Emery Brown: «La hipnosis y la meditación reducirán la dosis de anestesia necesaria»

Este profesor de la Universidad de Harvard quiere reinventar la anestesia general 160 años después de su invención

El neurocientífico estadounidense posa en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid JOSÉ RAMÓN LADRA

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Emery Brown (Ocala, Florida, 1957) i ba para matemático hasta que se topó con la medicina. Licenciado en Ciencias Exactas, Estadística y Anestesiología, ha desarrollado una carrera brillante en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y la Universidad de Harvard utilizando todas las disciplinas a su alcance para comprender mejor el cerebro humano. Aunque Brown, sobre todo, está decidido a revolucionar la anestesia general, un procedimiento médico infravalorado que se utiliza cada año en 250 millones de cirugías en el mundo . Él fue el primero en llevar el electroencefalograma al quirófano para vigilar la actividad cerebral del paciente durante la anestesia. Así descubrió que se puede utilizar una dosis mucho menor de la habitual y reducir los efectos secundarios durante esa etapa de inconsciencia. «Porque la anestesia no es estar dormido, es un estado de coma reversible », insiste Brown tras la conferencia celebrada en Madrid, invitado por la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán y la Universidad Autónoma.

Los anestesistas suelen tranquilizar a sus pacientes diciéndoles: «ahora se dormirá y cuando se despierte todo habrá pasado». ¿Usted se ha sincerado con alguno y se ha atrevido a decirle la verdad?, algo así como: «Le voy a inducir un coma, pero no se preocupe le traeré de vuelta sin problema»

Cuando me dice si me he atrevido a decírselo a un paciente, parece que la anestesia es un juego y sabemos que no lo es. No hay necesidad de usar una palabra como «coma» porque los enfermos se intranquilizarían. Pero tampoco les digo que se van a dormir; sería una simplificación incorrecta. A mis pacientes les explico que durante la cirugía estarán inconscientes, no sentirán dolor, no recordarán nada y no se moverán. Y también que estaré con ellos todo el tiempo, viendo y controlando sus signos vitales. Si observa lo que estoy diciendo, les doy la definición de anestesia general tal y como la describí hace nueve años en un estudio publicado en el «New England Journal».

En sus cirugías, su paciente no solo está conectado a un electrocardiograma que vigila el corazón, la tensión o el pulso. También utiliza un encefalograma para vigilar la actividad cerebral. ¿Por qué lo hace?

Uso el electroencefalograma con todos mis pacientes. Lo hago porque este dispositivo proporciona en tiempo real, segundo a segundo, información sobre el estado anestésico del paciente. Me permite saber cuál es su verdadero estado de inconsciencia y gestionar la dosis. Así estoy seguro de que no le estoy dando más o menos cantidad de la deseada.

«Existe una tendencia a admnistrar más anestesia de la necesaria»

¿Eso significa que el resto de médicos van a ciegas por no utilizarlo?

La mayoría de los anestesiólogos no usan el electroencefalograma para tomar decisiones sobre la dosificación de medicamentos anestésicos. Pero se basan en los cambios en la frecuencia cardíaca, la presión arterial y el movimiento de sus pacientes o las convenciones definidas por la farmacología anestésica, así como por su experiencia clínica. Los anestésicos son drogas potentes. Por lo tanto, todos son potencialmente peligrosos y los anestesistas aprenden a administrarlos tras años de entrenamiento. En la mayoría de los casos, existe una tendencia a administrar más anestesia de la necesaria porque médicos y pacientes están muy preocupados por la posibilidad de que el paciente pueda estar despierto aunque parezca que está inconsciente.

¿Qué problemas se evitarían con la introducción del encefalograma en el quirófano?

Se eliminaría drásticamente la posibilidad de que algún paciente se despertara durante la cirugía y también efectos secundarios típicos, como son las náuseas, los vómitos o el dolor postoperatorio. Pero sobre todo, su uso evitaría secuelas en el cerebro de pacientes ancianos.

Además de los efectos cognitivos en personas mayores, hay estudios que relacionan un peor rendimiento escolar en niños sometidos a cirugías repetidas. ¿Se evitaría con una menor cantidad de anestesia?

Existe una gran preocupación por los problemas cognitivos que genera la anestesia general en niños y ancianos. En mi opinión, la monitorización con electroencefalogama reduciría las dosis y los efectos colaterales. También permitiría definir nuevos enfoques. Recientemente, hemos descrito un enfoque novedoso, denominado anestesia general multimodal que consiste en utilizar múltiples anestésicos para controlar el dolor durante la cirugía. Así la recuperación de la consciencia será más rápida

La anestesia general se aplica desde hace 160 años. ¿Es el momento de reinventarla? ¿qué propone?

Se debe reinventar. Con todos los avances en la neurociencia moderna, ahora es el momento perfecto para reinventarla. Además de la anestesia multimodal, estamos desarrollando nuevos agentes anestésicos y estudiando formas de volver a despertar el cerebro con la administración de nuevos agentes. Nuestro objetivo final es eliminar por completo los efectos secundarios.

«Los somníferos producen en el cerebro un efecto similar a un anestésico débil; no producen un sueño reparador»

Colegas suyos proponen combinar la hipnosis con el uso de medicamentos sedantes. ¿Le parece una locura?

-No lo es. Conozco personalmente a anestesiólogos que utilizan la hipnosis como parte de su práctica para reducir la cantidad de anestesia necesaria. Estoy seguro de que esta técnica puede ser refinada y aplicada con éxito. Este enfoque puede que no funcione con todos los pacientes porque no todos son hipnotizables. Del mismo modo, otro de mis colegas está estudiando si doce minutos de meditación antes de entrar en el quirófano también puede ayudar a reducir la dosis de anestesia y analgésicos tras la intervención. Creo que esta práctica también tiene un potencial enorme

¿Los somníferos producen un efecto en el cerebro similar al de los anestésicos o reflejan un sueño natural?

Los fármacos para dormir, particularmente las benzodiacepinas o el zolpidem, producen estados sedantes equivalentes a aquellos producidos por una dosis baja de un anestésico. Es más exacto pensar en estos medicamentos como anestésicos débiles o sedantes que como fármacos para dormir. En el mejor de los casos, estos medicamentos producen un estado de sedación a partir del cual sus mecanismos naturales de sueño toman el control. Sin embargo, no hay ninguna garantía de que esto ocurra. De hecho, las personas que suelen tomar estos medicamentos tienen la sensación de haber estado inconscientes durante un buen período de tiempo, pero no la sensación de haber tenido un sueño reparador y estar descansados tras pasar una buena noche de sueño.

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