El secretario de Estado, en un momento de la entrevista concedida a ABC
El secretario de Estado, en un momento de la entrevista concedida a ABC - FOTOS: JOSÉ RAMÓN LADRA

Mario Garcés«Los políticos que utilicen expresiones machistas deben dimitir y su partido pedir que se vayan»

El secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Mario Garcés, lleva a gala el combate contra la desigualdad entre hombres y mujeres, para ello, cree que lo primero que hay que extirpar es «la dominación presente todavía en los jóvenes»

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Mario Garcés Sanagustín (Jaca, 1967) lleva desde 2011 metido en la arena política, primero como consejero de Hacienda del Gobierno aragonés comandado por Luisa Fernanda Rudi, después como subsecretario del Ministerio de Fomento, y desde hace cuatro meses ocupa la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad. Este departamento que otrora fue un Ministerio tiene uno de los más amplios organigramas, con siete direcciones generales, y materias tan complicadas como la lucha contra la trata y explotación sexual, la igualdad de género y, cómo no, la violencia machista. Garcés es consciente de que esta lucha es su mayor desafío en un año que ha comenzado «devastador» para las mujeres y no oculta el efecto, aunque solo sea cosmético, de que la ciudadanía escuche a una voz masculina predicando la equidad.

¿Cuál es la competencia que más le preocupa cuatro meses después de entrar en esta Secretaría?

Sin duda, violencia de género. Es la máxima prioridad, como la trata y la esclavitud sexual que existe en España. También, la dependencia. La verdad es que ha sido un inicio de año especialmente duro y le aseguro que cada vez que se asesina a una mujer, para nosotros es como si se muriese un pariente nuestro. Conozco a mis predecesores en el cargo, y les pasaba lo mismo. Cuando una mujer muere, me encierro 5 minutos porque necesito ese desahogo personal. Después, tengo que seguir trabajando enérgicamente y saber qué está ocurriendo.

Ha hablado como secretario. ¿Y como hombre, cómo se siente cuando otro asesina a una mujer?

No considero que forme parte de mi sociedad. No representan lo que la mayoría de hombres de mi país. Los hombres modernos somos hombres dinámicos, preparados, integradores, que pensamos en términos de igualdad, de libertad... Hemos crecido en un entorno de igualdad. Desde luego, cuando un hombre asesina veo lo peor de esa sociedad atávica que ha habido en España durante mucho tiempo. El mensaje que tiene que llegar a los asesinos es que no forman parte de esta sociedad y que vamos a acabar con ellos.

Dice que hemos crecido en un entorno de igualdad, pero el hombre ha dominado por décadas a la mujer...

En materia de igualdad se ha avanzando mucho en los últimos 40 años. Digo con orgullo que España es un referente en materia de violencia de género y de igualdad, no podemos negar esta realidad y es mérito de las dos grandes formaciones políticas en los últimos veinte años. Por supuesto que ha habido evolución, cuando yo era pequeño veía conductas machistas, ahora se ven menos, y sin embargo, me preocupa que hayan renacido algunas conductas de corte machista entre las personas más jóvenes. Hay cierto estigma de dominación todavía en nuestros jóvenes y habrá que buscar razones generacionales para entenderlo.

¿Qué medidas se van a adoptar para combatir ese micromachismo entre los jóvenes?

Se han hecho campañas de sensibilización para evidenciar a los jóvenes que esas conductas son machistas, porque muchos no conciben que lo son. Hay estereotipos literarios, roles cinematográficos que no benefician en nada el desarrollo efectivo de la igualdad hombre-mujer. Por ejemplo, que un joven quiera controlar a su novia a través del móvil, mediante el envío de fotos, acotarle su perímetro de relaciones sociales y decirle cómo debe vestir es dominación, no es amor. Y las jóvenes también deben reconocer esas conductas como de dominación.

¿Cuál es la actitud de machismo que no soporta, personalmente?

El desprecio intelectual a la mujer.

¿Ahí el «miembros y el miembras» no ayuda mucho, no?

Al margen de ser una estupidez dialéctica, a la igualdad se puede llegar con lenguaje inclusivo, pero sobre todo se llega con hechos. Lo demás, sencillamente, es puro atrezzo político, que lleva a las ocurrencias y a la retórica banal. El PP ha demostrado que no tenemos que decir «miembras», nos gusta hablar correctamente y aprobamos leyes que avanzan en la igualdad.

Pero... ¿en qué se traduce ese discurso, se limitarán anuncios en TV, tal vez?

Queremos relanzar el Observatorio de la Mujer, que nació con el objetivo de contrarrestar cualquier tipo de imagen y comportamiento que fuera envilecedor de la imagen y posición de la mujer. No tenemos que consentir que a las niñas en Carnaval se les provea de vestidos donde se las está hipersexualizando, a los 3 años están para tener un desarrollo e infancia normales. Tenemos que evitar campañas con una imagen hipersexualizada de la mujer y evitar comportamientos incluso de algunos políticos insultando y menospreciando a las mujeres.

¿Quién es un político machista?

El que dice determinadas expresiones en relación a la mujer y lo justifica con el contexto. Estoy harto de que haya algunas formaciones políticas de nuevo cuño en este país cuyos secretarios generales han hecho comentarios lacerantes sobre la mujer y no han pedido perdón, como la de algún responsable político al que se le ocurrió decir «la arrastraré hasta que sangre».

Habla de Pablo Iglesias sobre una presentadora. ¿Cree que esas expresiones deben conducir a la dimisión?

Creo que sí. Afirmaciones de esta catadura deberían llevar aparejadas no solo la dimisión, sino que todos en su partido clamaran por que ese líder político dimitiera inmediatamente.

¿Cómo se le da la vuelta a alguien machista, por dónde debe empezar?

Invertiría el espejo. Si un hombre padeciera 24 horas que se le negara la opinión y su desarrollo profesional en la empresa, cambiaría de comportamiento. Una de las medidas que estamos introduciendo es el currículum ciego, anónimo, para que en el proceso de selección de las empresas no haya ningún dato que pueda sesgar ese reclutamiento de candidatos: si tiene hijos o no, divorciado, es hombre o mujer... No figura ni la foto. Estamos trabajando en un protocolo que ha tenido una aceptación extraordinaria, con 200 a 250 interesados en implantarlo. Estos experimentos se hacen desde EE.UU. a Alemania.

¿En qué momento del Pacto contra la violencia de género estamos?

En el momento de discusión de todas las fuerzas políticas. Puedo adelantar lo justo, porque cometería una imprudencia. Pero hay temas en los que existe cierto consenso, como la petición de una asignatura para enseñar a los niños en equidad. Esto lo repiten todas las autonomías. A lo mejor tenemos que empezar a explicar desde los 5 años que hombres y mujeres somos iguales.

¿El Pacto es cuestión de dinero?

Nuestro objetivo es que no haya trabas en ello. Apelo a la responsabilidad del PSOE y los partidos que tienen que aprobar los Presupuestos y entonces la partida de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género va a registrar un crecimiento importante.

¿Qué le decimos a las víctimas?

A la mujer maltratada hay que decirle que desde el momento en que denuncie, tenga la absoluta seguridad de que hasta que acabe todo su proceso no existe ninguna zona de sombra que le lleve a interrumpir el proceso de denuncia y salida del área de la pesadilla. Cuando una mujer se atreve a denunciar, tiene que tener la garantía jurídica, administrativa y moral para saber que vamos a estar con ella en cada fase del proceso, sin sombras.

¿Y ese acompañamiento significa más ayudas, subvenciones y casas de acogida de las que hay ahora?

Vamos a ver el conjunto global de medidas. De suyo sería extender el régimen de protección de los huérfanos y lo vamos a tener que hacer; debemos analizar qué tipo de beneficios sociales se pueden dar a las empresas para que la inserción laboral de una mujer maltratada sea efectiva, goce de autonomía profesional y económica necesaria para emprender una nueva vida.

¿Los ciudadanos culpamos a los políticos de la violencia sexista?

Si yo presentase mi dimisión ahora y garantizase con ello que no hubiese ni una mujer más asesinada, la presentaba, pero mi obligación es tratar con prudencia y contundencia el problema, no se pueden exacervar los ánimos.

¿Es partidario de las cuotas de género en los sillones de las empresas?

Lo soy de las cuotas del talento y la capacidad.

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