La manera en la que se despertó fue, cuando menos, curiosa. Su hijo estaba discuriendo en la habitación del hospital por un malentendido, de manera que Abdulla, al sentir que el chico podía estar en peligro, empezó a hacer sonidos extraños. Los médicos la examinaron y dijeron que todo estaba en orden. Sin embargo, tres días después, Omar comenzó a escuchar su nombre. «Me desperté con el sonido de alguien que gritaba mi nombre. ¡Era ella! Ella gritaba mi nombre. Durante años había soñado con este momento, y mi nombre fue la primera palabra que dijo».
Ahora esta mujer ya mantiene algunas conversaciones y está sometiéndose a tratamientos de rehabilitación para poder volver a llevar la vida que llevaba antes del accidente.
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