Los distintos tipos de leches vegetales amenazan a la leche tradicional
Los distintos tipos de leches vegetales amenazan a la leche tradicional - ABC

El consumo de leche de vaca peligra por la moda de las vegetales

Las bebidas de soja, de almendras, arroz... copan el mercado mientras cae en picado la venta de leche. Los expertos temen carencias nutricionales

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De alimento fundamental en la dieta, la leche de vaca ha pasado a ser uno de esos productos demonizados en los últimos años, como el pan, los huevos o la mantequilla. Teorías nutricionales erróneas y falsos mitos han ido alimentando un rechazo que ha ido calando en la población. Uno de los más conocidos es aquel que sostiene que deberíamos abandonar su consumo porque el hombre es el único mamífero que sigue bebiendo leche en la edad adulta. «También somos los únicos mamíferos que trabajamos, nos vestimos, llevamos gafas y mil otras cosas más que nos distinguen. No hay ningún argumento científico para limitar la ingesta de leche, salvo que exista una intolerancia o una alergia», aclara Jesús Román, presidente de la Fundación Alimentación Saludable y de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación

(SEDCA).

Al contrario que otros mamíferos, los humanos poseemos una mutación en la enzima lactasa que nos permite digerir la leche en todas las etapas de vida. Pero este falso mito alimentario ha conseguido calar, poco a poco, en la sociedad. El consumo de leche de vaca sigue bajando en España, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura. En el año 2000, la ingesta se situaba en 97,3 litros por habitante. Hoy esa demanda está en menos de 73 litros por persona.

Las campañas en colegios e instituciones de los últimos años no han logrado superar la moda de las (mal) llamadas leches vegetales. Frente al descenso de la leche ha crecido en paralelo el consumo de las bebidas de soja, avena, almendra, espelta, coco, quinoa, chufa.. y hasta de alpiste. Mientras los ganaderos españoles agonizan, el volumen de venta de estas bebidas vegetales está generando un volumen de venta de unos 200 millones anuales.

«No es leche»

La caída del consumo no es solo un problema económico que afecta a los ganaderos españoles. La leche de vaca es el lácteo más completo y su menor ingesta podría ir asociado a deficiencias nutricionales de la población. A los expertos les preocupa especialmente el descenso entre los adolescentes españoles y las personas de tercera edad, grupos de población en los que se necesita mayor aportación de estos alimentos, especialmente por su riqueza en calcio.

Cada etapa de la vida tiene sus exigencias nutricionales, pero como norma general se aconseja tomar dos raciones diarias. En el caso de la leche bastarían dos vasos al día de unos 200 mililitros, dos yogures o una porción de queso para cubrir las necesidades nutricionales. Eso sí, esta norma solo funciona a la leche animal, no con los sucedáneos vegetales.

«La población debe saber que solo es leche lo que sale de la teta de un animal, ya sea de vaca, de cabra o de camella. Las bebidas de soja, arroz, de almendras no son leche y nunca podrán ser sustitutos. Ni saben igual ni tienen las mismas propiedades. La leche es un alimento muy difícil de sustituir», asegura el nutricionista Jesús Román.

Consumidores confusos

Los lácteos de origen animal tienen vitaminas como la A, la D o del complejo B y calcio que no contienen las vegetales. Son una fuente magnífica de proteínas, energía, grasa y minerales. «Además contienen otros elementos beneficiosos encargados de modular la microbiota y nuestras defensas naturales que no están presentes en las bebidas vegetales», argumenta Mercedes Gil-Campos, profesora de Pediatría de la Universidad de Córdoba. Como Román, esta especialista insiste en que no se debe utilizar el término leche vegetal para no confundir a los consumidores.

Los productos de soja, arroz o almendra poseen un perfil nutricional completamente distinto. Sí contienen la misma cantidad de energía, pero tienen ausencias importantes como el calcio. «Los españoles están acostumbrados a captar el calcio de lácteos y no de otros alimentos, si los sustituyen por una fuente errónea corren el riesgo de sufrir carencias», insiste esta especialista en Nutrición que también es miembro del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (ciberOBN). Este grupo de investigación es autor de un estudio científico que considera la leche de vaca como un vehículo de salud para la población. El informe fue elaborado por la Fundación Iberoamericana de Nutrición y la Fundación Española de Nutrición.

Algunas marcas de bebidas vegetales han optado por añadir calcio a sus productos para compensar esta carencia. Sin embargo, no basta. «Pueden añadirle calcio, pero no otros componentes de la leche que de forma natural favorecen la absorción de este mineral», apunta esta especialista.

La publicidad atrapa

La publicidad y los llamativos estantes en los supermercados de estas nuevas «leches» vegetales son el principal reclamo para el consumidor. Hoy lo vegetal se asume por principio como un producto más sano, aunque no siempre sea así. Tampoco los mensajes de «leches que nos hacen más ligeros» o «nos ayudan a sentirnos mejor» empujan al consumidor a tomar una decisión acertada.

Los médicos recuerdan que a veces es necesario recurrir a las bebidas vegetales cuando se sufre una intolerancia a las proteínas de la leche de vaca o lactosa. En ese caso, conviene pedir consejo al médico. No basta con elegir la bebida con mejor sabor. La composición de la soja o de las bebidas de arroz son completamente diferentes, tanto en contenido proteico como en vitaminas.

Si se trata de reducir la ingesta de grasa, hay alternativa en las leches animales en sus variedades desnatadas o semidesnatadas. El aporte calórico es menor y aunque en estos casos se reduce el contenido de vitaminas A y D, hay también opciones enriquecidas.

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