FERIA DEL LIBRO

Reyes Monforte: «Es imposible borrar lo que ha sido lo mejor de tu vida»

La periodista presenta este sábado en la Feria del Libro de Sevilla la novela «La memoria de la lavanda»

Reyes Monforte PACO NAVARRO

PEDROYBARRA

La periodista Reyes Monforte acaba de publicar su séptima novela: «La memoria de la lavanda» (Plaza y Janés). Todos sus libros se los ha dedicado a Jose (Pepe Sancho) «!Y a quién mejor! Los siete libros están dedicados a él, pero «La memoria de la lavanda» es además un homenaje a la persona amada», afirma antes de comenzar esta entrevista la escritora que presentará y firmará ejemplares de su nueva novela mañana sábado en la Feria del Libro de Sevilla a partir de las 20 horas en el espacio «La Red».

Y ahora «La infiel» se convertirá en serie de televisión...

Sí, Mediaset compró los derechos para convertirla en serie y la emitirá Telecinco. Están terminando los guiones y estoy deseando vela. Ojalá funcione tan bien como la serie «Un burka por amor» que fue la ficción más vista de 2009 con más de 4,5 millones de espectadores.

¿A qué aspira con «La memoria de la lavanda»?

A que el lector se acerque a la novela y se enamore de ella, cómo está pasando, que lleva apenas dos semanas en las librerías y ya está entre los más vendidos. Aspiro a contagiar el olor y la visión de los campos de lavanda, que son la memoria de lo vivido.

Pérdida, duelo, amor y esperanza...

Portada de la novela ABC

Y secretos de familia, y traiciones, y memoria, y tsunami de emociones, y vida, y recuerdos, y amigos, y enemigos, y venganzas, y olvido... es una fotografía de vida, en la que todos estamos retratados.

¿Sería su novela más emotiva y personal?

Sin duda. Ha sido una llegada a meta, una deuda que tenía pendiente desde que sufrí una gran pérdida, como hemos sufrido todos. Aunque eso no quiere decir que sea mi historia, es la historia de Lena, una fotógrafa retratista que pierde a su marido, Jonas, un cardiólogo de prestigio, y que inicia un viaje de 48 horas a los campos de lavanda para esparcir las cenizas de su marido, y ese viaje se convierte en un viaje existencial, con paradas imprevistas, unas buenas y otras no tan buenas.

¿Qué tiene de autobiográfica?

«La memoria de la lavanda» es una ficción con personajes de ficción. Y a los personajes de ficción les tienes que dotar de una biografía física y también de una emocional, sobre todo en una novela de estas características. Y ahí si que Lena tiene mi mirada pero no mis ojos. Es ese mapa emocional, no solo de Lena, sino del resto de los personajes. Pero la trama literaria, no tiene nada que ver conmigo.

Cinco años, un mes y... ¿llega a obsesionar el tiempo?

Cada persona tiene su particular timing. El de Lena es dos meses, una semana y cuatro días. No es una obsesión, es un recuerdo permanente. Es como la cicatriz que una herida deja en la piel: con el paso del tiempo cura, se cierra, pero nunca se borra porque sigue ahí de por vida.

¿Al final es posible borrar a alquien que ya no está de los contactos del móvil?¿Cuánto tiempo tendría que pasar para ello?

No lo sé. Cada uno gestiona la pérdida y su duelo como mejor considerase oportuno, sobre todo en esos pequeños detalles que marcan la diferencia. No sé cuando se termina borrando el contacto de la persona perdida, lo que si sé es que de la memoria, de tus recuerdos, no se va nunca. Es imposible borrar lo que ha sido lo mejor tu vida.

¿Por qué campos de lavanda y no de azahar o romero?

Por casualidad. Yo tenía clara la historia, los personajes pero no sabía el escenario donde ubicarlo. Un día, unos amigos me invitaron al Festival de la lavanda que se celebra el 15 de julio en los campos de lavanda de Brihuega, en Guadalajara, un rincón de casi mil hectáreas conocido como la Provenza española, y entonces lo tuve claro. Además, la lavanda tiene propiedades calmantes, cicatrizantes y en un momento de duelo y pérdida, un entorno así siempre ayuda.

Lena, Jonas... ¿en quién se inspira a la hora de elegir los nombres de tus personajes?

En nadie en particular. Y en todos en general. Los nombres salen sin más.

Y de nuevo los secretos familiares...

Son los mejores secretos, los que se guardan de generación en generación, hasta que un día pasa algo, y todo salta por los aires, como en «La Memoria de la Lavanda».

¿Periodista o escritora?

Periodista que escribe. Ninguna es excluyente.

¿Qué tiene este libro de periodismo?

La vida. Es pura vida, como lo es el periodismo. Ya sabes lo que dicen: la realidad siempre supera la ficción. Y es cierto. Solo hay que ver cómo tenemos la actualidad.

¿Es la primera vez que viene a Sevilla?

No. Ya he perdido la cuenta. He venido a Sevilla desde pequeña. Incluso desde antes de venir al mundo. Mi nombre se debe a la patrona de Sevilla.

¿Qué le gusta de la ciudad?

Todo: su luz, su olor, su alegría, su gente...

¿Sería escenario de alguna de tus novelas?

¿Por qué no? Sería interesante. Esta ciudad tiene historia y escenarios maravillosos que pueden convertirse por sí solos en un personaje más de la novela, como sucede con los campos de lavanda en esta novela.

¿Cuánto tiempo se tarda en superar el duelo?

No se supera nunca, de la misma manera que nunca se olvida a la persona perdida. Es el tiempo quien lo suaviza, pero jamás se borra. De hecho, en la novela hay un salto de 3 años para que la historia de Lena siguiera una trayectoria lógica y real.

¿Éxisten fórmulas mágicas para lograrlo?¿Ha conseguido superarlo?

Lena lo explica muy bien en la novela: las pérdidas no se superan, se vive en mitad de la pérdida, se aprende a gestionar el vacío, la soledad, los amigos, la familia. Eso es de lo que habla esta novela. No se supera algo que es inamovible e irreversible como es la pérdida de un ser querido. Una cosa es sobrellevarlo, y otra superarlo. Son dos conceptos diferentes.

¿Le ha ayudado a ello la escritura?

Para muchos la escritura es una terapia, como para otros lo es la música, la pintura, el ejercicio o cualquier arte plástica que te ayude a sobrellevar una situación delicada. Pero no se trata de utilizar al lector como psicólogo, sino de entretenerle con una novela y mostrarle una historia llena de personajes, emociones y giros argumentales , como en este caso.

¿Se puede estar enamorado de alguien que ya no está y ser feliz?

Es algo que experimenta Lena, la protagonista de la novela. Al menos la primera parte de su pregunta. Lo de ser feliz, para Lena y para todo aquel que está viviendo en mitad de una pérdida, ya es otra historia.

¿Por qué es tan difícil explicar lo que es el duelo hasta que lo experimentas?

Hay sentimientos y cuadros emocionales que se entienden en toda su complejidad y autenticidad cuando se viven en primera persona. Los autores tenemos la suerte de poder utilizar la ficción para compartir con los lectores aquello que sentimos, que vivimos, que nos emociona, que nos preocupa, ya sea en primera persona o en vidas ajenas.

¿Qué proyectos tiene?

Muchos. El más inmediato la serie de «La Infiel», y un nuevo libro que tendrá que esperar para vaciarse en el ordenador a que terminemos con la promoción de «La memoria de la lavanda».

¿Volverás algún día a la televisión o la radio?

¡Quién sabe!

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