Una madre olvida a su hijo autista en el aeropuerto y se da cuenta al llegar a su destino

La familia viajaba de vuelta de sus vacaciones desde la isla griega de Creta a Cardiff

Imagen de archivo de la T-4 de Barajas Daniel G. López

ABC

Nicola Purdy viajaba de vuelta desde Creta (Grecia) a Cardiff (Gales, Reino Unido) junto a sus tres hijos: Jack, Alex y Darcie. Todo había transcurrido correctamente, pero al llegar a su destino Nicola se percató de que su hijo mayor, Jack, que sufre de autismo , no había llegado a la capital galesa.

Minutos antes del despegue, Jack sufrió un problema estomacal que le produjo vómitos y dolor de cabeza. Los médicos del aeropuerto le atendieron y los responsables de la aerolínea le subieron a una silla de ruedas para que pudiera embarcar en el avión.

Su madre y sus hermanos le dejaron a cargo de los azafatos y, al subir al avión, vieron que el asiento de Jack estaba vacío. Nicola intuyó que su hijo se encontraría en clase preferente debido a su indisposición, por lo que no se volvió a preocupar en las cuatro horas que duró el vuelo. «El médico vino, cogió su tarjeta de embarque y se lo llevó, y dijo que lo pondrían en el vuelo en asientos prioritarios», comentó al medio local Wales Online .

A su llegada al aeropuerto de Cardiff, la familia fue a recoger sus equipajes. Fue entonces cuando comprobaron que la maleta de Jack no estaba allí y se encendieron todas las alarmas. Después de tres horas y media buscando al joven, llegaron a la conclusión de que el chico nunca había embarcado.

Jack seguía en Creta sin móvil, sin pasaporte y sin dinero . El joven llegó a subir al avión, pero al encontrarse peor fue desalojado para trasladarle a un hospital. La agencia de viajes con la que habían acudido a la isla griega proporcionó al joven un nuevo vuelo y un taxi hasta la puerta de su casa sin ningún tipo de coste adicional.

Su madre, aún disgustada, reconoció que fue una experiencia horrible: «Debió haber estado pensando que lo habíamos abandonado », relató. Al llegar a casa, Jack r ompió a llorar tras todo lo ocurrido. «Cuando llegó a casa todavía no estaba nada bien», sentenció su madre.

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