan se vertebra a partir de la palabra de once letras.

El jueves 29 de abril de 2010 se publicó el primer crucigrama de Cova-2 y cada mañana se divierte pensando que hay alguien riéndose detrás del juego que propone. «Mis vecinos deben pensar que estoy chalado, porque ando deprisa por la calle, me paro, anoto una palabra en una libreta, y sigo andando».

Pero pocos tan lúcidos como él a sus 80 años. «Ejerzo la memoria –sonríe– y la hago ejercitar». Recientemente, un estudio presentado en la Conferencia Internacional del Alzhéimer le dio la razón. Las personas mayores que hacen con regularidad pasatiempos de palabras, encadenados, crucigramas, sopas de letras y sudokus tienen un cerebro diez años más joven que lo que corresponde a su edad, según un gran estudio realizado por expertos de la Facultad de Medicina de Exeter, en Gran Bretaña. Los participantes, todos personas sanas a partir de 50 años, demostraron ser mejores en tareas relacionadas con la atención, el razonamiento y la memoria. Prodigiosa como la de «nuestro»  Cova-2.

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