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Mujeres que ejercen la prostitución en la Plaza de la Luna, en Madrid - Maya Balanya

Extranjera, joven y con hijos es el rostro de la prostitución en España

La crisis ha provocado «un cierto aumento de las mujeres españolas» que ejercen esta actividad, según Cáritas

Madrid Actualizado: Guardar
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No son la mayoría. Representan apenas el 20 por ciento. Pero la crisis económica ha provocado «un cierto aumento» de las mujeres españolas que ejercen la prostitución en nuestro país. Así lo refleja un inédito informe presentado este jueves por Cáritas Española a partir de las experiencias de las mujeres atendidas en sus distintos proyectos entre 2011 y 2014.

La difícil coyuntura social de los últimos años ha provocado que las «españolas estén asistiendo a los pisos de prostitución y a los clubes de alterne algún día de la semana para poder llegar a fin de mes», explicó Lourdes Pazo, coordinadora del proyecto «Vagalume», que Cáritas desarrolla en Santiago de Compostela.

Pese al repunte, esta institución de la Iglesia recuerda que se trata de «una presencia pequeña» respecto a las extranjeras, que representan el 80% de las mujeres que ejercen esta actividad.

«La desproporción sigue siendo muy grande, considerando que la población inmigrante representa el 12% de la población residente en España en estos momentos», apunta el informe titulado «La prostitución desde la experiencia y la mirada de Cáritas». La mayoría procede de Nigeria, Rumanía y Brasil, seguido de República Dominicana y Colombia.

La coyuntura de recesión además ha provocado que algunas de ellas hayan vuelto a esta actividad, incluso después de unos años de haber tenido trabajo y de haber agotado las prestaciones sociales. «Muchas veces se retoma esta actividad a espaldas del núcleo familiar, ocultando la realidad a la pareja y a los hijos bajo variados pretextos», señala esta institución, que por primera vez –después de tres décadas de trabajo con este colectivo– ha decidido plasmar en un documento «la realidad actual» de la prostitución. Su objetivo, según explicó ayer el director del Área de Desarrollo Social, Francisco Cristóbal, es «ofrecer una mayor comprensión de este fenómeno social oculto y complejo».

El estudio también logra dibujar un perfil claro de las víctimas de esta lacra. Además de ser extranjeras, casi todas las mujeres que se ven abocadas a vivir en estos contextos «de estigmatización y exclusión» son menores de 35 años, cuentan con un bajo nivel educativo –no llegan a estudios secundarios– y tienen hijos a cargo. El 70% además ha sufrido episodios de violencia, según destacó Hilde Daems, coordinadora del estudio, que analiza la vida de las más de 2.200 mujeres atendidas cada año por Cáritas.

De la mano de la pobreza

Las mujeres que entran en la prostitución proceden de ámbitos de pobreza estructural o vienen de lugares en conflicto o donde han sufrido violencia, detalló Daems, quien se mostró contraria tanto a un modelo que legalice la prostitución como a un modelo que la prohíba. En esa misma línea, Cristóbal pidió a las autoridades no buscar «respuestas únicas», como la de multar o no a los clientes y que se eliminen las «conductas intimidatorias» contra las mujeres que les causan «más sufrimiento». «Tenemos que poner en el centro a la mujer y desde ahí, abrir un diálogo sereno para ver cuál es la mejor manera de afrontar este problema», aseguró.

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