Estos son los «médicos voladores» que luchan contra la malaria, el sida o la ablación

Con 60 años de vida, es la única ONG que trabaja en el continente con todos sus profesionales sanitarios nativos. «Los países en desarrollo saben cuidarse a sí mismos», dice su director

Amref Health Africa desarrolla programas propios en una treintena de países africanos sobre salud materno-infantil

LAURA SECORÚN

Leonard Mwashenga estaba trabajando en su pequeña granja en Taita Teveta, una árida región al sureste de Kenia, cuando cayó en una zanja y se rompió la espalda. A horas en coche del hospital más cercano, y con poco dinero para pagar a un médico, Mwashenga pensó que nunca volvería a caminar, pero su mujer tuvo la idea de llamar a una ambulancia aérea. En poco tiempo, una avioneta aterrizó en su pueblo y lo llevó a Nairobi donde cirujanos pudieron devolverle la movilidad de las piernas. «Si no fuese por esa ambulancia voladora, hoy estaría en una silla de ruedas», recuerda el agricultor.

La ONG que salvó a Mwashenga se llama Amref Health Africa , y ayer, en Oviedo, fue reconocida con el premio Princesa de Asturias a la Cooperación Internacional. Esta es la tercera vez en los 37 años de historia de las distinciones que el galardón de Cooperación Internacional se otorga a una organización con fines sociales y, en este caso, se trata de una ONG como ninguna otra. Su candidatura fue propuesta por Enrique V. Iglesias, premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 1982 y Sicily K. Kariuki, secretario del gabinete del Ministro de Salud de la República de Kenia. A este premio, en su XXXVIII edición, optaban 26 candidaturas de 17 nacionalidades. En 2012 el mismo galardón recaló en manos de Cruz Roja y Media Luna Roja y en 1991 el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para el Refugiado (Acnur).

«Saben lo que quieren»

Amref Health Africa -siglas en inglés de Fundación Africana para la Medicina y la Investigación- es la única ONG internacional nativa del continente. Lleva ya más de 60 años haciendo una inmensa labor para mejorar los sistemas sanitarios de 38 países africanos . En sus más de seis décadas de existencia esta organización ha atendido a unos 110 millones de personas.

La ONG fue fundada en Kenia en 1967 por tres doctores extranjeros (Michael Wood, Tom Rees y Archibald McIndoe). Según afirmó ayer a Efe su director general, Githinji Gitahi, la clave de su éxito es su habilidad de «empoderar a comunidades», en vez de dictarles lo que les conviene hacer en salud. Gitahi explica que la concesión del premio Princesa de Asturias es un reconocimiento a la única «organización nativa africana internacional» y al hecho de que «las comunidades saben exactamente lo que quieren en cuanto a salud».

Es por esto que Amref emplea mayoritariamente a personal local. En vez de traer médicos extranjeros como lo hacen otras entidades humanitarias, como Cruz Roja o Médicos Sin Fronteras, Amref educa a los africanos para que puedan cuidar de sus vecinos . En seis décadas, Amref ha formado a doce millones de profesionales sanitarios y el 90% proceden de las mismas comunidades a las que atienden.

La organización se fundó en Kenia en 1957 cuando un grupo de médicos empezó a utilizar avionetas para transportar cirujanos y médicos a las zonas más recónditas de la región, desde aislados pueblos en la sabana a países en conflicto, como Somalia. Y en África del Este, la mayoría de gente aún conoce a Amref por el nombre de los « doctores voladores ».

Hoy en día, la organización ha expandido sus esfuerzos mucho más allá del transporte médico. Amref Health Africa maneja una gama completa de programas, que van desde el cuidado materno-infantil a la malaria o el sida. Impulsa el fortalecimiento de los servicios de laboratorio para ofrecer mejores diagnósticos de la tuberculosis, así como un mayor acceso a la detección del VIH , que ayuden a la prevención y tratamiento de estas enfermedades. El acceso al agua potable es otro de sus objetivos principales. Para ello promociona el conocimiento de prácticas apropiadas de saneamiento e higiene, con lo que pretende reducir o contener la prevalencia de enfermedades como disentería, cólera, tracoma y tifus, y proteger a las mujeres y los niños de esas epidemias.

La ablación femenina

La organización también se enfrenta a problemas tabú como la ablación femenina, que afecta a 140 millones de mujeres en el continente negro. El jurado en Oviedo valoró especialmente esta esfuerzo. Amref ha apostado por terminar con la práctica. La ONG es pionera en el uso de «ritos alternativos», ceremonias para celebrar la madurez de las mujeres sin herirlas físicamente y que incluyen, cantos, bailes y bendiciones de los ancianos de la aldea.

«Amref Health Africa pasó años hablando con la gente de la aldea, con los ancianos del pueblo, para hacerles comprender los peligros de la ablación», recuerda Leah Ntatu, una chica de Shompole, en Kenia. Ntatu celebró un «rito alternativo» en vez de sufrir la tradicional ablación. «Queríamos que este cambio sucediera», añadió. Más de 10.000 niñas han evitado ser mutiladas con la ayuda de Amref. Ahora, los 50.000 euros del premio español servirán n a la ONG para mejorar la salud de millones de personas y «demostrar que los países en vías desarrollo saben cuidarse a sí mismos», asegura Gitahi.

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