El Papa en la ciudad de los Focolares: «¡No olvidéis que María era laica!¡Era una laica!»

Afirma que «a sus 50 años, la historia de Loppiano está solo comenzando»

El Papa ha obsequiado con un rosario a Maria Voce, presidenta de los Focolares Afp
Juan Vicente Boo

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En su visita a Loppiano , la primera de las 25 ciudadelas internacionales de los Focolares en todo el mundo, el Papa Francisco ha dirigido a la presidenta María Voce y a todo el movimiento un mensaje fundamental: «¡No olvidéis que María era laica! ¡Era una laica! La primera discípula de Jesús, su madre, era laica».

Lo recordaba a la «Obra de María», fundada por Chiara Lubich, el único movimiento cuyo estatuto establece que sea dirigido siempre por una mujer . Su primera sucesora, María Voce, fue también la primera mujer abogado en su Cosenza natal, y ha vivido mucho tiempo en Estambul. La sintonía con el Papa Francisco se notaba en la mirada de ambos y en el ambiente de alegría de los siete mil participantes en el encuentro

El consejo general de los Focolares, formado por 64 personas, tiene como co-presidente a Jesús Morán , un sacerdote criado en Cercedilla y licenciado en Filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid antes que en Teología por la Pontificia Universidad Lateranense de Roma, y que ha dado también la bienvenida a Francisco

La visita del Papa a Loppiano, una pequeña ciudad de Toscana donde viven 850 personas de 65 países, es en realidad una visita a los 120.000 miembros de los Focolares y a los dos millones de seguidores y simpatizantes en 194 naciones.

Francisco -que llegó en helicóptero procedente de Nomadelfia- los ha animado a «construir una cultura del encuentro entre las personas las culturas y los pueblos», siguiendo su carisma «de la unidad, que no es la uniformidad», para crear «una civilización global de alianzas».

Respondiendo a tres preguntas de los participantes en el encuentro, el Santo Padre los ha animado a «no perder vuestra franqueza, ‘parresía’; la valentía con que los santos como Abrahán y Moisés hablaban incluso a Dios». Y eso, tanto en el anuncio del mensaje como «dentro de la comunidad, donde hay que ser siempre sinceros y francos; ni tímidos, ni perezosos ni hipócritas».

También les ha dicho, al margen del discurso escrito, que deben vivir «con sentido del humorismo, incluso en los momentos más difíciles. Pedid al Señor la gracia del buen humor, la actitud humana que más nos acerca a la gracia de Dios».

En Loppiano tienen su sede 200 de las 800 empresas que favorecen en todo el mundo la «economía de comunión» propuesta por Juan Pablo II, así como diez institutos de educación entre los que destaca el Instituto Universitario Sophia, erigido por la Santa Sede, que pronto inaugurará, según Francisco, «un campus en América Latina, lo cual me alegra vivamente».

Hablando a los siete mil participantes de todas las religiones a la puerta del santuario «María Theotokos» (“Madre de Dios”), el Papa les ha asegurado que, al cabo de 50 años, «la historia de Loppiano está solo comenzando. Es una pequeña semilla lanzada en el surco de la historia y produce ya brotes preciosos, pero debe desarrollar raíces robustas para dar frutos sustanciosos al servicio de la misión de anuncio y encarnación del Evangelio de Jesús».

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