El debate sobre el suicidio asistido no se planteaba en la Cámara desde hacía 20 años
El debate sobre el suicidio asistido no se planteaba en la Cámara desde hacía 20 años - jose alfonso

Contundente rechazo del Parlamento británico al suicidio asistido

Los defensores de la vida tumban la propuesta laborista por 330 votos en contra y 118 a favor

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los defensores de la vida han obtenido esta tarde una contundente victoria en el Parlamento británico, que rechazó por 330 votos en contra y 118 a favor la propuesta de un diputado laborista para aprobar una ley que permitía el suicidio asistido de los pacientes terminales de Inglaterra y Gales con un horizonte de vida de menos de seis meses. Era un debate que no se planteaba en la Cámara desde hacía 20 años y suscitó una confrontación dialéctica apasionada. Los diputados conservadores, los más opuestos a la iniciativa, advirtieron que si la reforma salía adelante existía el riesgo de «convertir el derecho a morir en el deber de morir».

Los parlamentarios han atendido finalmente las llamadas en defensa de la vida de anglicanos, católicos, judíos, musulmanes y sijs, que habían pedido en una carta conjunta que se parase la reforma.

«Si no fuese que hablamos de un tema enormemente serio, esta propuesta sería de risa», le espetó a su promotor la diputada conservadora Fiona Bruce, que la calificó de «legal y éticamente inadmisible». La Asociación Médica Británica también estaba en contra, pues se opone a «toda forma» de suicidio asistido.

Rob Marris, el diputado que llevó la propuesta a los Comunes, argumentó que la ley actual no atiende las necesidades de las familias y los terminales, ni los de la profesión médica. A su juicio, las limitaciones actuales «fomentan el suicidio amateur» y que los pacientes acudan a la asociación suiza pro eutanasia Dignitas. David Cameron no estuvo presente en la sesión y aunque los diputados tenían libertad de voto había dejado claro que estaba por el «no».

En una cuestión humanamente tan dolorosa hubo momentos muy emotivos. Una diputada laborista partidaria de la reforma contó su caso personal con su madre, a la que le quedan tres días de vida según los médicos. Philippa Whitford, del Partido Nacionalista Escocés, superviviente de un cáncer de pecho, también aportó un sentido punto de vista; se opuso a la ley diciendo «voto vida y dignidad, no muerte» y recordó que existen cuidados paliativos para hacer «un hermoso último viaje».

La propuesta de ley exigía que el paciente tuviese un horizonte de vida siempre de menos de tres meses y que su petición fuese supervisada por dos médicos, que diesen cuenta de su estado cabal y situación clínica, y autorizada finalmente por un juez de familia de la Corte Suprema.

Ver los comentarios