El Gobierno autorizó en enero el experimento para reducir la agresividad de los presos
Canceló el jueves el permiso al hacerse pública la investigación que estimula con una corriente eléctrica los hemisferios cerebrales
Investigadores de las Universidades de Córdoba, Huelva, Baja California (EE.UU.) y Dortmund (Alemania) no podrán continuar con un experimento pionero en las cárceles de Huelva y Córdoba que comenzaron hace un año. El coordinador del proyecto, el psicólogo Andrés Molero, ha conocido por los medios de comunicación que el Ministerio de Interior «paralizaba cautelarmente» la investigación que desarrollaba en las prisiones de Huelva y Córdoba.
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Su trabajo era un experimento pionero en el mundo que trataba de averiguar si la estimulación eléctrica del cerebro de presos con delitos de sangre lograba reducir su agresividad. Entre febrero y julio de 2018, 41 presos violentos, 15 de ellos encarcelados por asesinato , recibieron sesiones de estimulación cerebral. Lo hicieron de forma voluntaria con una terapia nada invasiva y sin efectos secundarios, según los investigadores.
Cancelación sin previo aviso
El jueves, sin previo aviso, el Ministerio del Interior decidió cancelar el permiso tras conocer la publicación de la primera fase del experimento. Fuentes de Instituciones Penitenciarias explicaron a ABC que el estudio se autorizó con el PP en el Gobierno y ahora preferían esperar a conocer un informe solicitado a la subdirección general de Sanidad Penitenciaria. Sin embargo, el actual equipo de Gobierno conocía lo que se estaba haciendo en las cárceles de Huelva y Córdoba y dio permiso para su renovación el pasado 19 de enero .
La cárcel de Huelva, donde debería continuar el proyecto científico, recibió una llamada de Interior pidiendo que se cancelara el ensayo después de que la prensa preguntara por el polémico experimento.
Ayer la Universidad de Huelva aún no había recibido ninguna notificación oficial. «No sé por qué han decidido cancelar la segunda fase del proyecto, nadie me ha avisado. Nosotros tenemos un documento del 19 de enero confirmando la renovación del proyecto. Estoy a la espera de la recibir una comunicación oficial».
El Defensor del Pueblo, en contra
El Defensor del Pueblo, que de momento no ha recibido queja de particulares o colectivos relacionadas con las pruebas a estos reclusos, también expresó ayer su rechazo al considerar que «no hay voluntariedad cuando se está bajo custodia», como es el caso de la personas que cumplen condena en las prisiones españolas
La primera parte del estudio mereció la publicación en la revista «Neuroscience» con unas conclusiones prometedoras. Bastó con suministrar una leve corriente de 1,5 miliamperios en los dos hemisferios cerebrales en sesiones de 15 minutos durante tres días para que los reos tratados experimentaran una reducción de los impulsos violentos y una mayor calma.
Con cuestionarios, antes y después del tratamiento, se preguntaba a los convictos si golpearían a alguien tras una provocación o su capacidad de control de sus impulsos agresivos . Así pudieron evaluar cuatro parámetros de agresividad: violencia verbal, física, rabia y hostilidad.
Con otra veintena de reos
En la segunda fase de la investigación se espera contar con una veintena de los convictos de la cárcel de Huelva . El proyecto aspira a probar otro tipo de corriente eléctrica con el mismo procedimiento de estimulación cerebral y comprobar los resultados. Esta parte del proyecto es la que ahora estaría bloqueada hasta que Prisiones decida si vuelve a dar luz verde al proyecto. También se quiere replicar el estudio con una población no reclusa para comparar los resultados.
