El caso del niño Billy Caldwell que ha impulsado la prescripción del cannabis en Reino Unido

El menor sufre de un severo caso de epilepsia y tuvo que ser hospitalizado días después de que las autoridades británicas confiscaran su medicación a base de aceite de cannabis

Billy Caldwell junto a su madre Reuters

Iván Alonso

A partir de este mes de noviembre los médicos británicos ya pueden prescribir medicamentos derivados del cannabis . Una ley que aprobó el ministro del Interior Sajid Javid el pasado mes de julio y que autoriza a estos a recetar este tipo de productos. Eso sí, solo ellos tendrán la potestad de suministrarlos los médicos especializados. Quedan fuera, por tanto, los doctores de cabecera.

Tampoco se podrá acceder a este tipo de medicamentos de forma libre y los expertos aseguran que su uso seguirá siendo bastante limitado ya que solo deben prescribirse «cuando haya pruebas publicadas de sus beneficios y se hayan agotado otras opciones de tratamiento». Los médicos, que tendrán la decisión final (ya que las autoridades no se inmiscuirán en sus decisiones según el Gobierno británico), serán quienes determinen si sus pacientes tienen o no una «necesidad clínica insatisfecha». Eso si, según el comunicado remitido por el ministerio de Sanidad las autoridades sanitarias «asesorarán» a los médicos especialistas responsables de recetar este tipo de productos, aunque la nueva ley deja claro que «no limitará los tipos de condiciones que pueden considerarse para el tratamiento».

Otra cosa será ponerlo en práctica ya que, según apuntan varios expertos y doctores como el neurólogo hospital St George de Londres Waqar Rashid, muchos de los médicos seguirán sin recetar estos medicamentos porque si «ocurriera algún efecto secundario o daño, aunque fuera leve», el médico podría seguir enfrentándose a «complicaciones legales».

Estos fármacos derivados del cannabis se recetarán a «candidatos obvios» de pacientes, por ejemplo, que sufran rigidez muscular por la esclerosis múltiple o para adultos con náuseas causadas por quimioterapia y los niños con formas raras o severas de epilepsia.

Caso Billy Caldwell

Un proceso, el de poder prescribir este tipo de sustancias como medicamento, que se aceleró tras el caso de Billy Caldwell. Este niño de 12 años sufre de un severo caso de epilepsia y tuvo que ser hospitalizado días después de que las autoridades británicas confiscaran su medicación a base de aceite de cannabis. Su madre Charlotte viajó a Canadá con él para obtener esta sustancia después de que prohibieran a su médico que se lo siguiera recetando, pero cuando regresó a Londres el medicamento fue requisado por la policía, lo que agravó el estado de salud del niño. Tras surgir su caso en los medios de comunicación, el Gobierno accedió a devolvérselo.

La nueva ley, eso si, no ha dejado satisfechos a todos . Mientras la madre de Caldwell cree que el cambio es aún insuficiente por las cortapisas que podrían poner los doctores a la hora de recetar, la del niño de 7 años Alfie Dingley (cuyo caso también llegó a la primera plana porque el Gobierno se había comprometido a dispensar una licencia extraordinaria que permitiera al niño traer al Reino Unido su medicina pero, tres meses después, el documento no se hizo efectivo) ha celebrado este cambio legislativo. Esta asegura que se trata de «un día trascendental para todos los pacientes y para las familias que tienen niños que están sufriendo y quieren acceder al cannabis medicinal».

Lo que si ha hecho esta nueva ley es resaltar un debate que está en la calle desde hace algunos meses. Se cuestiona más que nunca si esto podría ser un primer paso para despenalizar el uso del cannabis paso en el camino a legalizar la marihuana con fines recreativos, algo que la primera ministra británica, Theresa May ya se apresuró a negar cuando se anunció este proceso.

Lo que parece claro, en base a las encuestas, es que estos casos en los que varios menores necesitaban componentes derivados del cannabis para recuperar su salud han propiciado una mayor aceptación entre la opinión pública sobre la despenalización total de esta droga. Varios sondeos y encuestas, la última publicada en el diario The Independent con un 59% a favor, apuntan a que los ciudadanos británicos se mostrarían en pro de legalizarla por completo. Países como Canadá ya han dado ese paso y han legalizado recientemente esa droga.

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