Generación 2029

Mamen Jiménez: voluntariado de mucha altura

Fundó la ONG Manos Jóvenes con un grupo de amigos para ayudar a los inmigrantes

Especial 90 años de ABC de Sevilla: «1929-2019. Impulso de futuro»

Mamen Jiménez, vestida con las coloristas ropas andinas, junto a una chiquilla en Perú ABC

Laura Álvarez

A cerca de 4.000 metros de altura , en las estribaciones andinas de Perú, la sevillana Mamen se desplaza cada semana en coche compartido hacia diferentes comunidades de Ocongate , dedicadas a la ganadería y la agricultura, donde las posibilidades de prosperar están muy limitadas. Hace un año que esta joven de 24 años da sesiones de valores y espiritualidad a jóvenes de entre 12 y 18 años a través del programa Volpa de la ONG Entreculturas . Entregarse a ayudar tan lejos de casa no es una idea que le sobreviniera de golpe. Ya en Segundo de Primaria el testimonio de un misionero claretiano le marcó para siempre. «Yo quiero eso», se dijo aquella niña y su vida gira en torno a aquella decisión.

Mamen estudió Dirección y Administración de Empresas y en el primer año de carrera creó junto a un grupo de amigos la ONG Manos Jóvenes , dedicada a la concienciación y a la inmigración, y de la que fue presidenta . Compartir tiempo con otros jóvenes que vivían una realidad más difícil, pero que aun así se parecían tanto a ella, espoleó más sus ganas de ayudar y de fraternidad no sólo con su entorno cercano.

Esta sevillana vive esta experiencia en Perú junto a su novio Marco, que ya compartía sus mismas inquietudes cuando se conocieron. Habitan una casa de adobe abierta a voluntarios como ellos. Y no sólo han conocido a otros jóvenes españoles con los que han compartido hogar, sino que han consolidado una verdadera amistad con los jóvenes peruanos. Como Ana y Raúl, una pareja que trabaja en la parroquia y con la que pasaron la Navidad o la señora Paulina, quien se ha convertido en una segunda madre para Mamen. «La gente de aquí suele ser más cerrada, pero una vez que se abren lo hacen plenamente. Ocurre con los chicos de las clases, he descubierto lo profundos que son pese a sus reticencias del principio», cuenta.

El testimonio de un misionero claretiano le impactó tanto siendo apenas una niña que se dijo: «Yo quiero eso». Su vida sigue girando en torno a esa decisión

Las clases son su principal tarea, pero no la única. Por las tardes lleva la biblioteca para dar un lugar a los jóvenes donde acceder a internet, promocionar la lectura, resolver dudas y ofrecer apoyo escolar. También coordina las catequesis con los niños de la parroquia , lleva un programa con los chicos del internado de Ocongate para inculcar valores a través del deporte y ofrece clases de inglés a jóvenes que estudian turismo y hostelería para darles una mayor salida laboral . Parece mucho, pero Mamen asegura que el estrés lo vivía en Sevilla donde su vida era un frenesí. En Perú ha aprendido a vivir todo sin pausa, pero con calma .

No parará cuando regrese en diciembre. Quiere estudiar un máster en profesorado de Educación Secundaria, porque su vocación por la enseñanza se ha afianzado. Pero en diez años no sabe dónde estará, «donde sea feliz, donde pueda seguir transformando el mundo y me imagino con una familia formada con Marco». Es joven, pero sus vivencias no le permiten mantenerse impasible ante los problemas del mundo . Sabe que para cambiarlo no son necesarias grandes cosas, ya sólo transmitir el máximo amor posible es mucho.

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