El Papa visitar a los damnificados por un terremoto en 2016 para sacarlos del olvido

La reconstrucción de Camerino ha sido mínima y están desanimados

El Papa, protegido con un casco, visita la Catedral de Camerino REUTERS | Vídeo: AT
Juan Vicente Boo

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Cada vez que Italia sufre una catástrofe natural, el gobierno y otras autoridades lanzan una cascada de promesas, pero después las olvidan. Por eso el Papa Francisco ha viajado este domingo a Camerino , en la región de Las Marcas para visitar personalmente a los damnificados por el terremoto de octubre de 2016 y sacarles del olvido. En dos años y medio no se ha reconstruido prácticamente nada.

La emoción se hizo intensa cuando el Papa ha comenzado a entrar una tras otra en media docena de las casas prefabricadas que sirven de refugio a los vecinos. Eran familias normales, que le ofrecían dulces o refrescos y le pedían que se hiciese fotos con ellas.

Francisco aceptó una galleta en la primera casa, pero luego daba las gracias sin tomar nada «porque no puedo estar comiendo todo el día como las gallinas». A su vez, el fotógrafo del Papa se encargaba de hacer las fotos con el teléfono móvil de alguno de los damnificados, que de vez en cuando incluían también al perrito en la foto.

Ya en la calle, ha afirmado: «Me gustaría visitar cada casa, y quiero decirles que me siento cercano a todos ustedes, que rezo por ustedes para que esta situación se resuelva lo antes posible. Gracias por su paciencia y valentía. Recen por mí».

El Santo Padre se ha puesto un casco de bombero para entrar en la catedral, cerrada al culto por peligro de desplome, donde ha depositado un ramo de flores a los pies de una imagen mutilada de la Virgen que perdió la cabeza en el terremoto.

REUTERS

La protección civil desbrozó la plaza principal en los días anteriores y preparó sillas para los 1.200 asistentes a la misa, entre los que figuraban una treintena de discapacitados, enfermos o ancianos en lugar de honor. Incluyendo las distintas paradas, el Papa ha saludado a más de cinco mil personas en este domingo de fiesta de la Santísima Trinidad.

En su homilía, Francisco dijo a los damnificados que «Dios sí que les recuerda. Se ‘re-cuerda’, que significa que ‘vuelve con el corazón’, porque estamos en el suyo. Y mientras en la tierra las cosas se olvidan deprisa, Dios no nos deja caer en el olvido ».

También les ha hablado de «cercanía» pues «la Trinidad nos dice que no tenemos un Dios solitario en lo alto del cielo, distante e indiferente. No, es un Padre que nos ha dado a su Hijo y que nos envía su Espíritu. Dios, que es Espíritu, viene a nuestro espíritu y nos consuela por dentro, nos lleva a la intimidad de la ternura de Dios».

Poco después, en el Ángelus, el Papa ha pedido «un recuerdo particular para los refugiados en la Jornada Mundial que les dedica Naciones Unidas. Esta Jornada nos invita a todos a la solidaridad con los hombres, mujeres y niños que huyen de las guerras, persecuciones y violaciones de derechos fundamentales».

Al mismo tiempo ha pedido «que nuestras comunidades eclesiales y civiles estén cerca de las víctimas y atentas a sus necesidades y su sufrimiento».

Después del almuerzo con los sacerdotes de toda la zona dañada por el terremoto, el programa del Papa incluye un encuentro con los niños de la primera comunión y sus familias. En total son solo siete horas pero, para Camerino y sus alrededores, suponen el regreso a la vida.

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