«El Etna está cargado de energía y no se descarta una erupción a baja cota, que son las peligrosas»

Después del pánico, llegó la rabia. «¿¡Por qué no nos advirtieron!?» Este es el grito de los habitantes de Fleri, un barrio de Zafferana Etnea, destruido por el terremoto en la madrugada del martes al miércoles con una magnitud de 4,8 en la escala de Richter , al que siguieron varias sacudidas de menor intensidad. Es gente que ha perdido todo. A los 28 heridos, media docena de ellos graves, hay que sumar 600 personas que han tenido que abandonar sus casas. La rabia se dirige sobre todo contra las autoridades por la falta de alerta: «En el día de Navidad hubo más de 50 sacudidas sísmicas, pero no nos llegó ninguna alarma», afirman las personas desalojadas de sus casas.

Tras la rabia llega también la pesadilla, porque los análisis que hacen los técnicos no son muy confortantes. «No podemos excluir la apertura de un nuevo cráter con erupción a una cota más baja con respecto a la que se abrió el 24 de diciembre», afirma el director del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Catania, Eugenio Privitera. Las erupciones del Etna a altas cotas son una constante y motivo de gran atracción turística. Los peligros reales son las erupciones a baja cota que en la historia del Etna han sido devastadores.

«El terremoto que hemos sufrido es la señal de que el volcán ha acumulado mucha energía que no logra encontrar desahogo y busca hacerse camino entre las rocas», explica el vulcanólogo Privitera. En realidad, Catania se encuentra sobre un mar de magna , destaca el geólogo Mario Tozzi, quien recuerda los graves terremotos de esta zona: uno del 1693 dejó casi 15.000 muertos entre una población de 20.000 habitantes en Catania . Tozzi se refiere así a los posibles riesgos en un futuro, hablando incluso de «Big one» siciliano (el terremoto que los científicos esperan que ocurra en California): «Estos terremotos (en Sicilia) están causados por los movimientos a lo largo de una enorme falla de 300 kilómetros en la Sicilia Oriental y estarían en grado de causar decenas de miles de muertos en Catania, arrasando una ciudad que no está absolutamente preparada para soportar el impacto de lo que podríamos (impropiamente) llamar nuestro “Big One”», afirma el geólogo Tozzi a «La Stampa».

Para calmar los ánimos han visitado las zonas afectadas los vicepresidentes del gobierno, Matteo Salvini, secretario de la Liga, y Luigi Di Maio, líder del Movimiento 5 Estrellas. Han prometido que este jueves será declarado el estado de emergencia en los seis pueblos golpeados por el terremoto .

Llegan también algunas palabras tranquilizadoras por parte del jefe de Protección Civil, que echa agua al fuego: «Desde el punto de vista científico, se trataría de un terremoto aislado; los técnicos nos dicen que se camina hacia un enfriamiento de la lava y debemos esperar una disminución de la actividad eruptiva, cuyo culmen se alcanzó en Navidad». De todas formas, muchos sicilianos se dejan hoy llevar de la superstición, tras ver rota y por los suelos la imagen de San Emidio, protector contra los terremotos . «Ya no podemos fiarnos ni de los santos», afirman los habitantes de Fleri ante sus casas destruidas.