La huelga de enfermeros de quirófano en Portugal cancela más de 10.000 cirugías

El paro llegó a su fin en Nochevieja, pero el Sistema Nacional de Salud ha quedado en convulsión

ABC
Francisco Chacón

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La huelga de enfermeros de quirófano en Portugal llegó a su fin en Nochevieja, después de cinco semanas consecutivas , pero la cancelación de más de 10.000 operaciones ha colocado al Sistema Nacional de Salud (SNS) en… la UVI, es decir, en un estado de convulsión y fractura del que resultará muy difícil que se recupere.

El paro salvaje se extendió desde el 22 de noviembre hasta el último día del año al otro lado de la frontera, aplicándose a rajatabla la supresión de las intervenciones quirúrgicas que no estaban incluidas en la categoría de muy urgentes.

Decenas de niños han visto cómo el curso escolar se esfumaba para ellos después de aplazarse sin fecha las operaciones de las cuales dependía su regreso a las aulas. Y, sobre todo, ahí están los centenares de intervenciones que ya llevaban anclados en la lista de espera más de un año.

La situación, por tanto, solo puede calificarse como delicada y el SNS ha quedado manifiestamente tocado. La incógnita, en consecuencia, está servida: ¿se recobrará la normalidad algún día?

Este jueves 3 de enero está prevista una reunión clave entre los representantes del Ministerio y los de la Asociación Sindical Portuguesa de Enfermeros (ASPE), aunque las posturas se encuentran muy enconadas.

Pesaba la amenaza de una segunda huelga, pero esta última organización ha decidido adoptar una «medida de buena voluntad»: desconvocar el paro previsto entre el 7 de enero y el 20 de febrero.

«Es una forma de mostrar nuestra disponibilidad a la negociación y dar al Gobierno la posibilidad de cambiar de actitud para poder llegar a un entendimiento», ha declarado Lucía Leite, presidenta de la ASPE.

Sindicatos generales

Eso sí, en caso de que las negociaciones no fructifiquen, todo puede dar marcha atrás. Y, para colmo, los sindicatos generales de enfermeros van a poner en pie su propia huelga en la totalidad de la profesión entre los días 8 y 11 de enero.

Hasta el obispo de Oporto, Manuel Linda, se pronunció sobre la grave huelga, y sus palabras retrataban la situación dramática vivida en el seno de muchas familias debido a sus consecuencias: «Los enfermeros están llegando demasiado lejos ».

El prelado reconoció que comprende las razones que desembocan en el paro, aunque la controversia no ha cesado de crecer en el país vecino en relación a este «problema nacional», con la ministra de Salud, Marta Temido, añadiendo más leña al fuego a través de unas polémicas declaraciones. Le preguntaron por qué no se sentaba a negociar con los representantes de los enfermeros de quirófano, que reclaman una mejora de sus condiciones laborales , y respondió de manera contundente: «Eso sería negociar con criminales e infractores».

La frase desató las protestas del colectivo y la titular del ramo pidió disculpas con posterioridad. Un asunto que refleja que las aguas bajan turbias en relación al tema y que la tensión se puede cortar .

El conflicto mantiene en vilo a los ciudadanos lusos. Ha sido una huelga «extrema, cruel, extraña, inaceptable, preocupante», según calificaron numerosos usuarios de los cinco hospitales más importantes de Portugal, ubicados en Lisboa, Oporto y Coimbra.

Incluso el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, salió a la palestra para puntualizar: «Por supuesto que el derecho de huelga está para ser ejercido, pero de una manera responsable».

La llama de la polémica la encendió el presidente del Colegio de Médicos, Miguel Guimaraes, al señalar: «No puedo garantizar que no haya muertos a causa de esta huelga». El panorama no hace sino enredarse con el transcurso de las semanas.

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