Casos activos de violencia de géneroFuente: Sistema de seguimiento integral en los casos de violencia de género. Sin datos de Cataluña ni País Vasco. Gráfico: ABC

La Policía vigila a 193 mujeres en alto riesgo de agresión

El comisario jefe del sistema VioGén explica cómo funciona esta tupida red de 40.000 personas que protegen solo a aquellas víctimas que denuncian

MADRID Actualizado: Guardar
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Son 887 mujeres muertas hasta principios de este mes. A falta de concretar algunos casos en investigación, y computándose esa cifra desde 2003 poco antes de la aprobación de la ley integral contra la violencia de género, la violencia de género tiene sobre la mesa más víctimas mortales que la abominable violencia de ETA. Lo dijo Javier Maroto, dirigente del PP y portavoz de Asuntos Sociales, y muchos se deshicieron en críticas. Lo cierto es que la fría estadística así lo dice. Son 887 historias que comenzaron con amor y terminaron en odio acérrimo. Todas ellas le queman en las manos a Jorge Zurita, comisario principal de la Policía Nacional encargado de un entramado de 39.478 personas que forman el llamado sistema VioGén.

Una notificación de un movimiento penado
Una notificación de un movimiento penado

Entre agentes de la Guardia Civil (17.239) y de la Policía Nacional (10.736), mossos, unidades de Policía Foral, policías locales, unidades de coordinación y violencia, servicios sociales y del Ministerio de Justicia, esta tupida red nació en 2007 para ampliar la cobertura a las víctimas que sí denuncian a sus posibles agresores. La novedad es que el próximo semestre se incorporarán los servicios sanitarios.

Cuando va a cumplir el próximo verano diez años de vigencia, su principal muñidor, el comisario Zurita, detalla a ABC los pasos que se han avanzado en esa protección. «Hoy estrenamos los movimientos de penados», dice satisfecho, y muestra una de la notificaciones que recibe él, Instituciones Penitenciarias y todas las unidades a las que atañe la protección de una mujer en concreto. Este «movimiento» es el que enviará un SMS a la mujer dañada por un hombre, cuando éste salga de la cárcel. Le avisará de que está en la calle. Y la protección policial -5 o 6 agentes, para repartirse las 24 horas del día los 365 días del año- aumentará, sobre todo si la mujer es de aquellas que están catalogadas como de «riesgo extremo». Explica Zurita: «Son aquellas a las que van a matar, si no hoy, mañana». En el último dato que facilita, a 28 de febrero de 2017, se puede comprobar que hay diez mujeres a punto de ser asesinadas, tres de ellas en Castilla-La Mancha, dos en Andalucía.

La clave es la denuncia

De los 52.060 casos activos de mujeres que interpusieron una denuncia por violencia de género en España, 183 tienen riesgo «alto» de sufrir una agresión machista; 4.156 riesgo «medio»; 19.388 riesgo «bajo»; y en 28.323 casos «no se apreció riesgo». Los que más preocupan a Zurita son los de graduación menor, precisamente porque la vigilancia policial no es tan amplia.

Y hablamos siempre de mujeres que acuden a denunciar, o sus familias, porque VioGén es un paraguas que solo las cubre a ellas. A apenas un 20%, estima el comisario Zurita, en una teoría del «iceberg» que recoge la necesidad de empoderar a los estamentos «hundidos» en el agua, y que están formados por mujeres extranjeras («nos preocupan en extremo las rusas», reconoce, y otras culturas que llevan tatuada la violencia como el procedimiento habitual para dominar a una mujer); menores que controlan hasta el pintalabios de su chica; y mujeres mayores que justifican que «su Antonio siempre ha sido así, es su forma de querer». Ellas estarían en el tercer escalón, pero sobre ellas, en el segundo y a punto de visibilizar su tragedia, se encuentran las que solicitan asistencia jurídica y médica, pero no se atreven a interponer una denuncia contra su pareja o expareja.

En la zona más profunda, las «mujeres que se lamen sus heridas, solo quieren el silencio. Son las que dicen que se han caído o golpeado ellas con torpeza», detalla el policía.

Educar, concienciar y empoderar a la mujer son lemas de Zurita para sacarlas de la zona hundida y dar la vuelta a las estadísticas de denuncia. Según el Observatorio del Poder Judicial, el año pasado cada día 390 mujeres se animaron a denunciar. Parece que «algo» está calando. Aunque, como sentencia el comisario, lo «invisible» es más difícil de demostrar. «Me humilla, me ignora, me desprecia», son actitudes del día a día para muchas mujeres que se sienten incapaces de denunciar, contrasta Zurita.

Metidos en el sofisticado «software» de VioGén, se comprueba que las víctimas denuncian más por la mañana, en torno al mediodía, cuando sus agresores están trabajando. El momento álgido son, también, los domingos por la noche. Sorprende, igualmente, que se cuentan por centenares aquellas que han vivido con varios agresores.

En estos casi diez años, VioGén se ha consolidado como un sistema pionero en el mundo, con medidas como los Planes de Seguridad Personalizados (PSP) y las detecciones automatizadas del riesgo de agresión (DAR-AA), que envían notificaciones instantáneas sobre el agresor y la víctima que ayudan al control del caso, como que hay un menor en custodia, si hay antecedentes o el quebrantamiento de una orden de alejamiento impuesta.

Registro de armas

«Se ha hecho un esfuerzo importante con nuevos servicios web y en la cooperación policial internacional, porque no queremos que una mujer sufra violencia de género, ni cuando está en España ni cuando regresa a su país. Nos da igual de dónde sea la mujer, no queremos que haya ni una sola desatendida. Si todo este sistema sirve para haber salvado la vida de una mujer que iba a ser maltratada, merece la pena». El próximo paso es incluir también el registro de armas: «Hay ocho millones de escopetas de caza en el país y el agente debe saber que en la casa donde va a intervenir, hay un señor que tiene una». Lo dice el comisario, mientras su correo electrónico echa humo con las notificaciones relativas a todas las víctimas denunciantes del país.

«La gente culpa de esta violencia a los policías. “Fabricar" un agente formado para cubrir a mujeres en riesgo me cuesta cuatro años. A ellas les pido que judicialicen su proceso, porque si no, es imposible que las podamos proteger. Se necesitan medios y recursos, pero la policía acude en el último momento de esa historia», que comenzó con amor, y terminó, en 887 casos en España, en muerte. Se despide el comisario: «Pero no podemos olvidar a las miles de mujeres “muertas en vida”, que sufren tentativas de homicidio, grandes depresiones, quedan tetrapléjicas tras un ataque y no entran en nuestras estadísticas, porque el dato de asesinadas es el más objetivo».

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