África

Ascienden a 26 las personas fallecidas por el brote de cólera en Zimbabue

Han pasado 10 años del peor brote de la historia del país que se cobró 4.950 vidas y cerca de 100.000 personas enfermaron

Pacientes que podrían estar enfermos de cólera esperan para recibir tratamiento médico en un hospital de campaña en Harare (Zimbabue) EFE

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El gobierno de Zimbabue toma medidas drásticas para contener el brote de cólera que se ha cobrado 26 víctimas mortales y se ha contabilizado más de 3.000 casos sospechosos en apenas 10 días. El epicentro del brote se sitúa en Glenview y Budiriro, a las afueras de la capital, dos suburbios que cuentan con alta densidad de población y un área comercial muy activa. La fuga de una tubería de alcantarilla estaría contaminando los pozos comunitarios con cólera y bacterias causantes de la fiebre tifoidea. El Ministerio de Salud ha declarado el estado de emergencia sanitaria en Harare y el brote podría haberse extendido a otras cinco provincias del país, según los medios locales.

Para frenar la propagación de enfermedades , el gobierno y sus socios internacionales recomiendan lavarse regularmente las manos, beber solamente agua potable, evitar estrechar las manos, lavar y cocinar bien los alimentos y evitar los locales de comida sin licencia. La última medida adoptada por el ejecutivo de Emmerson Mnangagwa ha sido prohibir las reuniones públicas y manifestaciones en las calles de la capital , cuya área metropolitana tiene más de dos millones de habitantes.

Como consecuencia de esta medida, la Universidad de Zimbabue (la más grande del país) ha pospuesto indefinidamente la ceremonia de graduación de este año, que debía celebrarse el viernes. Otro evento susceptible de sufrir cambios es la ceremonia de la oposición prevista para el fin de semana, en la que su líder, Nelson Chamisa , iba a autoproclamarse «presidente del pueblo» a pesar de haber perdido las elecciones generales el pasado 30 de julio. Chamisa, que ha visitado varios hospitales en los últimos días, ha descrito la situación como « desastre naciona l». Por su parte, el ministro de Finanzas, Mthuli Ncube, anunció a través de twitter que el gobierno ha establecido un crowdfound de emergencia para solicitar apoyo en la lucha contra la epidemia de cólera.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), que informó de la escasez de medicamentos y los deficientes sistemas de saneamiento, está suministrando kits que contienen solución de rehidratación oral, líquidos intravenosos y antibióticos a los centros que están tratando a pacientes sospechosos de padecer cólera. Las organizaciones de ayuda han intensificado su apoyo al ministerio de Salud en la coordinación de la respuesta, la movilización de expertos en salud nacionales e internacionales y desplegando recursos en las áreas afectadas para combatir el brote actual.

Testigo del peor brote de cólera

Los brotes de cólera han ocurrido con regularidad en Zimbabue. Entre agosto de 2008 y mayo de 2009, el país vivió el peor brote en su historia con más de 4.000 víctimas mortales y cerca de 100.000 personas enfermaron por la ingesta de agua contaminada, según la OMS. Manuel López Iglesias fue el coordinador general de Misiones de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Zimbabue en aquella época. «Recuerdo que fue hace justo diez años, en octubre de 2008, cuando se declaró oficialmente una epidemia de cólera en un Zimbabue que ya estaba muy castigado por la pandemia del HIV/SIDA y asolado por una crisis económica y financiera sin precedentes. Aunque, en realidad la epidemia había empezado meses antes y ya llevábamos tiempo observando los efectos de la misma», relata López al diario ABC.

El trabajador humanitario explica que el hubo dos oleadas, una primera entre enero y abril que afectó las provincias de Mashonaland y Harare, y otra que comenzó en agosto en la misma zona y que terminó por afectar a todo el país. « Los problemas de agua y de la infraestructura de alcantarillado y saneamiento fueron la causa de la propagación inicial , aunque otros factores, como los desplazamientos de personas por razones de trabajo estacional o las fiestas de Navidad, contribuyeron a agravar la situación. Al problema de la rápida propagación se añadió la falta de capacidad del sistema de salud pública para dar una respuesta eficaz: las estructuras de salud en la zona rural apenas contaban ya con personal sanitario debido a la crisis financiera del país , que afectaba sobremanera al Ministerio de Salud,» declara López a ABC.

«Una de las consecuencias de esta crisis es que las clínicas y hospitales de algunas ciudades habían ido cerrando por falta de recursos a lo largo de la segunda mitad de 2008, así que muy pocas seguían operativas en los meses más críticos de la epidemia, cuyo pico tuvo lugar a finales de Enero de 2009, y que finalmente registró en total más de 100.000 casos y más 4.950 muertes en un país de apenas 12 millones de residentes », explica el trabajador humanitario que actualmente es el responsable de la organización en Siria. MSF trató a más del 70% de los pacientes ingresados en todo el país, gracias también a que disponían de un programa financiado en su totalidad por ECHO y a un extenso equipo formado por 500 trabajadores zimbabuenses y expatriados que trabajaron durante más de ocho meses para salvar miles de vidas: «Recuerdo vívidamente el desgaste emocional que supuso la batalla para todos nosotros, especialmente en Beitbridge y Cheguto, donde los brotes fueron especialmente cruentos. Han pasado 10 años, pero nunca se me olvidará tampoco el cariño y la gratitud de la gente de Zimbabue».

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