Coronavirus: Así será la nueva prueba de Selectividad

Los ministerios de Educación y de Universidades acordaron ayer en la Conferencia Sectorial de Educación, junto con las comunidades autónomas, que la prueba de Selectividad (EBAU) se celebre entre el 22 de junio y el 10 de julio en convocatoria ordinaria, y antes del 10 de septiembre en convocatoria extraordinaria. Tanto los dos departamentos como las comunidades «son conscientes de la dificultad que supone para el profesorado de 2º de Bachillerato y, en especial, para los estudiantes de este curso, la suspensión de las clases presenciales», señaló Educación en un comunicado.

Por ello, también se acordó modificar el modelo y el contenido de las pruebas para que el alumnado no se vea perjudicado. «Hemos decidido adaptar las pruebas en términos de mayor flexibilidad , de tal forma que haya más opciones para que el alumno que ha trabajado en contenidos diferentes, no solo entre distintas comunidades sino entre distintos centros, pueda demostrar lo que sabe, no aquello que no ha dado», dijo la ministra de Educación, Isabel Celaá, en declaraciones a Efe. Universidades y Educación elaboraron un documento en el que se propone una modificación en el modelo de prueba.

¿Qué cambios se introducirán? Se hará al alumnado una propuesta de examen con varios enunciados (preguntas, cuestiones, problemas, etcétera), y en la elaboración de cada una de las pruebas de la evaluación se procurará utilizar al menos un elemento curricular de cada uno de los bloques de contenido de la materia correspondiente. Los enunciados propuestos en la prueba serán opcionales para el alumnado, de manera que éste pueda configurar un conjunto de respuestas que le permitan alcanzar la máxima puntuación (10) aunque en las clases presenciales, hasta el 10 de marzo de 2020, no se haya desarrollado una parte del currículo de la materia. Asimismo, se añade que ninguna pregunta puede ser obligatoria para los alumnos.

Los posibles efectos que tendrán estos cambios es que "si colegios y estudiantes se centran en el aproximadamente el 75% que se ha impartido en clase, puede que se produzca una inflación de notas y mayor dificultad para entrar en los estudios más selectivos (Medicina, etcétera). Además, la diferencia estará, al no existir prueba única, en el nivel de cada prueba por comunidades. Y, por último, puede haber un déficit curricular al entrar en la Universidad que exige el compromiso de ésta para equiparar el año que viene el nivel de esta cohorte de estudiantes con las de años anteriores», explicó Jorge Sainz , catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos y exsecretario general de universidades.