El Papa impone la birreta cardenalicia a Miguel Ángel Ayuso Guixot y Cristóbal López Romero

España es el tercer país en cardenales electores después de Italia y Estados Unidos

El Papa Francisco junto a los cardenales durante la ceremonia en la Basílica de San Pedro en el Vaticano REUTERS
Juan Vicente Boo

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En una ceremonia sobria pero elegante en la basílica de San Pedro, el Papa Francisco impuso la birreta y entregó el anillo este sábado a diez nuevos cardenales electores, incluidos el sevillano Miguel Ángel Ayuso Guixot , misionero comboniano, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, y el almeriense Cristóbal López Romero , salesiano, misionero en Paraguay y Bolivia antes de su nombramiento como arzobispo de Rabat en 2017.

La delegación española estuvo encabezada por la vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo, lo cual normaliza el nivel de representación de nuestro país después de varios años de envío de funcionarios de nivel llamativamente bajo.

Con un total de ocho, España pasa a ser el tercer país en número de cardenales electores después de Italia con 23 y Estados Unidos con nueve. En la estadística oficial del Vaticano figuran solo seis, pues Cristóbal López Romero aparece en la lista de Marruecos, lo mismo que el agustino recoleto navarro José Luis Lacunza, obispo de David, aparece en la lista de Panamá.

Los otros cinco electores son Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid; Luis Ladaria, prefecto de la Doctrina de la Fe; Carlos Osoro, arzobispo de Madrid; Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia; y Juan José Omella, arzobispo de Barcelona.

En su breve homilía, el Papa invitó a los nuevos cardenales a vivir « la compasión, una palabra clave en el Evangelio , escrita en el corazón de Cristo, escrita desde siempre en el corazón de Dios».

Francisco subrayó que «lo divino es compasivo, mientras parece que lo humano, por desgracia, está muy desprovisto de ella». Incluso en las propias filas pues, según dijo: «Muchos comportamientos desleales de hombres de Iglesia provienen de la falta de este sentido de la compasión recibida, y de la costumbre de mirar a otra parte: la costumbre de la indiferencia».

Sacrificios por la Iglesia y el Papa

Por ser el de mayor dignidad, Miguel Ángel Ayuso Guixot dio las gracias al Papa en nombre de los nuevos cardenales haciendo notar que la mayoría de los trece -pues hay tres de mas de ochenta años, que no participan en el cónclave ni pueden tener ningún cargo- son religiosos y misioneros, con experiencia mundial .

Ayuso recordó las palabras del beato Marcelino Spínola, cardenal de Sevilla y conocido como «el arzobispo mendigo», en 1905: «Decid al Santo Padre que yo no seré capaz de hacer grandes cosas, pero estoy dispuesto a sacrificarme por la Iglesia y por el Papa como me he sacrificado por mis fieles».

Con estos nombramientos, el total de cardenales electores asciende a 128, superando la cifra máxima de 120 por poco tiempo, pues cuatro purpurados cumplirán los 80 años de edad antes del 31 de diciembre.

Los 67 cardenales electores nombrados por Francisco superan por primera vez la mitad del total, seguidos por los 43 de Benedicto XVI y los 18 de san Juan Pablo II.

Los cardenales tendrán un impacto en el gobierno de la Iglesia

Aunque estos números pueden tener cierta influencia en la elección del sucesor -un mecanismo bastante impredecible-, lo cierto es que tendrán un impacto en el gobierno de la Iglesia, pues cada cardenal forma parte del consejo de dos o tres departamentos del Vaticano.

Los diez nuevos cardenales electores reflejan las prioridades del pontificado : las periferias, los países pequeños, los inmigrantes, el espíritu misionero, el diálogo con las otras religiones y la protección del medio ambiente.

La nueva «hornada» incluye tres miembros de la Curia vaticana: el español Miguel Ángel Ayuso Guixot , presidente del Pontificio Consejo de Diálogo Interreligioso; el canadiense de origen checo Michael Czerny , responsable de la sección Migrantes y Refugiados; y el portugués José Tolentino Calaça de Mendonça , responsable de la Biblioteca Vaticana y del Archivo Secreto.

El grupo de europeos incluye a Matteo Zuppi , arzobispo de Bolonia, miembro de la Comunidad de San Egidio, y Jean-Claude Höllerich , arzobispo de Luxemburgo, jesuita y antiguo misionero en Japón, presidente de los obispos de la Unión Europea.

Hay también dos latinoamericanos -el cubano Juan de la Caridad García Rodríguez , arzobispo de La Habana, y el guatemalteco Álvaro Ramazzini Imeri , obispo de Huehuetenango-, un africano, el arzobispo de Kinshasa, y un asiático, el arzobispo de Yakarta.

Entre los cardenales mayores de ochenta años destaca el británico Michael Louis Fitzgerald , cesado en 2006 como presidente del Pontificio Consejo de Diálogo Interreligioso, que Benedicto XVI pensaba fusionar con otro hasta que el incidente del discurso de Regensburg, en septiembre de ese año, le llevó a restituir el pleno nivel al departamento.

Y hay también un «mártir» («testigo») de la fe: el antiguo arzobispo de Kaunas (Lituania), Sigitas Tamkevicius , jesuita, que pasó diez años en cárceles y campos de concentración, incluido uno en Siberia.

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