Día Mundial del Ictus

José Luis Balbín: «Lo peor es la lentitud con la que avanza la recuperación»

Tras sufrir un ictus lacunar agudo hace tres años, el periodista creador del programa «La Clave» habla por primera vez en un medio de comunicación de su enfermedad. Afronta su rehabilitación con «grandes dosis de paciencia»

José Luis Balbín y su mujer, en la residencia familiar FOTOS: ERNESTO AGUDO

JULIA C. MESONERO

Desde que hace tres años sufriera un ictus, José Luis Balbín , el creador del mítico programa «La Clave», vive retirado de la actividad profesional aunque no de la profesión, ya que como él mismo dice en un momento de la entrevista con ABC, « un periodista no se jubila nunca » y dedicado básicamente a su rehabilitación. Tiene un aspecto saludable, ha adelgazado y su aspecto ha cambiado para mejor. El resto de su imagen es la habitual, su impecable barba, el etéreo y aromático humo de la pipa que sostiene entre sus dedos, su gran sentido del humor, su bonhomía…. Todo sigue igual, como si nada hubiera pasado.

Por primera vez habla de su accidente cerebrovascular en un medio de comunicación y de cómo ha afectado este hecho a su vida cotidiana, mientras que reflexiona sobre pasado y presente.

La primera pregunta parece obligada: ¿Cómo se encuentra?

Hombre, he tenido momentos mejores (risas), pero de salud me encuentro muy bien. Lo peor es la lentitud con que avanza la recuperación, pero bueno, ya me explicaron en su momento mis terapeutas que esto va así, de manera que me lo tomo con resignación y grandes dosis de paciencia.

¿Cómo recuerda el momento en que le sobrevino el ictus?

Por primera vez el periodista habla de su accidente cerebrovascular en un medio de comunicación y de cómo ha afectado a su vida cotidiana

Precisamente en estos días se cumplen tres años del accidente. Me encontraba con mi mujer Julia y unos amigos en Verona como hacíamos todos los años para disfrutar de un par de óperas en La Arena. De regreso a Venecia, donde teníamos el cuartel general, empecé a sentirme mal, entre mareado y desorientado. Tuve que sentarme un momento esperando a que se me pasara y creyendo que podía tratarse de una bajada de tensión debido al calor sofocante de aquel día. Julia sospechó que podía estar sufriendo un ictus y comenzó a practicarme el protocolo que se aconseja seguir en estos casos: habla, vocaliza, mueve la lengua de un lado a otro, sigue con la vista mi dedo… Intentó convencerme de que era mejor que fuéramos a un hospital, pero como soy un poco terco y nada hipocondriaco, insistí en esperar un poco a ver si mejoraba.

¿Cuánto tiempo pasó en esa situación?

Balbín con su compañero y mascota ERNESTO AGUDO

No mucho. Ya se sabe que en estos casos cuanto antes se actúe, mejor. Viendo que la situación no revertía, nos dirigimos al Hospital de Venecia y tras las primeras pruebas, me confirmaron el diagnóstico que temíamos. Ictus lacunar agudo .

Al encontrarse en otro país sería todo más complicado, ¿no?

Los servicios médicos del Hospital de Venecia me atendieron muy bien, aunque solo estuve dos días. Ellos querían tenerme ingresado un par de semanas, pero yo prefería regresar a España y que me trataran aquí. Lo valoramos con mi neurólogo de Madrid y, como al parecer, el riesgo de que se repitiera era mínimo y el vuelo era corto, decidí pedir el alta voluntaria y volver. Nada más llegar, me dirigí al hospital donde ya tenían todo preparado para mi ingreso. Al cabo de quince días de observación y pruebas, recibí el alta hospitalaria.

¿Le quedó alguna secuela?

Poca cosa. Me dijeron que con una rehabilitación adecuada y perseverancia terminaría por recuperarme del todo, pero dio la mala suerte de que a los ocho meses tuve otro percance de salud y tuvieron que realizarme una intervención quirúrgica un poco complicada con un postoperatorio largo que me mantuvo un mes encamado. Estaba tan reciente el ictus que cuando me permitieron ponerme en pie, había perdido el equilibrio de nuevo y necesitaba un punto de apoyo para caminar. Todo lo ganado en los ocho meses anteriores se había perdido. Mi objetivo es recuperarlo cuanto antes; sé que es un proceso lento , pero en ello estoy con el inestimable apoyo de Julia que está en todo momento pendiente de mí. La silla de ruedas la utilizo solamente en mis desplazamientos fuera de casa porque me resulta más cómodo.

Estando hospitalizado le comunican que le han concedido el Premio Nacional de Televisión, ¿cómo recibió la noticia?

Fue una inesperada sorpresa que me emocionó mucho. Quiero aprovechar para disculparme ante los colegas que me llamaron para entrevistarme por no atenderles personalmente. Estaba recién operado y muy débil pero Julia les explicó la situación y agradeció a todos su interés en mi nombre. Los compañeros de la prensa se portaron muy bien, con exquisita discreción .

Últimamente sale a premio por año. Tras más de cincuenta dedicado al periodismo, ¿cómo se reciben estos reconocimientos?

«Quiero disculparme ante los colegas que me llamaron cuando me concedieron el Premio Nacional de Televisión y no pude atenderles personalmente»

A cualquiera con una larga trayectoria profesional como la mía, es lógico que se le acumulen premios, es normal, pero también es cierto que unos emocionan más que otros, y los tres últimos me han emocionado especialmente. En 2014, el año en que sufrí el ictus mi pueblo natal, Pravia (Asturias), me nombró hijo predilecto . Fue un acto muy emotivo que me hizo muy feliz. En 2015 me concedieron el Premio Nacional de Televisión, un reconocimiento a mi labor profesional que agradezco sinceramente, y en 2016, mis colegas asturianos me nombraron Colegiado de Honor del Colegio de Periodistas de Asturias. De manera que han sido tres años complicados a nivel de salud, pero muy gratificantes en otros aspectos. Será por la ley de la compensación. La vida es así.

Teniendo en cuenta que han pasado más de cuarenta años desde la puesta en antena de «La Clave», ¿qué sensación le producen las referencias que a menudo aparecen en los medios de comunicación sobre el programa como modelo de debate a seguir?

Es curioso que a pesar de los años transcurridos se siga hablando del programa. Algo muy bueno debimos hacer. Lo que más me satisface es el reconocimiento de la gente a pie de calle que me habla con emoción de todo lo que les aportó «La Clave» en aquella España que salía del túnel de la dictadura.

¿Cómo surgió la idea de hacer «La Clave»?

Acababa de regresar por mi periplo europeo como corresponsal. El entonces director de RTVE Jesús Sancho Rof me pidió que presentara 4 ó 5 proyectos para hacer un programa con formato novedoso. De los cinco proyectos que presenté, «La Clave», que con toda la intención del mundo puse en último lugar, debió parecerles que era el más inocuo. Una película, un debate…. Fue aprobado en septiembre de 1975 aunque el primer programa no se emitiría hasta enero de 1976.

No debió de ser fácil en aquél tiempo reunir a personas de tan diferente ideología política...

Quizás el mayor logro de «La Clave» fue conseguir reunir en un plató de Televisión a personas que hasta entonces habían tenido posiciones beligerantes entre sí y que fueran capaces de hablar, exponiendo sus diferentes puntos de vista sin vociferar ni faltarse el respeto. He leído en alguna ocasión que «La Clave» contribuyó al diálogo y el entendimiento entre los españoles en una España que tenía muchas heridas que cicatrizar. Estos y otros comentarios acerca del programa me producen una gran satisfacción tanto desde el punto de vista personal como del profesional.

Pero los años que duró el programa en TVE no fueron un camino de rosas para usted y su equipo, ¿no?

Bueno, había temas o personas que resultaban incómodos y en más de una ocasión recibí alguna indicación al respecto. Sobre los invitados, yo siempre argumenté que de niño me enseñaron que cuando invitas a alguien a tu casa, luego no se le desinvita . Es una cuestión de buena educación. Estos y otros «problemillas» llevaron a «La Clave» a ser suspendida en varias ocasiones.

La última supresión fue sonada...

Un poco, sí. Estábamos en diciembre de 1985 y TVE había anunciado que el día 27 se emitiría el último programa de «La Clave» después de casi diez años de emisión con sus idas y venidas. Un cambio sútil en el título y el contenido. «La movida» pasó a titularse «La movida nacional», lo que no pasó desapercibido para los directivos y decidieron suspender el programa. A pesar de ello, me trasladé con el equipo y los invitados al Hotel Palace y realicé desde allí el programa bajo una gran expectación. Fui cesado y «La Clave» eliminada definitivamente de la parrilla de TVE.

Pero no todos los programas de La Clave tenían contenido político…

Desde luego que no, aunque estos fueran los de mayor trascendencia por el momento histórico que vivía nuestro país. Toda la etapa y acontecimientos de la Transición están reflejados en «La Clave». Tenga en cuenta que, como dije anteriormente, el primer programa se emitió en enero de 1976, mes y medio después de la muerte de Franco y el último en diciembre de 1985. Por el programa pasaron un total de 2.710 invitados: desde Blas Piñar, Enrique Líster, Pilar Primo de Rivera, Adolfo Suárez, Felipe González, Santiago Carrillo, a Truman Capote, Neil Armstrong, Severo Ochoa, Olof Palme, Emiliano Zapata hijo y hasta monjas de clausura y miembros del Ku Klux Klan. De hecho, el primer programa que se emitió abordó el tema de una actividad prohibida en España: el juego.

Tiene una densa carrera profesional, pero lo que más se recuerda es su papel como creador, director y moderador de «La Clave»

El primer programa que se emitió abordó el tema de una actividad prohibida en España: el juego

Siempre digo que a lo largo de mi carrera he hecho cosas que me parecen más importantes como mi etapa de corresponsal en los países del este donde viví acontecimientos de gran relevancia histórica. En aquella época el pasaporte español no era válido en algunos países como la U.R.S.S. o la República Democrática Alemana, con lo que para poder entrar y salir de ellos tenía que hacerlo de incógnito o con pasaportes falsos con el riesgo que ello suponía. En esa época tuve ocasión de conocer a personajes como el mariscal Tito, Nicolae Ceaucescu, Alexander Dubcek ….. Pero sería un ingrato si no reconociera todo lo bueno que «La Clave» aportó a mi vida, sobre todo, ya digo, el reconocimiento de la gente aún ahora, pasados tantos años. Eso es algo impagable.

Tras una vida tan intensa, ¿Cómo es que no ha escrito sus memorias?

Siempre me ha dado un poco de pudor y pereza hablar de mí, pero hay alguien, un profesor español de Historia Contemporánea de Estrasburgo, que durante cuatro años se ha dedicado a recopilar información sobre toda mi vida profesional y personal desde que siendo casi un crío salí de Pravia. Está realizando un buen trabajo que pronto verá la luz.

«Sería un ingrato si no reconociese todo lo bueno que "La Clave" aportó a mi vida, sobre todo el reconocimiento de la gente aún ahora, pasados tantos años»

¿A qué dedica su tiempo últimamente? ¿Está al tanto de la actualidad?

Un periodista no se jubila nunca. Creo que ya me han hecho esta pregunta antes y la respuesta es la misma. Mi interés por lo que pasa en el mundo sigue estando ahí y sigo con preocupación los grandes problemas que asolan a la Humanidad , el terrorismo, la corrupción casi generalizada, la falta de interés por resolver el drama de los refugiados…. Por no hablar del momento histórico que está viviendo España con el independentismo . Lo que ocurre es que desde que sufrí el ictus decidí dar prioridad a mi rehabilitación, porque considero que si uno ama ésta profesión y no se encuentra en plena forma, es mejor aparcarla durante un tiempo. Pero sí, estoy al tanto de la actualidad y hablo de ello en casa y en las reuniones con mis amigos.

Para terminar, ¿cómo ve el periodismo actual y el estilo de debates que se hacen ahora?

El periodismo ha pasado por buenos momentos y otros regulares . Tenemos unos excelentes profesionales, pero es que en los tiempos que vivimos, las noticias se suceden con tanta rapidez que apenas queda tiempo para la reflexión y el debate sosegado, algo que la gente de a pie reclama. Lo constato día a día. Afortunadamente, todavía se pueden encontrar algunos reductos para el análisis sereno y el intercambio de opiniones desde el respeto que, supongo, muchos espectadores como yo agradecen. La algarabía de algunos programas de debate que llegan incluso al insulto del que no opina igual no genera más que confusión. Quizás es lo que se busca. Es una moda que espero pase pronto por el bien de esta bella profesión .

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