«O estás conmigo o no estarás con nadie»

El relato del fiscal sobre el crimen de Rosa María, en Canteras, Cartagena, refleja la obsesión y la frialdad de su exnovio

Rosa María Sánchez, quien murió asesinada con 20 años LV

José Alberto González (La Verdad)

En menos de veinticuatro horas, el infortunio se cruzó dos veces en el camino de Rosa María . Y la segunda vez, trágicamente y para siempre. Aquel 20 de septiembre de 2017, vio de repente por Cartagena a Adrián, el muchacho con el que, hasta dos meses antes, había mantenido una relación de año y medio que ella interrumpió, porque la convivencia le resultaba «insoportable».

Estaba asustada ante la presencia de su ex, porque él vivía en Málaga, su ciudad natal, y porque ya en julio se había presentado en la puerta de su casa de la localidad cartagenera de Canteras para verla a toda costa. En aquel momento, la Guardia Civil llevó a Adrián a la estación de autobuses, para que saliera de la ciudad, y Rosa María decidió no denunciarle. Pero dos veces era demasiado.

Aquel 20 de septiembre era domingo y, en el cuartel de la Benemérita en Cartagena, no le tomaron la denuncia. No estaba el Equipo de Violencia Sobre la mujer . Sin tiempo que perder, a la mañana siguiente, lunes, a las nueve de la mañana, acompañada por su padre, Rosa María pudo por fin dejar constancia oficial antes los agentes de su temor hacia quien, obsesionado, ese verano le había estado enviando mensajes de todo tipo.

Unos habían sido al móvil, vía Whatsapp, y otros en público, vía redes sociales de internet. Adrián pasó de pedirle que volviera con él a soltarle obscenidades y amenazarla, con frases machistas y cada vez más inquietantes: «Solo eres para mí»: «si no estás conmigo, no estarás con nadie»; «te vas a enterar» ; y «ahora que me has bloqueado en todo, voy a ir a por ti, chavala».

Tras cumplimentar el trámite ante el Instituto Armado, Rosa se despidió de su progenitor, quien tenía que marcharse a Murcia por motivos de trabajo. Fue la última vez que se vieron. De vuelta al domicilio familiar, esta vez junto a sus abuelos maternos, nada más entrar en la casa se topó de bruces con su peor pesadilla.

Aquella mañana, el verano y la vida acabaron abruptamente para Rosa, salvajemente acuchillada hasta 47 veces por Adrián , cuya brutalidad y aparente premeditación han llevado a la Fiscalía a pedir su condena por 30 años y nueve meses de prisión: 25 por el delito de asesinato con alevosía y ensañamiento; tres años y tres meses por el de allanamiento de morada, con violencia o intimidación; y dos años y seis meses por amenazas.

Tanto el escrito de acusación presentado por el fiscal del caso, al que ha tenido acceso 'La Verdad' , como distintos testimonios y datos recabados en la fase de instrucción reflejan cómo el acusado, quien acaba de cumplir 24 años, «decidió matar» a Rosa, quien tenía 20, y cómo le arrebató la existencia sin importarle sus súplicas.

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