ENTREVISTA

Manuel Pérez: «Si la gente hablara más con su familia o tuviera más amigos, tomaría menos pastillas»

Manuel Pérez Fernández, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, alerta contra la soledad y la deshumanización de la sociedad y la vincula con el aumento del consumo de tranquilizantes y analgésicos

Manuel Pérez Fernández M.J. SÁNCHEZ OLMEDO

JESÚS ÁLVAREZ

Manuel Pérez Fernández (Osuna, 1957) es presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Sevilla, uno de los grandes directivos del sector en España, promotor de la fundación Mehuer de apoyo a las enfermedades raras y uno de los artífices del Congreso Mundial de Farmacéuticos que se celebrará en 2020 en la capital andaluza, un hito histórico para la farmacia sevillana.

También es presidente de la Unión Profesional Sanitaria de Sevilla, formada por los colegios de médicos, dentistas, veterinarios, enfermeros, fisioterapeutas, podólogos y ópticos; académico correspondiente de la A cademia Iberoamericana de Farmacia y académico de honor de Estudios Históricos de Odontología y Estomatología . Sin embargo, Manuel se presenta como «el boticario de San Marcos», barrio sevillano donde tiene su farmacia desde hace 33 años

¿Había muchos farmacéuticos en su familia?

No, sólo un tío abuelo, pero mi vocación fue temprana. Cuando acabé la carrera, estuve dos años buscando botica y ya compré la de la Plaza de San Marcos en Sevilla . Llevo 33 años con esa botica.

Esa zona era muy conflictiva en los años 80.

Sí, el barrio estaba tomado por drogadictos . Cuando aparcaba mi coche en el barrio, lo llenaban de droga para esconderla y que no los pillara la Policía. Metían droga hasta debajo de los tapacubos del coche. En aquella época se legalizó el consumo y todos los drogadictos llevaban dos papelinas por encima y las restantes las escondían donde podían. Si alguna vez hubieran registrado mi coche, me habrían detenido a mí.

¿No pensó en mudarse a una farmacia más «tranquila»?

No, pero en aquella época vendía más jeringas de insulina que aspirinas . Le tuve que prohibir a mi novia, que hoy es mi mujer, que fuera andando a la farmacia a recogerme. Le obligaba a ir en taxi, aunque el trayecto fuera corto.

¿Cómo logró adaptarse a esa situación?

Fue difícil porque todos los drogadictos se ponían en la puerta de la farmacia y nadie entraba a comprar. Tuve que pedirles que se fueran al bar a tomarse un cubata para que no me espantaran a la clientela. Al final acabamos haciéndonos amigos y más de una vez los invité yo a los cubatas. También inventé un sistema de intercambio de jeringas porque averigüé que las escondían len los descampados y solares que había por allí y que otros drogadictos las utilizan para pincharse.

El Sida segaba muchas vidas en aquella época.

Por ese motivo ideé eso: para evitar que se contagiaran el Sida. Había gente que no tenía dinero para comprarse la jeringa e iba allí a buscarla y yo les dije que les daba una nueva si me traían la vieja .

La crisis de 2008

¿Cómo afectó a las farmacias sevillanas la crisis que se inició hace diez años?

Muchísimo . La facturación cayó de forma brutal porque las farmacias dependen mucho del presupuesto público y se recortó mucho en recetas y medicamentos. También nos pusieron impuestos paralelos y nos bajaron los márgenes de beneficio . Hay algunas farmacias que aún no se han recuperado de todo eso y que no han vuelto al nivel de ventas de 2008.

¿Las ventas dependen, en gran parte, de la ubicación de las farmacias?

Sí, pero no tanto del barrio como de la cantidad de población que haya y de si es o no una zona de mucho paso.

¿Hay barrios mejores para los farmacéuticos?

Si la densidad de población es alta, el barrio es bueno para los farmacéuticos o para cualquier otro comercio. La zona de la Macarena, por estar muy poblada , es un buen sitio.

¿Le diría a su hija que abriera una farmacia por allí o que lo hiciera en los Remedios?

Le diría que se viniera conmigo a San Marcos , que es lo que le dije. Ahora es un buen barrio, después de los problemas que superamos en los años 80.

¿Y no le recomendaría algún pueblo?

Sí, por supuesto. Hay pueblos muy buenos en Andalucía . Los que tienen farmacia única son buenos.

Restricciones

Hay muchos licenciados que quieren abrir una farmacia y no pueden hacerlo por culpa de estas restricciones.

La Unión Europea pretende desde hace tiempo desregular el sector pero se ha comprobado siempre que en los países, como España, donde está regulado, es donde la prestación farmacéutica resulta más efectiva y llega a toda la población en igualdad de condiciones. Si no se regulara, todas las farmacias estarían en zonas de alta densidad de población , y las que no, no tendrían ninguna, como ocurre en los países donde no está regulada. Habría muchos pueblos y barrios sin farmacia. El modelo que tenemos es marca España y se regula en beneficio de la población, no de los farmacéuticos.

¿No teme que se pueda implantar algún día en España el modelo norteamericano de venta de medicinas en los supermercados?

Ese modelo no es bueno para los usuarios. La única barrera en España que hay entre la información y la compra de un medicamento es el farmacéutico . En Estados Unidos y esos países donde se venden medicinas en supermercados la barrera será la niña de los patines o una cajera , con todo mi respeto para ellas. Otra ventaja de nuestro modelo es su universalidad, es decir, que en el pueblo más pequeño o el más alejado que se pueda imaginar, habrá una botica con los mismos productos que cualquier farmacia de la Gran Vía de Madrid . Y, además, al mismo precio, aunque el coste de llevarlo a uno y otro sea diferente. Se compensan los beneficios de una ruta con los perjuicios de otra. El escaparate de las farmacias es igual en cualquier lugar de España .

¿Es posible que el «low cost» que se está implantando en gasolineras y en otros sectores económicos conquiste también el farmacéutico?

Esto es muy peligroso. Yo soy un poco anti «low-cost». En el caso de las gasolineras que acaba de citar, ¿hemos hecho usted o yo algún curso de prevención de incendios o de manipulación de sustancias inflamables y tóxicas? No me gusta nada el autoconsumo. Ahora estamos acostumbrándonos a hacer todo sin hablar con personas sino con máquinas. Se está perdiendo el factor humano en la sociedad . Esto en temas de salud como las medicinas también es muy peligroso. Yo siempre he defendido el precio justo en el medicamento.

¿Es justo el precio de los medicamentos fabricados en la India que compra el SAS para los ciudadanos andaluces?

Esos medicamentos los compramos los farmacéuticos porque la sanidad pública nos obliga a dispensarlos por razón de su precio más económico. Pero como profesional farmacéutico no tengo ninguna prueba de que no sean tan eficaces como el resto. Han pasado por todos los controles de las agencias españolas y europeas.

¿Y no le han llegado comentarios de pacientes o colegas acerca de su eficacia?

Sí, me han llegado comentarios t anto de ciudadanos como de médicos que dudan de que sean igual de eficaces que los más caros. Pero ya le digo que no tenemos nada consistente que nos haga dudar de ellos. Si lo tuviéramos, desde luego los farmacéuticos no los venderíamos.

¿Los medicamentos genéricos son tan efectivos como los de marca?

Sí, es el mismo principio activo y tienen la misma composición. Pero conozco médicos que sostienen que no son tan efectivos. Son percepciones basadas en la experiencia, no en ningún estudio científico.

¿Hay mucha automedicación en Andalucía?

Sí, pero la hay también en el esto de España . Hay una automedicación reiterativa tras una consulta médica y hay una automedicación no responsable, en la que el ciudadano decide tomar una medicina sin ninguna consulta médica previa y basada en suposiciones. Contra eso los farmacéuticos debemos luchar.

Doctor Google

¿La gente se medica mucho por lo que lee en Internet?

Mucho. España es un país donde la sanidad es universal y gratuita y puedes hablar con cualquier profesional como para que tengas que ir a Internet a buscar soluciones. Yo lo desaconsejo.

¿En materia de vacunas, también se hace demasiado caso a Google?

En esto especialmente porque hay una gran desinformación en un tema muy peligroso. Las vacunas son muy seguras y nos protegen de graves enfermedades. Salvan muchas vidas. Doctor Google hace mucho daño y vienen muchos pacientes a la farmacia a preguntarme cosas disparatadas que han leído en Internet. Por ejemplo, que no hace falta vacunar a su hijo porque todos sus alumnos en clase están contagiados. Esto es una barbaridad. Tiene la misma credibilidad decir esto que decir que si le echas una aspirina a la gasolina, el coche corre más. Hay gente que se cree que porque monta un armario de Ikea con un manual de instrucciones se cree carpintero. No, usted no es carpintero, simplemente ha montado un armario de Ikea.

¿Cuáles son los medicamentos más consumidos sin necesidad?

Analgésicos, protectores de estómago, tranquilizantes.

El consumo de tranquilizantes está creciendo a un ritmo endiablado.

Estamos en una sociedad muy egoísta e insolidaria. Hay mucha soledad, sobre todo en personas mayores, y eso provoca el consumo de estas medicinas. Yo creo que falla el factor humano.

¿Los farmacéuticos perciben a pie de calle esa soledad?

Sí, todos los días. Creo que hablar con alguien o tomar un café con un amigo sería mucho más eficaz que una pastilla . Muchas personas mayores te vienen continuamente a preguntarte si tienen algo ese día en la receta electrónica. Luego te dicen que ya tienen la medicina en casa. En realidad vienen porque necesitan hablar con alguien. Soledad y tranquilizantes crecen juntos.

¿La soledad avanza al mismo ritmo que el consumo de tranquilizantes?

Creo que sí. Yo soy un enamorado de la familia. Me gusta mucho estar con mis hijos y mis dos hermanas. Y a mí me sorprende que me lleguen mujeres a la farmacia que me digan que llevan tres meses sin ver a sus hijos. O personas que me digan que no ven a su hermano desde hace un año. Y hablo de familias que viven en la misma ciudad. A mí eso no me cabe en la cabeza . Yo no puedo estar una semana sin ver a mis hermanas o un día sin hablar con mis hijos.

¿Esa desapego anglosajón y centroeuropeo a la familia se nos está contagiando?

Sí, por lo que veo en la farmacia . Y eso genera mucha frustración. Y creo que si la gente hablara más con su familia y tuviera más amigos tomarían muchas menos pastillas.

Eso iría contra su negocio.

Pero iría en beneficio de la sociedad y de todas estas personas, que es mucho más importante. Gregorio Marañón sostenía que la primera medicina que recetaba a sus pacientes era cuando decía «siéntese». Y luego «cuénteme».

¿Usted lo ha practicado en su farmacia?

Un montón de veces. Cuando me vienen con que les dé algo para los nervios , les digo que se vayan a ver un convento. Allí se respira paz y tranquilidad y eso tranquiliza mucho más que una pastilla. También pueden hablar con las monjas y eso también puede servir. Hablar con alguien es una buena medicina. Socializarse.

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