Más que un juguete: legos al servicio de la ingeniería

Experiencia de adolescentes navarros tras haber ganado una dura competición de diseño de robots de Lego

Participantes en el concurso de robots ABC

Josefina G. Stegmann

Fotos en blanco y negro, un cassette de grandes éxitos, el olor de un plato favorito en la cocina...Hay imágenes, sonidos y olores que, indefectiblemente, nos llevan de regreso a la infancia. En ese cúmulo de recuerdos, los lego llegan hasta el presente, porque aún siguen fascinando a los más pequeños.

Este mítico juguete continúa siendo el centro de la diversión de las nuevas generaciones aunque tiene ahora otra forma, o más bien función, sin perder su esencia. «Los lego son ingeniería con mayúsculas». Lo asegura sin dudar Fernando Sarría , arquitecto, padre de dos hijos y CEO de FS Estructuras , una empresa de cálculo de estructuras de edificación, desarrollo de software y promoción de proyectos de innovación.

Sarría le dio a su empresa una labor social cuando, paseando por el Palacio de Congresos y Auditorio de Navarra con sus hijos, vio un cartel que hablaba de un concurso de robots de legos. Era la « First Lego League », una competición en la que hay que diseñar y programar robots de lego, desarrollar un proyecto científico y demostrar valores como el del trabajo en equipo y la capacidad de resolver problemas. Como no pudo apuntar a sus hijos porque en ese momento tenían 3 y 4 años, esperó a que llegaran a los 10 y los reunió junto a sus sobrinos y los hijos de algunos amigos.

El equipo resultante, apodado FSINGENIUM , ganó este año la final regional, la nacional y, viajaron en abril a Detroit donde ganaron un premio por su robot y, posteriormente, en Sillicon Valley se llevaron el primer galardón por su proyecto científico. En esta última edición, la temática se centraba en resolver problemas vinculados a la gestión del agua.

Desde el primer momento, Sarría vio el poder transformador de estos juguetes, que no lo son tanto. «Las herramientas que los chavales manejan para conceptualizar, diseñar, programar y depurar sus robots son las mismas que se emplearían en la ingeniería real o en la Fórmula 1 ».

Considera que cualquier juguete que permita construir es válido, pero la ventaja del lego es su facilidad , «se ensamblan de forma intuitiva, no se necesitan impresoras 3D o soldadores y, además, inciden en el aspecto creativo de los niños».

Pero los lego van más allá y con ellos los niños no solo adquieren conocimientos de robótica. «A la hora de diseñar robots debemos conocer conceptos mecánicos, por lo que entra en juego la Física . A la hora de programarlos hay que saber de Matemáticas ... son muchas las ciencias que entran en juego.

En definitiva, lo importante no es la herramienta sino cómo se aplica y, en ese sentido, el lego permite el desarrollo de las STEM », concluye Fernando Sarría . Esta sigla, del inglés, está formada por la primera letra de estas cuatro disciplinas: Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática. Para la Organización de Cooperación y Desarrollo en Europa (OCDE), estas disciplinas son la clave del futuro y las carreras que más salida laboral tienen. «Vamos a necesitar niños que sepan programar y los lego son ideales para ello. Lo importante es que se enseñe bien y que se tenga en cuenta que no hace falta ser el más listo de la clase sino contar con un entorno de aprendizaje amable».

Clases de idiomas

En las STEM se centra, precisamente, Lego Educación , rama de la empresa que durante más de 37 años trabaja con profesores para ofrecer experiencias de aprendizaje lúdico a través de legos, material curricular y recursos digitales. Robótica es uno de los socios españoles de Lego Educación, una tienda de robótica ubicada en Cataluña y que trabaja para escuelas y particulares de toda España . «Definitivamente, es una nueva forma de educación, es un formato de aprendizaje que además es muy aceptado por los alumnos», explica Sofía Lara , socia de Robótica. Sin embargo, aclara que estos juguetes no solo se usan en las aulas de ciencias, «los profesores se han dado cuenta que se pueden usar hasta en clase de idiomas».

Por ejemplo, se usa en la Escuela de Psicología para trabajar con niños con autismo. Muchas veces, al manipular el robot para que haga algún tipo de movimiento se consigue que los niños interactúen con él, les llama la atención».

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