José Salas entrando en la Audiencia donde se celebra el juicio
José Salas entrando en la Audiencia donde se celebra el juicio - MILLÁN HERCE
Juicio en la Audiencia Provincial

José Salas le echa la culpa en Contsa a dos empleados fallecidos en 2008 y 2014

Se trata de su hermano Rafael, del departamento de Contabilidad de la empresa, y el apoderado Fernando Laffore

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En la primera sesión del juicio que se sigue contra el dueño de Contsa Corporación Empresarial, José Salas Burzón, por estafa piramidal, delito societario y falsedad documental, el acusado mantuvo la estrategia procesal de echar la culpa a los muertos y más concretamente a su hermano Rafael y a Fernando Laffore, apoderado de la empresa. Salas contestó a la mayoría de preguntas de la Fiscalía y los letrados de la acusación con evasivas. «No sé», «no me consta», «lo desconozco», «ni idea», «no recuerdo»... fueron algunas de las respuestas que dio cuando se le preguntó por el funcionamiento de la empresa.

En cuanto a la contabilidad de Contsa y el uso que dio al dinero captado de los inversores, aseguró desconocerlo prácticamente todo, escudándose en que el departamento de contabilidad y su hermano se ocupaban «de esas cosas».

De esa manera, descargaba cualquier culpa sobre Rafael Salas, muerto en extrañas circunstancias en febrero de 2008, pocos días antes de que se declarara el concurso de acreedores de Contsa.

Sobre la venta de inmuebles del grupo Contsa al empresario Luis Castel en diciembre de 2007, cuando la sociedad ya tenía importantes problemas de liquidez, el imputado aseguró que desconocía estas operaciones porque las había llevado a cabo su hermano.

Salas sólo comunicó al Juzgado Mercantil la existencia de unos 600 acreedores a los que debía 45 millones de euros. Sin embargo, en el Juzgado aparecieron otros mil, de modo que las deudas reclamadas ascendían a 118 millones de euros. Cuando se le preguntó por qué él sólo declaró la existencia de esos acreedores, Salas se mostró sorprendido: «No sé de dónde salen esos acreedores». En este sentido, afirmó que no impugnó esa lista de acreedores porque entró en la cárcel el 13 de octubre de 2008 y los administradores concursales no le permitieron acceder a su despacho para consultar la documentación.

Cuando uno de los letrados de la defensa le preguntó por los 453 contratos de captación de inversores firmados por el apoderado de Contsa Fernando Laffore, muerto en Rumanía en septiembre de 2014, el accionista mayoritario de Contsa aseguró desconocer la existencia de estos contratos, que permitieron a la empresa captar dinero a cambio de rentabilidades de entre el 5 y el 45%. Recalcó el acusado -para el que la Fiscalía pide 13 años de cárcel y la defensa 29 años-, que Laffore sólo tenía poderes para realizar contratos de captación de dinero para acudir a subastas, no para préstamos.

El también presidente del grupo Contsa manifestó desconocer que las ampliaciones de capital de la sociedad desde el año 2000 se hicieron con créditos bancarios personales que permitían a las entidades financieras pignorar esas acciones como garantía. Y lo desconocía a pesar de que -como dijo el fiscal- él firmó muchas de esas pólizas de crédito y otras su exmujer, Carmen Bautista, también acusada de estafa y cooperadora necesaria, y para la que el Ministerio Público pide cuatro años de prisión y la defensa 14 años.

Aunque la defensa recordó en el juicio que varios acreedores firmaron contratos de préstamos a Contsa en octubre y noviembre de 2007, Salas insistió en que en la empresa no captó dinero de inversores desde finales de ese año, cuando ya se conocían las dificultades de la empresa para pagar los intereses prometidos.

Descarga culpas sobre la exmujer

En cuanto a las empresas en las que figura como accionista la exmujer de José Salas, el acusado puntualizó que no participó en la creación ni gestión de esas sociedades, extremo que desmintió en su declaracion Carmen Bautista. «Yo me he enterado de que soy propietaria de varias empresas durante la instrucción judicial», indicó Bautista cuando se le preguntó por las sociedades President Patrimonio, Tender Financial o Hacienda San Martín. «Cuando llegaba por la noche yo firmaba lo que él me pedía. Él me decía: firma aquí, aquí y aquí. Y yo lo hacía porque confiaba en él», señaló Bautista, quien negó recordar haber comprado las sociedades Contsa Renta Vitalicia o Contsa Participaciones.

Hoy continúa el juicio de Contsa con las declaraciones de acreedores de Conta, entre ellos Manuel Jiménez Hurtado, el primero que interpuso una querella contra el empresario imputado, y Victoriano de la Serna, quien solicitó el concurso de acreedores necesario de la sociedad en el Juzgado Mercantil, lo que le hizo perder el control de la sociedad. Además, declararán los administradores concursales de Contsa -Francisco Tato, Joaquín Aguilar Cazorla y Miguel Isasi- cuyo informe de la empresa confirmó que se había creado una estructura piramidal por el que Contsa necesitaba captar nuevas inversores para pagar los intereses de los préstamos recibidos. Asimismo, el informe de los administradores reveló que Salas no cumplió con el deber de llevar una contabilidad ajustaba a las normas y que parte del dinero de la sociedad acabó en otras sociedades del grupo de empresas Contsa. Está citado también a declarar un fiduciario de Salas en Cartuja Corporación Emprsarial y socio del imputado en Consta Desarrollos Inmobiliarios.

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