Investigadores portugueses descubren el mecanismo que forma el virus de la gripe A

El Instituto Gulbenkian de Lisboa consigue abrir la puerta a innovadoras terapias para combatir la enfermedad

Imagen de archivo con varios turistas y personal médico con mascarillas en China, donde un huésped mexicano dio positivo por gripe A Efe
Francisco Chacón

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Un grupo de investigadores del Instituto Gulbenkian de Lisboa ha descubierto el mecanismo por el que se forma el virus de la gripe A , un hallazgo que contribuye a instaurar terapias alternativas para paliar los efectos de la enfermedad.

De esta forma, sus pesquisas han logrado establecer el punto donde los virus montan sus genomas dentro de las células infectadas, por lo que se abre la vía a combatir nuevas estirpes que desembocan en la dolencia.

Y es que, precisamente, el germen de la gripe A se caracteriza por la capacidad que tiene de reciclarse constantemente y sortear las terapias convencionales. En efecto, suele dar lugar a la formación de estirpes y más estirpes.

Es ahí exactamente donde ha incidido la labor del Grupo de Biología Celular de Infección Viral del Instituto Gulbenkian de la Ciencia, un prestigioso centro adscrito a la Fundación que lleva el mismo nombre.

El estudio verá la luz esta misma semana, pues va a ser publicado por la revista especializada «Nature Communications», aunque los científicos han avanzado algunas de las claves relacionadas con la proliferación de estirpes del virus: «Son la consecuencia de pequeñas variaciones que suceden en el nivel del genoma, que hacen como que el virus adopta un aspecto diferente y deja de ser reconocido por el sistema inmunitario ».

La investigación, liderada por Maria Joao Amorim, destapa que la selección de material genético se hace en compartimentos llamados «inclusiones virales» y que estos compartimentos «no están delimitados por una membrana», como suele ocurrir en otros procesos similares.

Como el aceite y el vinagre

La realidad, en estos casos, arroja un panorama completamente distinto, en vista de que las «inclusiones virales» se separan del entorno que las rodea en virtud de unos mecanismos designados por la separación de fases. Se trata de un fenómeno similar al que acontece con e l vinagre y el aceite cuando se mezclan , subrayan los científicos portugueses de manera gráfica.

La consecuencia es que «los segmentos de material genético del virus son segregados y confinados a un pequeño espacio donde es más fácil formar su genoma».

Llegado este punto, Maria Joao Amorim explica que los resultados de sus pesquisas pueden considerarse como «absolutamente innovadores» ya que vienen a demostrar que «las infecciones virales recurren a procesos de separación de fases ».

Esto es así porque, cuando se produce una infección, el virus penetra en la célula y libera tanto su material genético como algunas proteínas. La peculiaridad se completa con el hecho de que su genoma está fragmentado en ocho partes , que incluso pueden mutar en un mayor número porque se van creando réplicas y réplicas.

«La formación de nuevos virus requiere que esos ocho elementos sean agrupados dentro de una misma partícula viral, lo que implica una selección muy precisa a partir de miles de moléculas que se hallan mezcladas», anticipa el equipo del Instituto Gulbenkian.

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