El 73 por ciento de la mejora en supervivencia por cáncer se atribuye a los nuevos tratamientos

Una revisión de estudios demuestra que la inclusión de fármacos innovadores ahorra costes y mejora la esperanza de vida

Sala de quimioterapia del Hospital Madrid Norte IGNACIO GIL

ABC

El informe «El valor del medicamento desde una perspectiva social» , elaborado por el centro de investigación en Economía de la Salud Weber con el apoyo de Farmaindustria, y en el que se han analizado más de 500 estudios sobre el valor del medicamento , ha puesto de manifiesto que la inclusión de los fármacos innovadores ahorra costes a los sistemas sanitarios, reduce la carga de cuidados personales, las bajas laborales, mejora la salud e incrementa de forma notable la esperanza de vida.

«El medicamento no es un bien cualquiera, es un bien social que cura, controla o alivia las enfermedades y, por tanto, proporciona calidad de vida. Es, en definitiva, un instrumento fundamental para el cuidado de la salud. Porque la innovación en medicamentos trae soluciones concretas para pacientes concretos, y cada vez más, puesto que estamos viendo cómo avanzamos con rapidez hacia tratamientos cada vez más precisos y personalizados», ha defendido el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, durante la presentación del trabajo.

Reducción del gasto

Precisamente, el estudio recoge una investigación realizada en Estados Unidos en la que se demostró que la introducción de nuevos fármacos supone un ahorro neto de costes sanitarios de entre 2,4 y 8,3 veces el gasto farmacéutico incurrido, siendo este «efecto compensación» más pronunciado a largo plazo.

Además, otros trabajos han evidenciado que cada año de reducción de la edad media del medicamento, si bien se asocia a un incremento de unos 6,60 euros (8,2 dólares) per cápita en gasto farmacéutico, supone una reducción de unos 36,87 euros (45,4 dólares) en el gasto sanitario total per cápita. Del mismo modo, y según una investigación realizada en Canadá, por cada euro aproximado adicional invertido en medicamentos innovadores se logra una reducción media de unos 3,8 euros (4,7 dólares) en gasto hospitalario y de 1,5 en la factura sanitaria total.

Además, y aludiendo a un estudio realizado en Estados Unidos, los tratamientos contra el cáncer producidos entre 1989 y 2005 evitaron 1,55 millones de días de hospitalización en el año 2013, logrando que sólo ese año se lograra una reducción de costes de más de 3.800 millones de euros (4.800 millones de dólares).

En el caso del VIH , el trabajo ha mostrado que la introducción de las terapias antirretrovirales de alta eficacia generó sólo en España un ahorro sanitario neto de más de 15.000 euros por paciente entre los años 1996 y 2007, ahorro que se eleva a unos 40.000 euros por paciente si se tiene en cuenta el coste social asociado a las bajas laborales que se evitan con la introducción de los nuevos fármacos.

Adherencia al tratamiento

Pero, tal y como se plasma en el trabajo, los nuevos medicamentos también puede generar valor y ahorrar costes a través de una mayor adherencia al tratamiento . Concretamente, se ha calculado que el retorno de la inversión por paciente con adherencia mejorada es de 7,1 veces el gasto realizado en diabetes ; de 5,1 en hipercolesterolemia y de 4 en el caso de la hipertensión.

Asimismo, por cada euro aproximado invertido en vacunación infantil contra la difteria-tétanos-tosferina se ahorran a largo plazo unos 20 euros, de los cuales unos 7 corresponden a costes sanitarios directos para el sistema.

La esperanza de vida se beneficia también de la introducción de los nuevos medicamentos ya que, por ejemplo, entre los años 2000 y 2009 se ganaron 1,74 años en los países desarrollados, de los que un 73 por ciento se atribuyen al efecto de la innovación farmacéutica . De hecho, se ha comprobado que un 73 por ciento de la mejora en supervivencia por cáncer se atribuye a los nuevos tratamientos.

En este sentido, el trabajo ha reflejado que en España aumentar aproximadamente un euro en el gasto per cápita en medicamentos en un año se traduciría en una ganancia de esperanza de vida a los 60 años de 1,28 días en hombres y 1,58 en mujeres. Estos beneficios se han demostrado en enfermedades como el cáncer, la hepatitis C, VIH o algunas poco frecuentes como, por ejemplo, la esclerosis lateral amiotrófica, la atrofia muscular espinal o la distrofia muscular de Duchenne, entre otras patologías.

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