La ciencia pone fin a las «bolsitas» de ketchup difíciles de abrir

Se ha desarrollado un material «super resbaladizo» para que el producto pueda extraerse del envase con mayor facilidad

ABC

S.S

Abrir una «bolsita» de ketchup puede llegar a suponer todo un reto. Y, una vez abierta, conseguir que toda la salsa salga de su engorroso envoltorio es casi una misión imposible,

Pero esto no queda reducido a un solo problema. Los restos de comida que quedan en los envases de plástico –por su dificultad para extraerla o por simples descuidos– supone miles de kilos de comida en perfecto estado desperdiciada. Estos pequeños envases, que con frecuencia contienen productos como condimentos, bebidas o productos cárnicos, acaban sumando una gran cantidad de alimentos.

Un nuevo estudio de Virginia Tech quiere encontrar una solución a estos problemas, con la creación de un embalaje industrias muy ligero . Los resultados de la investigación, publicados en «Scientific Reports» muestran una patente provisional de un nuevo método por el cual se puedan fabricar un material con el que crear «envases resbaladizos» que permitan extraer con facilidad todo el producto de estos.

Beneficios industriales

Esta técnica no solo ayudará a poder, por ejemplo, sacar con facilidad el ketpchup de las «bolsitas», sino que se podrá aplicar a plásticos de barata fabricación, como el polietileno. «Los materiales resbaladizos previos se creaban a partir de siliconas y polímeros a base de flúor, lo cual es muy caro», explica Ranit Mukherjee , autor principal del estudio. «Pero ahora, podremos hacer un material con estas características a base de polímeros de hidrocarburos, un material que se utiliza con regularidad a los productos del día a día», comenta el científico.

«Hay dos cosas importantes de este proyecto», destaca Jonathan Boreyko, coautor del estudio. «No solo tenemos la posibilidad de utilizar estos polímeros, de uso extendido, baratos y con gran demanda , sino que hemos encontrado unos aceites naturales compatibles con los plásticos y estos se adhieren directamente, no necesitan un proceso invasivo por nuestra parte», explica.

Además de reducir el desperdicio alimentario, Jonathan Boreyko apunta a otros beneficios, como la posibilidad de mejorar el diseño , así como incrementar la seguridad y confort de los consumidores.

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