Un molusco que come la madera de los barcos provocó la caída en desgracia de las Atarazanas

Durante 300 años fue astilleros pero con el decubrimiento del Nuevo Mundo se convirtió en almacén de la Carrera de Indias

Vista de las naves de las Atarazanas que han llegado hasta nuestros días J. M. SERRANO

M. J. PEREIRA

El edificio conocido como las Reales Atarazanas de Sevilla es en realidad un conjunto arquitectónico que formó parte del recinto amurallado que rodeó la ciudad almorávide y al que más tarde los almohades añadieron una barbacana -un muro más bajo-, torres y una puerta, recientemente descubierta. A partir de 1252, este recinto fortificado se convirtió en una fábrica de galeras , añadiéndosele 17 naves de gran altura, sobre sólidos pilares, capaces de albergar la fabricación de los barcos necesarios para defender el Estrecho de Gibraltar de las continuas oleadas de invasores norteafricanos, según la Junta de Andalucía.

¿Pero por qué los astilleros de Sevilla cayeron en desgracia? La clave está en un molusco que se comía la madera de la sierra del Segura usada en los barcos que se construían en los astilleros sevillanos, según relata Fernando Mendoza, arquitecto y restaurador. Durante más de 300 años el edificio fue usado como astilleros hasta que con el descubrimiento del Nuevo Mundo la fabricación de barcos se trasladó al norte de España porque las maderas eran allí más resistentes a los ataques de ese molusco, más conocido « la broma» o Teredos, de cuerpo blando, vermiforme, blanquecino y translúcido, que alcanzan como máximo unos 20 centímetros.

De hecho, en 1595 una Real Cédula prohibió que los barcos de las Atarazanas sevillanas se emplearan en la Carrera de Indias porque ese xilófago se comía literalmente la madera de las galeras. A raíz de ello, se rellenaron con escombros unos cinco metros de las Atarazanasde Sevilla para establecer almacenes y oficinas del comercio con la Carrera de Indias. Así perdió su uso como astillero.

En 1493 se trasladaron allí las pescaderías de la ciudad en lo que hoy es la nave 1; en 1543 la nave 4 se destinó a fabricar bombas de achique de agua; en 1588 se usó parte del edificio como almacén de artillería; en 1595 se construye el hospitales de la Santa Caridad, que ocupó 5 de las 17 naves originales ; y en 1719 se convierte en Maestranza de Artillería.

Gran parte de las naves desaparecieron, permaneciendo las siete actuales que conocemos como Reales Atarazanas, a las que se añadió un cuerpo de inspiración neoclásica como fachada frente al río. Lo que ahora se contempla allí es realmente la visión que se tenía del edificio en el siglo XVI, de bóvedas bajas, propias de almacenes.

Parte de la puerta almohade de las Reales Atarazanas, en la nave 1, que en el siglo XV acogieron las pescaderías de la ciudad J. M. SERRANO

En 1993, las Reales Atazanas pasaron a ser propiedad de la Junta, que realizó tareas de conservación y restauración, entre ellas las realizadas en 1997 por el arquitecto Antonio Barrionuevo, que reordena la nave 1, creando además un salón de actos que aún permanece.

¿Qué usos se han dado a las Atarazanas desde que pasaron a la Junta? En las ultimas dos décadas han acogidos varias Bienales de Arte Contemporáneo (Biacs ), congresos, conferencias, rodajes (como la serie «Juego de Tronos», e incluso una e xposición de arte cofrade (Munarco). Para la Exposición de 1992 se pensó en destinarlo a Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, pero el proyecto cayó en el olvido.

El edificio fue declarado monumento histórico artístico en 1969 y Bien de Interés Cultural en 1985 . Se encuentra ubicado en el sector 13 del Conjunto Histórico de la ciudad, por lo que cuenta con un Plan Especial de Protección. En 2009, la Junta formalizó la cesión del uso del inmueble de las Reales Atarazanas de Sevilla a La Caixa a través de la firma del contrato de concesión administrativa por 75 años, con el fin de invertir más de 20 millones de euros para abrir un CaixaForum.

Los problemas habidos con las licencias llevaron a La Caixa a ubicar ese proyecto en la Cartuja. Con posteriordad, en 2014 la Junta otorgó de nuevo a La Caixa una concesión administrativa por 20 año s para la implantación de un centro cultural en las Reales Atarazanas, con una inversión de 10 millones de euros más impuestos, a lo que después se añadieron otros 800.000 euros.

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