Portugal aprueba el uso del cannabis para fines medicinales

Los comunistas dieron finalmente su apoyo tras eliminarse las referencias al autocultivo, y hasta los conservadores del PSD votaron a favor

MARTIN BERNETTI

Francisco Chacón

El Parlamento portugués ha aprobado el uso del cannabis para fines medicinales , aunque con ciertas condiciones y solo después de eliminar las referencias al autocultivo, que era lo que frenaba el apoyo de los comunistas.

De hecho, la propuesta conjunta del Bloco de Esquerda (BE) y del partido Partido Animalista (PAN) llevaba encallada unos cuantos, precisamente por esta circunstancia.

El documento se trasladó a la comisión parlamentaria de Salud y, finalmente, las modificaciones han surtido efecto de manera plenamente aceptada, en vista de que no solo el bloque de la izquierda votó a favor, sino también los conservadores del PSD. Únicamente el CDS-PP se plantó la abstención.

La norma establece que debe ser un médico quien prescriba este tipo de medicamentos o preparados a base de la planta del cannabis: desde aceites hasta la flor deshidratada. Pero, eso sí, no como uso exclusivo, sino necesariamente combinado con otros métodos terapéuticos convencionales. Al mismo tiempo, se refuerza el papel de Infarmed, la agencia estatal de medicinas.

Fue exactamente después de la pasada Navidad cuando el BE comenzó a presionar al Gobierno socialista de António Costa para sacar adelante este proyecto de ley. ¿Por qué tuvo que pasar por la comisión parlamentaria de Salud y no fue aprobado directamente en el Parlamento a las primeras de cambio? Porque una grieta en la izquierda radical, que apoya al Gobierno socialista en minoría, hizo que no estuviese garantizada la mayoría absoluta.

Choque de partidos

El Bloco de Esquerda y el PAN (Personas, Animales, Naturaleza) presentaron la iniciativa, pero sus supuestos socios comunistas se echaron atrás al mostrarse en contra del punto de la discordia , el relativo a permitir el autocultivo en pequeñas cantidades.

La razón no era otra que un hecho disuasorio para el Partido Comunista portugués: no se fiaba de que favorecer este último aspecto se convirtiera en la puerta de acceso para el uso recreativo de la marihuana .

Su posición crítica, por tanto, acabó sumándose a la negativa frontal de la oposición conservadora, formada por el PSD y el CDS-PP, aunque a la postre los primeros mudaron su postura y dieron el sí.

El recurso a desviar el proyecto hacia la Comisión de Salud del Parlamento luso se alzó como única tabla de salvación para evitar que fuese tumbado estrepitosamente.

Se abrió así un periodo de reflexión que, de manera evidente, desembocaría en la eliminación de cualquier referencia a un hipotético autocultivo, toda vez que la postura de los comunistas podía ablandarse si desaparecía esa cláusula. Igualmente, se exige la identificación y el registro tanto del doctor que llegue a realizar la prescripción en su día como del paciente .

Quedaba claro que el BE (partido que concuerda con parte de los planteamientos de Unidos Podemos) no estaba por la labor de reforzar los mecanismos de control que diferenciaran con rotundidad la legalización para fines medicinales del uso lúdico. Una vez más, salían a la luz sus divergencias con sus teóricos aliados comunistas. Pero no les quedó más remedio que ceder, si no querían que la propuesta fracasara.

Plena actualidad

El Ejecutivo socialista, por su parte, defendía que la utilización en sentido terapéutico es «una cuestión de salud y de humanidad» . En cambio, el CDS-PP expresó que «no es serio hablar, en torno a este asunto, de una urgencia social que no existe».

En cualquier caso, el tema está de plena actualidad en el país vecino , como demuestra el reciente dictamen (no vinculativo, eso sí) del Colegio de Médicos de Portugal a favor del uso terapéutico de la marihuana. Claro que tampoco estaba de acuerdo en dar luz verde al autocultivo, por si acaso los usuarios pudieran abrir un hueco para llenar sus casas de plantas de esta hierba.

Hasta el ex presidente Jorge Sampaio, de 78 años, terció en la polémica para dar su opinión favorable a regular esos fines medicinales. Y saltó recientemente al primer plano una carta abierta firmada por numerosos intelectuale s y profesionales cualificados de la Salud en los mismos términos.

Hasta el pasado mes de enero, nadie había mencionado la cuestión del autocultivo como un posible obstáculo para su aprobación, de manera que puede considerarse una pequeña victoria de los comunistas haber conseguido que el debate pasase a girar alrededor de este punto y, sobre todo, que finalmente se suprimiera cualquier indicio al tema en el texto definitivo.

Por su parte, el minoritario PAN ha venido reiterando que “sería bastante hipócrita” por parte del Estado portugués negarse a satisfacer a los enfermos que, según ellos, aguardan la aprobación con ansiedad.

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