Grecia entierra a sus muertos, pero no la rabia

Conmueve la solidaridad de la gente y la de los «ángeles» que siguen realizando gestos de altruismo

Vista del interior destrozado de una vivienda en una zona afectada por los incendios en Mati, Ática EFE

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Grecia está enterrando a sus muertos del incendio del pasado lunes, día 23, en la región de Atica, pero no se puede enterrar la rabia de la gente, en particular contra las autoridades. El número oficial de muertos es 91 , pero hay más de una docena de quemados muy graves en los hospitales y 25 desaparecidos.

La actuación de los gobernantes no ha estado a la altura de la generosidad de la gente, con infinidad de voluntarios que aún siguen realizando una encomiable labor.

En el ayuntamiento de Rafina vemos a Dimitris y Giorgos, estudiantes de ingeniería, y Takis, de Derecho, todos ellos de 22 años, que se están ofreciendo para «echar una mano en lo que haga falta». Impresionantes son las historias de los «ángeles» de estos incendios , voluntarios o empleados con sueldos de hambre que han realizado grandes gestos de altruismo.

La joven Natalia Athineu, salió con su padre en una lancha pesquera : «Puse el salvavidas a una señora mayor que estaba completamente quemada y rescatamos en el mar a unas 40 personas. Los llevamos a Rafina en varios viajes». Aparte de estos voluntarios heroicos de la primera hora, en las calles de Mati y Rafina destaca sobre todo la presencia de esos «ángeles» que continúan dando asistencia psicológica y material a los pocos vecinos que aún quedan en las zonas afectadas.

Una de las afectadas de vuelta a su casa. No se atreve a entrar, porque está semiderruida y no quiere ver desastre Ángel Gómez Fuentes

Por ejemplo, mientras conversamos en la casa semidestruida de Maria Buduri, de 72 años, varios jóvenes, en sucesivas tandas, se han presentado para llevarle café, agua, bocadillos, y otros dispuestos a hacerle compañía. Hay vecinos que incluso agradecen nuestra visita para preguntarles, hasta el punto de invitarnos, como hace Maria Buduri, a comer parte de lo que han recibido. No es posible decir que no: Es gente acogedora y necesitan hablar de su drama para desahogarse.

Dignidad en un mar de lágrimas

Sorprende que a pesar de la dimensión de la tragedia, los afectados, incluidos los que han perdido algún familiar, están mostrando una gran dignidad en sus manifestaciones de dolor . Por ejemplo, es un mar de lágrimas el depósito de cadáveres en Atenas, donde los forenses examinan los cadáveres de los incendios y los familiares de las víctimas se llevan los restos de sus seres queridos. El sufrimiento se refleja en sus caras, hinchadas por las lágrimas y el dolor, mientras la angustia marca también la espera de quienes todavía confían recibir noticias, pasada ya una semana de la catástrofe. En ninguno de ellos se escucha un grito de desesperación. Junto a su gran sufrimiento destaca la compostura .

Una viuda que ha perdido su casa nos recibe en un rincón del patio. En la mano tiene una de las muchas botellas de agua que constantemente le llevan los voluntarios Ángel Gómez Fuentes

Los forenses, ayudados por equipos internacionales que han trabajado en la tragedia del tsunami de Asia o del avión derribado en los cielos de Ucrania, admiten que se encuentran en una situación sin precedentes. La mayoría de las víctimas han fallecido por el fuego y la identificación ha sido muy complicada y ha llevado mucho tiempo.

Este martes comenzarán a pagarse las ayudas anunciadas por el gobierno, que dependerán de la gravedad de los daños: 5.000 euros por familia (6.000 para las numerosas) y 8.000 para tiendas y negocios afectados. Casi una limosna, en comparación con sus pérdidas.

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