El 57% de los plásticos del litoral de Tarragona son fibras de ropa de la lavadora

Un estudio de la URV advierte de que la presencia de estos microplásticos comporta un riesgo para la salud

ABC

Más de la mitad de los residuos plásticos del litoral de Tarragona son fibras de ropa de la lavadora, según un estudio de la Universidad Rovira i Virgili (URV) que ha analizado la contaminación por plásticos en el agua de mar, los sedimentos marinos y la arena de las playas tarraconenses .

Pero no son únicamente los residuos plásticos que se ven flotando en el agua o arrastrados por las olas de mar, sino también numerosos plásticos de tamaño microscópico , que no se pueden ver a simple vista pero que pueden afectar la salud humana, según los investigadores de los Departamentos de Ingeniería Química y de Bioquímica y Biología Molecular de la URV .

Estos microplásticos llegan al medio marino a través de torrentes y rieras, arrastrados por ríos caudalosos como el Ebro o a través del alcantarillado y de los emisarios marinos.

También proceden de derrames de polímeros de plástico de origen industrial, de vertidos directos al mar desde embarcaciones, y, en el caso de las fibras sintéticas, son las que se desprenden de las prendas al lavar la ropa .

A partir de las muestras obtenidas en el litoral tarraconense, los investigadores han observado que hasta el 57 % del total de los plásticos analizados corresponden a estas fibras microscópicas de la ropa , que acaban siendo arrastradas hasta las depuradoras, donde sólo una parte es eliminada del agua que luego se vierte al mar.

Cuando analizaron los sedimentos y la arena de las playas , los resultados de las analíticas pusieron de manifiesto la existencia de plásticos de tamaño microscópico de tres grupos principales: polipropileno (42 %), poliestireno (37 %) y polietileno (16 %).

Los investigadores han aclarado que los plásticos que llegan a las playas no se degradan y sólo se rompen en fragmentos cada vez más pequeños por la fuerza de las olas, y se considera microplástico cuando el tamaño es de menos de 5 milímetros y nanoplástico cuando es inferior a un milímetro.

El estudio advierte de que la presencia de estos microplásticos comporta un riesgo para la salud porque pueden ser consumidos por los humanos a través de los alimentos, que no tienen que ser necesariamente de origen marino.

Tanto los invertebrados marinos filtradores, mayoritariamente moluscos y crustáceos, como los peces ingieren los plásticos microscópicos que se encuentran en el agua y los sedimentos y les pueden bloquear el tracto digestivo, provocando su muerte, y pueden también estar en su sistema digestivo en el momento de la captura.

El siguiente paso, según los investigadores, es estudiar si los nanoplásticos pueden atravesar las membranas de las células del hígado, del riñón o del sistema nervioso , y para ello están desarrollando nuevos métodos para detectarlos en muestras biológicas y evaluar sus efectos nocivos para el salud humana.

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