Cabify Barcelona

Rosauro Varo: «El peor día de mi vida fue cuando tuve que despedir a 950 personas en Barcelona»

El empresario sevillano admite por primera vez lo duro que fue firmar el ERE de Cabify en una charla organizada en la Universidad Loyola Andalucía

Rosauro Varo, durante el encuentro en la Universidad Loyola Andalucía Vanessa Gómez

Elena Martos

La discreción es el sello personal de Rosauro Varo , el empresario sevillano que lidera el negocio de la movilidad en España con una importante participación en Cabify. Esa es la división que más le apasiona y la que más dolores de cabeza le da. «Normalmente ambos van de la mano», admitió ayer en una animada charla con el rector de la Universidad Loyola Andalucía , Gabriel Pérez Alcalá , en uno de los encuentros que la institución organiza con personalidades relevantes en el Campus de Palmas Altas .

Convencido de que los errores enriquecen mucho más de lo que marcan una carrera profesional, el empresario admitió que en su trayectoria «ha habido muchos traspiés». También días negros, el que más ocurrió hace apenas un mes y medio cuando se vio obligado a firmar el ERE de Cabify con la salida de las VTC de Barcelona . «Fue el peor día de mi vida profesional porque tuve que despedir a 950 personas. Creo que es la primera vez que lo digo», aseguró ante un auditorio repleto de jóvenes estudiantes de grados y másteres.

Este revés no ha podido con el optimismo de Varo, quien se mostró convencido de que «todavía hay camino para darle la vuelta». El profesor Pérez Alcalá le preguntó por esa capacidad para aguantar los contratiempos, una tesitura «a la que se enfrenta todo empresario». A ello respondió: «acepto las lecciones que da el fracaso, pero no me rindo ante el fracaso» . No obstante, advirtió de que hay que ser prudente con las batallas que se libran, porque «tampoco hay que matarse ante los retos imposibles».

Su grupo empresarial es GAT y a través de él se ha embarcado en varias líneas de negocio de hostelería y ocio, inmobiliario, financiero y tecnológico y de movilidad . Recalcó que «este último es el que ahora nos ilusiona más porque está todo por crear». Rosauro Varo reflexionó sobre el momento actual y las nuevas necesidades. Recordó que cuando tenía dieciocho años, hace 22, la mayoría de sus amigos y él mismo tenían carné de conducir. «Eso suponía un hito de libertad y de independencia, pero hoy apenas un 40 por ciento de los jóvenes tiene el carné con dieciocho porque el modelo ha cambiado y hay otras opciones a su alcance».

Sobre el futuro, consideró que es necesaria una revolución en la universidad y en el ámbito de la docencia . «La clave es la formación constante y para ello la administración ha de elevar el tono y dejarse de debates estériles , planteando de una vez por todas políticas en mayúscula». También aconsejó a los asistentes «estudiar lo que le guste a cada uno y prepararse para lo que vaya a hacer mañana». Varo admitió que esa no fue su experiencia, pues estudió Derecho, una carrera que le costó sacar y que nunca ejerció. «Lo sabía desde el principio y seguí adelante. Hoy no haría lo mismo», dijo. Para terminar, recomendó alimentar todo este periodo formativo con la experiencia de viajar, vivir en otros países y acumular la madurez que da el salir de casa, abandonando la protección del hogar familiar.

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