Polémica en París por la instalación de urinarios solo para hombres a orillas del Sena

Quienes pasean en barco turístico por el famoso río pueden ver cómo los hombres vacían sus vejigas expuestos a las miradas de todo el mundo

Un hombre utiliza uno de estos urinarios a orillas del río Sena AFP

Agencias

Un conjunto de urinarios respetuosos con el medio ambiente, pero completamente expuestos a las miradas de quienes pasean por París, desplegados en las calles de la capital francesa está causando revuelo entre los residentes.

En concreto, hay uno que, si cabe, llama más la atención que el resto, al estar en uno de los principales lugares de la ciudad: a escasos metros de la catedral de Notre Dame , y perfectmanete visible desde los barcos turísticos que pasean por el Sena.

Han sido ya varios los residentes que se han quejado sobre esta localización al Ayuntamiento , y están planteando hacerlo también a través de una recodiga de firmas.

Los urinarios, metálicos y pintados de rojo y destinados para los hombres, están ubicados en plena calle y tienen una ligera cobertura lateral, pero el usuario queda bastante expuesto cuando los usa .

La orina va directa a un contenedor con paja para minimizar los olores y el Ayuntamiento la recoge cada día para crear con ella fertilizantes.

«De momento es experimental, la idea es que complete los existentes, los 450 que hay en todo París que tienen puerta automática, gratuitos, de los que cerca de la mitad son accesibles las 24 horas», explicaron a Efe fuentes del consistorio.

«No hay necesidad de poner algo tan incómodo y feo en un lugar histórico», dijo Paola Pellizzari, de 68 años, dueña de una tienda de arte veneciana. «Está al lado de la casa más hermosa de la isla, el Hotel de Lauzun, donde vivió Baudelaire», aseguró.

Además, la queja de esta comerciante no se basa solo en la estética, sino que teme que este urinario en concreto «incite al exhibicionismo» , pues está instalado a unos 20 metros de un colegio de primaria.

El diseñador del «Uritrottoir» —como se ha denominado a este invento— asegura que es la solución menos dañina con el medio ambiente para orinar. Pero a los residentes no les convence.

«Es horrible», dijo el propietario de 50 años de una galería de arte cercana. «Nos dicen que tenemos que aceptarlo, pero esto es absolutamente inaceptable. Está destruyendo el legado de la isla. ¿No pueden las personas comportarse?», se pregunta.

Sin embargo, las autoridades de la ciudad insisten en que los dispositivos eran necesarios. Por el momento, hay cuatro , situados en zonas en las que, según las autoridades, orinar en la calle se había convertido en un problema habitual. Además, plantean habilitar un quinto urinario.

«Si no hacemos nada, los hombres seguirán orinando en las calles», defienden las autoridades. «Si realmente molesta a la gente, encontraremos otra ubicación».

Algunas personas, además, han calificado la instalación de estos urinarios de una medida sexista : «Es una propuesta sexista: los hombres no pueden controlarse y así toda la sociedad tiene que adaptarse», dijo Gwendoline Coipeault, del grupo feminista francés Femmes Solidaires. «El espacio público debe transformarse para causarles una incomodidad mínima».

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