Sucesos

Rescate en la Ronda Norte: «No hubo tiempo de pensar, en segundos podía caer al vacío»

Hablan los tres bomberos que se jugaron la vida a ocho metros de altura para salvar a una suicida dispuesta a tirarse a la vía

De izquierda a derecha: Diego Gómez, Javier Santos y Juan Carlos del Toro, bomberos de Sevilla Raúl Doblado

SILVIA TUBIO

Para la mayoría fue un comportamiento heroico . Para ellos, simple rutina. Con la modestia de quien se juega la vida a diario hablan los tres bomberos que el sábado por la noche la arriesgaron, una vez más, para rescatar a una mujer que estaba dispuesta a todo lo contrario, a arrojarse al vacío desde una altura de ocho metros en la Ronda Norte de Sevilla . «Ella sólo decía que quería reunirse con su madre. No razonaba, no atendía a ninguna conversación».

Javier Santos , miembro del servicio de extención de incendios de la capital hispalense, relata cómo se desarrollaron los acontecimientos a partir de las nueve de la noche, cuando recibieron el aviso de que alguien amenazaba con tirarse a la carretera . «Al llegar nos encontramos con una persona muy nerviosa, que no paraba de chillar. Se había autolesionado y no dejaba de ingerir pastillas mientras deambulaba por la viga ». Se había subido a una de las estructuras que cruzan la citada ronda en el paso subterráneo que hay entre la glorieta del Carrefour y la de San Lázaro .

No tuvieron tiempo de planificar el rescate ni de asegurar tan siquiera la zona instalando una colchoneta que amortiguara una posible caída o montando una línea de vida (puntos de anclaje) a los que sujetarse con cuerdas. «Era cuestión de segundos que se cayera. Estaba fuertemente medicada y no sabemos cómo no perdió el equilibrio. Por eso, había que actuar rápidamente».

El alcalde Juan Espadas recibió a los bomberos y sus mandos para felicitarlos Raúl Doblado

A Javier le toma la palabra Juan Carlos del Toro , el más veterano de los tres bomberos que se encaramaron a la viga. «Vimos varios blister de Valium (un potente fármaco contra los trastornos psíquicos) en el suelo y restos de sangre en las muñecas como si se hubiera intentado cortar las venas ».

La mujer no paraba de ingerir pastillas

La extrema gravedad de la situación les llevó a actuar de inmediato. Fueron acercándose poco a poco a la víctima. Decidieron avanzar sentados para, al menos trabajar, desde una postura más segura. «Me quité el casco para empatizar con ella y que no se sintiera intimidada. En ese momento buscas entablar un diálogo que le haga desistir de su deseo», señala de nuevo Javier. Pero estaban ante un muro granítico. «Sólo decía que la dejáramos en paz, que quería reunirse con su madre».

Diego Gómez , el tercer bombero protagonista de esta historia, recurrió a su teléfono móvil para intentar convencer a la suicida de que hiciera una llamada a alguien de su familia. «Se lo enseñé con el único propósito de entretenerla. Pero no había manera. Su nivel de conciencia era muy escaso».

«No es la primera vez que nos encontramos a una persona subida a esas vigas incluso hemos visto a niños del Vacie corriendo por allí. Habría que asegurar la zona para impedir que la gente pudiera colarse»

Agotados todos los recursos de la negociación verbal , Javier aprovechó que a la mujer se le habían caído unas pastillas y se estaba agachando a recogerlas para avanzar los últimos metros tan rápido como pudo y abrazarla con fuerza por atrás. De frente sus compañeros hacían lo mismo. «Hicimos una especie de bloque para no caernos ninguno». Ése era el principal riesgo de esta intervención, que cualquiera de los cuatro podía haberse caído.

Con ayuda de una escala pudieron bajar a la mujer de la que no saben qué ha sido de ella. Por experiencia creen que fue derivada a un centro sanitario como ocurre en otras tantas ocasiones que han salvado la vida de alguien. Lo del sábado no fue la primera vez, «pero sí ha sido la ocasión en la que ha tenido más difusión gracias a las redes sociales». Pura modestia a la que sigue una reinvidicación:

«No es la primera vez que nos encontramos a una persona subida a esas vigas, incluso hemos visto a niños del Vacie corriendo por allí. Habría que asegurar la zona para impedir que la gente pudiera colarse», afirma Juan Carlos del Toro después de ser recibido junto a sus compañeros por el alcalde Juan Espadas , quien les felicitó este lunes por la actuación realizada.

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