Patrimonio

Montañés vuelve a la vida con la restauración del retablo de la Anunciación de Sevilla

La Universidad de Sevilla invierte 100.000 euros en la recuperación del imponente altar de San Juan Bautista

La obra se dejará a la vista de los fieles que acudan a la Anunciación en apenas una semana J. M. Serrano// Vídeo: J. Macías

Javier Macías

Fue en 1620. Sevilla era en aquellos momentos la cuna del arte mundial. Aquel año, Juan de Mesa entregaba un Nazareno con la cruz al hombro de una expresividad abrumadora que llevaría por advocación Gran Poder. Mientras el escultor cordobés andaba en una transición hacia al barroco más pleno, su maestro, Juan Martínez Montañés , vivía aún una etapa de naturalismo que dejó plasmado en un retablo para el convento de Santa María del Socorro y que estaría dedicado a San Juan Bautista. Aquel altar imponente que trabajó al alimón con el pintor Juan de Uceda, cumplirá el año que viene 400 años. Ahora, ya en la Anunciación , lucirá completamente restaurado.

La Universidad de Sevilla ha invertido 99.699 euros más IVA en devolver a la vida esta obra de Montañés que aparecía oscurecida por el paso del tiempo y en la que casi nadie reparaba al entrar en el templo a la derecha. El escultor de Alcalá la Real dejó en el retablo lo mejor de su gubia. Compuesto por nueve relieves y trece pinturas sobre tabla –que corresponden a Uceda–, el conjunto de 8,65 metros de altura y 4,45 metros de ancho luce ahora en todo su esplendor.

La empresa Ágora , una de las más prestigiosas en materia de conservación, sólo tiene ya por delante el desmontaje de los andamios para dejar visible, en apenas una semana, esta obra a la vista de los fieles que acudan a la Anunciación, la iglesia a la que fue trasladado en 1972. Diez meses han estado los restauradores interviniendo en el retablo, con la dirección técnica del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) y en el que ha participado un equipo multidisciplinar: cuatro profesionales de la restauración, un fotógrafo, un dibujante, un historiador, un químico y un biólogo.

El reto: recuperar la policromía

El responsable de Ágora, Juan Aguilar , ha explicado que el principal reto de esta intervención era la recuperación del color. «Había quien pensaba que no estaba policromado», ha comentado este miércoles durante la presentación, en relación a la oscuridad en la que estaba sumido por la suciedad. En anterioes restauraciones, para ocultar las faltas, se habían realizado «toscos repintes» que se encontraban muy alterados apareciendo como manchas oscuras sobre la superficie.

A esto se le unía la presencia de gran cantidad de humedad , tanto de filtraciones de agua como de condensación en el medio ambiente, provocando la pérdida casi total de una de las pinturas sobre tabla y por el envejecimiento de los materiales originales. Había desprendimientos de policromía y dorado, grietas, fisuras y desajuste de las maderas debido a la dilatación y contracción.

Última tecnología

Para llevar a cabo la recuperación del retablo de San Juan Bautista, los técnicos han trabajado con herramientas de última tecnología como el láser para eliminar la densa capa oscura que cubría la totalidad del mismo. «Así evitamos tener que tocar los materiales», ha indicado Aguilar.

Para devolver su apariencia original, además de la documentación gráfica y del vídeo de los procesos realizados, entre otras labores, han trabajado en la limpieza del polvo, la fijación del dorado, policromía y capa pictórica; en la desinsectación de la madera; la eliminación de barnices y restos de cera; la reintegración volumétrica de los elementos perdidos o el escaneo en tres dimensinoes de los relieves y esculturas para su documentación.

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