César Nombela

No renunciar a la dignidad

En situaciones en que se cuestiona el propio concepto de dignidad humana, con todo su contenido y matices, es importante que surjan voces clarificadoras de lo que son sus alcances

César Nombela
MADRID Actualizado: Guardar
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En situaciones en que se cuestiona el propio concepto de dignidad humana, con todo su contenido y matices, es importante que surjan voces clarificadoras de lo que son sus alcances. El reciente pronunciamiento del Comité de Bioética de España (CBE) sobre la maternidad subrogada representa una de esas voces. La tecnología ha supuesto un firme puntal de la Medicina, para el mantenimiento de la salud y el bienestar humanos. Pero, cuando la tecnología altera aspectos esenciales de la propia naturaleza en algo tan fundamental como la relaciones de filiación entre padres e hijos, solo cabe un pronunciamiento en favor de la dignidad del ser humano, de todos y cada uno de los que integramos la única especie inteligente capaz de un comportamiento ético.

El que un ser humano no pueda ser tomado exclusivamente como medio resulta un principio irrenunciable. Y, como señala el Comité, «la mujer que presta su cuerpo para gestar el niño de otro consiente en que un tercero la reduzca a la condición de mero instrumento». De ahí que la maternidad subrogada atente contra la dignidad de la mujer gestante, además de abrir un sinfín de interrogantes que no pueden tener una solución satisfactoria. Entre ellos, el número de embriones a transferir a la mujer, la reducción embrionaria o el aborto, incluso las circunstancias del parto.

La alteración fundamental de las relaciones de filiación alcanzaría incluso a la llamada gestación altruista, cuya existencia real además de más que dudosa. El extenso y documentado informe del CBE no ignora la complejidad que afecta a la cuestión en su conjunto, que va desde la dispar legislación en distintos países, hasta los derechos de quienes hayan sido gestados por encargo, que son igualmente seres humanos con todos sus derechos. La emancipación del ser humano respecto de la biología no debe hacerse a costa de los derechos del niño ni de la madre que lo gesta y con la que se vincula permanentemente.

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