Chimeneas de una central en Sofía (Bulgaria)
Chimeneas de una central en Sofía (Bulgaria) - AFP

Los textos de Einstein son más fáciles de comprender que los informes del IPCC

Un análisis lingüístico revela que su lenguaje obstaculiza la acción contra el cambio climático

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El lenguaje que el Panel de Expertos del Cambio Climático (IPCC) utiliza en sus informes está obstaculizando la acción global contra el cambio climático. El Resumen para Políticos que cierra cada uno de los informes de Evaluación del IPCC debería servir demarco a los gobiernos para establecer políticas eficaces que ayuden a contrarrestar el calentamiento global. Sin embargo, un análisis lingüístico de estos textos ha revelado que los políticos necesitan el equivalente a un doctorado en el tema para entender estos informes. Incluso los textos de Albert Einstein son más fáciles de comprender que los llamados Resúmenes para Responsables de Políticas, de acuerdo con las conclusiones de un grupo de académicos europeos, que se publican en la revista Nature Climate Change.

Dada la magnitud del problema y las distintas audiencias a las que se dirigen estos informes, sus conclusiones deberían ser comunicadas de modo que puedan entenderse por audiencias no científicas, dicen los investigadores, que les dan un suspenso en términos de facilidad de lectura. Por el contrario, los medios científicos y la cobertura periodística de los informes resulta ser cada vez más legible.

Dirigidos por Ralk Barkemeyer, de la Escuela de Negocios Kedge en Burdeos (Francia), los investigadores realizaron un análisis lingüístico de los Resúmenes para Políticos de los cinco Informes de Evaluación que el IPCC ha publicado desde 1990, aplicando métricas de legibilidad, y los compararon con la cobertura de los informes en una muestra de diarios sensacionalistas (Daily Mail, The Mirror y The Sun) y periódicos de calidad (New York Times, Washington Post, The Independent y The Times), así como en los editoriales y reportajes de las revistas científicas Nature y Science.

Cobertura informativa pesimista

Sus conclusiones apuntan a que mientras los textos del IPCC se han ido convirtiendo en menos legibles a través del tiempo, la legibilidad de la cobertura informativa ha mejorado, si bien destacan que el tono de los medios de comunicación es en general más pesimista que los propios informes.

El estudio llega pocas semanas antes de que comience en París la Cumbre del Clima de Naciones Unidas, cuyo objetivo es forjar un acuerdo global y vinculante para combatir el cambio climático. El profesor Suraje Dessai, del Centro para el Cambio Climático y Economía Política de la Universidad de Leeds y coautor de la investigación, afirma que «si los gobiernos no pueden ni siquiera imaginar los hechos científicos que se les presentan, ¿cómo van a empezar a llegar a un consenso o a una redacción legal conjunta?»

Malinterpretaciones de climaescépticos

Por su parte, Barkemeyer explica que «el IPCC fue creado para informar de la política climática global, pero es evidente que no está haciendo esto cuando sus resúmenes para los responsables políticos son tan ilegibles. Están fallando en su tarea». Además, apunta que «debido a que los resúmenes del IPCC son tan difíciles de entender, puede haber muchas interpretaciones diferentes de un mismo punto, lo que puede hacer que sean fácilmente malinterpretadas por los escépticos del cambio climático».

El mandato del IPCC es sintetizar y comunicar el estado actual de la investigación sobre el clima de una manera que pueda ser entendida por el público no científico en todos los niveles. Los Resúmenes para Políticos se publican aproximadamente cada cinco años para acompañar a los informes de evaluación completos, y se elaboran a través de un complejo proceso que involucra a científicos, delegaciones gubernamentales y observadores. Estos informes se adoptan por consenso, por lo que cada palabra y cada coma deben estar aprobadas por todos.

Una solución -barajan los investigadores- podría ser involucrar en el organismo a expertos en comunicación de la ciencia, aunque reconocen que el IPCC es muy celoso de sus procedimientos por miedo a que la voz de los científicos pueda ser distorsionada o politizada. Por eso, los autores sugieren que el IPCC forme en comunicación científica a sus autores principales o coordinadores para así asegurar que los resultados no se distorsionen.

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