Lisboa inaugura el primer restaurante donde los camareros eran personas sin hogar
La iniciativa da trabajo a gente que sale así del infierno de la exclusión social
Cruzamos el Campo Mártires de la Patria y descendemos por una pronunciada cuesta que desemboca en uno de esos rincones de la Lisboa con pavimento empedrado y ropa colgada en los balcones. Estamos en la Rua de Sao José y, al fondo, divisamos corrillos de gente inundando la acera. Es la inauguración de un restaurante distinto con marcado cariz social, pues rescata del infierno a 15 personas sin hogar para que puedan rehacer sus vidas explotando un local que compite con otros de comida portuguesa, vegetariana u oriental.
Se llama «É Um Restaurante» («Es un restaurante») y ofrece un servicio tan homologado como el de los demás, con la diferencia de que a los camareros les va la vida en ello y son conscientes de que por fin les llegó la oportunidad que tanto ansiaban.
Dificultades
«Yo me había quedado sin trabajo y en la calle, pasaba por grandes dificultades. Tengo mucho que agradecer a esta iniciativa, muy importante para nosotros», dice Alexandra a este diario, con una sonrisa en su rostro y las huellas de la esperanza en sus ojos.
De no saber qué hacer ni qué rumbo tomar, esta mujer ha pasado a tener que «cumplir un horario y seguir un proceso de formación», como ella misma destaca mientras sirve pinchos y tapas a las decenas de personas que se han acercado a la puesta de largo de este proyecto capitaneado por el chef Nuno Bergonse .
La Asociación Crecer, dirigida por Américo Nave , se halla detrás de esta singular idea, plasmada con la financiación y el apoyo del Ayuntamiento de Lisboa, el Instituto de Empleo y Formación Profesional, el Instituto de la Seguridad Social, WiZink Bank o la Fundación Stavros Niarchos, entre otras instituciones y marcas comerciales.
Detrás de la idea está el impulso de la Asociación Crecer, dirigida por Américo Nave
Se trata de la cuarta propuesta solidaria de Crecer, después de las denominadas «É Uma Rua» («Es una calle»), «É Uma Casa» («Es una casa») y «É Uma Vida» («Es una vida»), puestas en pie con el mismo objetivo: hacer todo lo posible por mejorar la vida cotidiana de la gente más vulnerable, esa que se ve obligada a dormir entre cartones o bajo unos soportales porque lo perdió todo o, simplemente, porque nunca lo tuvo.
Nuno Bergonse muestra su satisfacción por el hecho de que el restaurante sea ya toda una realidad en la prolongación de la Baixa lisboeta, muy cerca del Coliseo y de la mismísima Avenida da Liberdade, arteria de la ciudad convertida en la calle más cara para los locales comerciales.
Menos de 100 metros más allá, se alza la Rua Portas de Santo Antao, donde los turistas se disputan un lugar en las concurridas terrazas.
Pero aquí dentro, en este nuevo refugio gastronómico, la motivación es otra: integrarse en la sociedad. Por eso, cada día, decenas de ciudadanos locales acuden a la llamada de «É Um Restaurante» , que arranca bajo el signo del éxito y, sobre todo, del optimismo.
