Urbanismo

Los proyectos de peatonalización del alcalde de Sevilla, estancados dos años después

Los dos planes de «movilidad sostenible» de Espadas, un fiasco hasta el momento: en la calle Betis se espera el plan de tráfico y en Mateos Gago hay que volver a adjudicar la obra

Un par de policías locales vigilan el tráfico en Mateos Gago J. M. Serrano

Eduardo Barba

El anuncio del Ayuntamiento de Sevilla este pasado martes de la rescisión del contrato que mantenía con la empresa encargada de la obra de reurbanización y semipeatonalización de la calle Mateos Gago (Grolup 21, por algo más de 915.000 euros), la principal arteria del Barrio de Santa Cruz, ha colocado en primera plana las enormes dificultades que está encontrando el gobierno local del socialista Juan Espadas para poner en marcha sus principales apuestas por reducir el tráfico en vías estratégicas del centro de la capital andaluza. De momento, estas políticas son un fiasco tras cuatro años como alcalde y a pesar de los constantes anuncios al respecto al hilo de la sostenibilidad y la mejora medioambiental. Las dos grandes bazas en este sentido que el gabinete de Espadas puso en la mesa desde el primer momento, la citada Mateos Gago y la calle Betis , son hasta la fecha proyectos fallidos entre retrasos, oposiciones vecinales y marchas atrás. Estos dos espacios mantienen su aspecto tradicional y circulación ordinaria de vehículos, sin que esté prevista fecha alguna para que ello deje de ser así.

Los esfuerzos municipales se han centrado mucho más, efectivamente, en Mateos Gago, donde algunos colectivos vecinales se opusieron a detalles del proyecto por las dificultades crecientes de acceso, de aparcamiento o de penetración de los servicios públicos. La permanente y en ocasiones lenta y excesiva búsqueda de consensos ralentizó los planes del Ayuntamiento con respecto a esta obra, que a comienzos de 2017 el alcalde señalaba como prioritaria y que estaría concluida a finales de ese mismo año . Se comenzó, de hecho, a cortar la calle en momentos puntuales de la misma forma que se hizo con Betis, organizando eventos y actividades de índole festivo y de concienciación con las que «acostumbrar» a la gente a tener sin tráfico esas vías. Pero el proceso burocrático se fue complicando a causa de las modificaciones en detalles del proyecto y esta misma semana ambas partes acordaron rescindir el vínculo que mantenían. Vuelta a empezar. «Decisión a raíz de las dificultades surgidas en el proceso», se apuntaba desde la Gerencia de Urbanismo.

El acuerdo de la comisión ejecutiva plantea la devolución de la garantía a la empresa adjudicataria de las obras, fijada en 38.000 euros, y acordar la rescisión del contrato con el objetivo de contar con una adecuada ejecución de las obras «compatible con la Navidad, la Semana Santa y la actividad comercial de la zona». Se establece también el inicio de un nuevo expediente de licitación con el objetivo de que pueda publicarse en las próximas semanas y que se realice la nueva adjudicación «lo antes posible» de forma que, como máximo, «las obras puedan arrancar tras la próxima Semana Santa». Antes se mantendrá «una nueva ronda de reuniones con residentes y comerciantes de la zona para planificar las distintas fases de los trabajos». Con todo, se insistía en que se trata de «un proyecto irrenunciable» y en que, pese a «la dificultad sobrevenida», se sacará adelante esta «inversión estratégica en movilidad».

Este proyecto en la calle principal de Santa Cruz incluye la renovación de las principales redes de servicio de agua, alcantarillado, riego y alumbrado público, seguida de una reordenación y remodelación de la vía en sí, con la creación de una plataforma única y la restricción al tráfico restringido de vehículos, con acerados más amplios y calzada más estrecha. Con este planteamiento, se introduce una marcada senda peatonal y se generan también itinerarios accesibles para garantizar el tránsito de personas con movilidad reducida. De momento, toca esperar.

Sin concretar

La otra gran iniciativa urbanística de Espadas para peatonalizar un espacio con tráfico es la de la calle Betis , aunque ésta marcha incluso con mayor lentitud que la de Mateos Gago. Y es así a pesar de que comenzó con mucho brío y cortándose el tráfico cada dos fines de semana para disponer de actividades lúdicas en plena calle (conciertos, batucadas, deporte…) e ir concienciando a los vecinos y asentando el nuevo escenario ya en 2017. Pero comenzaron a surgir reacciones en contra al plan municipal. Al principio, no se contó con buena parte de los vecinos de la calle Betis y de Pureza, ni con los trabajadores del mercado de abastos ni con las necesidades de la asociación de padres y madres del colegio Cristo Rey, agentes sociales a los que no incluyó el Ayuntamiento en la comisión creada en el seno del distrito para debatir este tema. Tras protestas diversas, el gobierno socialista acabó incorporando a todos ellos, pero el proceso se demoró bastante más de lo previsto. Desde la oposición del PP, además, se criticó al gabinete municipal por la «falta de un proyecto concreto, detallado, que el vecindario pueda conocer y valorar convenientemente». En mayo de 2017, Espadas anunció que «a la vuelta» de aquel verano la decisión sobre la calle Betis estaría tomada tras los trabajos que llevaba a cabo Movilidad, pero dos años después, y con unas elecciones en medio, nada ha variado. Del proyecto de reordenación del tráfico en esta calle paralela al río y sus adyacentes nada se sabe.

Desde fuentes municipales se apuntaba que, como en el caso de Mateos Gago, esta peatonalización de la calle ribereña de Triana está «en cartera» y existe «una decisión firme» para hacerla realidad durante este mandato, pero se deben reanudar antes los contactos con entidades vecinales, bares, comerciantes y el propio colegio afectado y, además, queda por ver si la restricción del tráfico va del Altozano a la calle Torrijos, bien más adelante, hasta la antigua comisaría de la Policía Nacional (calle Duarte), o bien incluye algún tramo más de esta vía. Sí parece decidido que el espacio que va de la calle Troya a la plaza de Cuba no se peatonalizaría. Todo, no obstante, está aún muy verde. El propio espadas ya dijo que «no se hará nada» hasta que no se haya definido un plan de movilidad con toda la reordenación.

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