Los impuestos per cápita superan por primera vez en años a la deuda

Espadas subió la presión fiscal y ahora cada sevillano paga 560,59 euros para una deuda de 537. Con Zoido se pagaban 524 y se debían 596

SEVILLA Actualizado: Guardar
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La presión fiscal que el Ayuntamiento impone actualmente a cada sevillano es prácticamente idéntica a la deuda per cápita que la administración local tiene contraída con los bancos. Es decir, el Ayuntamiento recauda cada año en impuestos casi lo mismo que adeuda, por lo que el margen de maniobra es muy estrecho salvo que se alargue la vida de los préstamos. Concretamente, el endeudamiento por habitante registrado en la liquidación del presupuesto de 2016 es de 537,95 euros, mientras que los ingresos fiscales por habitante ascendieron durante ese ejercicio a 560,59 euros. Más claro: el Ayuntamiento sólo ingresa 23 euros más de lo que debe por cada sevillano.

Estos números son indicativos de la alta presión fiscal que hay en estos momentos en la capital.

Pero si se compara además con la situación de años anteriores, el dato aún arroja más información relevante. El gobierno del PP bajó el endeudamiento por habitante casi 160 euros en su último año de mandato y lo hizo reduciendo cuatro euros la presión fiscal per cápita. En cambio, durante el primer ejercicio completo del gobierno socialista de Juan Espadas el endeudamiento ha descendido sólo 58 euros a pesar de que cada sevillano ha tenido que pagar 36 euros más en impuestos.

El contexto permite que estos datos se interpreten con mayor exactitud. Juan Ignacio Zoido heredó una deuda de más de 580 millones de euros cuando llegó a la Alcaldía y le legó a Juan Espadas una losa de 413 millones. Durante su mandato, por tanto, se rebajó en 167 millones de euros, mientras que Espadas en su primer año ha conseguido quitarse 42 millones. A este ritmo igualará la reducción que llevó a cabo el PP, pero con unos ingresos fiscales muy superiores. Los datos en este sentido son bastante elocuentes.

Zoido recaudó en su último año 363.632.442,97 euros. Espadas ha recaudado en su primer ejercicio 387.124.173,36. Casi 24 millones de euros más. Esto es: la deuda cae, pero no gracias a una racionalización del gasto municipal, sino a un incremento del esfuerzo fiscal de cada sevillano. En lugar de seguir ajustándose el cinturón, el gobierno socialista ha optado por subir los impuestos para mejorar sus ingresos y poder ampliar su margen de maniobra, que sigue siendo mínimo.

De todas formas, eso tampoco se ha traducido, según los datos oficiales, en una mayor inversión en infraestructuras. Zoido llegó a destinar 123 euros per cápita al capítulo de inversiones, mientras que Espadas ha gastado en esto 55 euros por habitante. La mayoría del presupuesto útil, por tanto, ha ido a parar a gastos sociales. Y lo más llamativo de toda esta maraña de números es que tras ellos hay una realidad muy contradictoria: Zoido marcó una hoja de ruta para reducir la deuda que ha continuado Espadas y eso es lo que ahora permite al gobierno del PSOE tener más capacidad de financiación. Dicho de otro modo: el ajuste que hizo el PP sin subir los impuestos le ha permitido al PSOE ampliar su presupuesto disponible porque la deuda ya se puede abonar exclusivamente con la subida fiscal. De hecho, en 2014 el PP tenía una capacidad de financiación negativa de 45 millones y ahora el gobierno socialista tiene una disponibilidad de 77 millones en positivo.

Todo este farragoso entramado de números, que ha sido aprobado por la intervención general del Ayuntamiento para dar por liquidado el presupuesto de 2016, va mucho más allá de las cifras. Detrás del sudoku hay una clara traducción política o incluso ideológica. La primera conclusión que se infiere del análisis es que el gobierno del PP no tuvo opción alguna de realizar inversiones importantes durante su mandato porque el principio de estabilidad presupuestaria se lo impedía. Tenía una deuda mastodóntica heredada de los años de Monteseirín y Torrijos que, además, decidió reducir sin elevar la presión fiscal. Zoido optó incluso por bajar los impuestos como gran medida de gobierno. Lo apostó todo a la rebaja de la deuda a través de la reducción del gasto municipal. El lema fue sobrevivir sin que los sevillanos tengan que pagar más. Claramente, el ahora ministro del Interior confiaba en su hegemonía de 20 concejales para gobernar cuatro años más y beneficiarse de su política de ajuste. Pero aquella labor terminó beneficiando al PSOE, que ahora gobierna con unas cuentas estabilizadas y que, pese a ello, ha subido los impuestos. El porcentaje de ingresos tributarios es muy esclarecedor en este sentido. En 2014, el PP ingresó 830 millones, de los que 369 procedían de los impuestos directos. En 2016, el gobierno de Juan Espadas ha ingresado 754 millones y de ellos corresponden a impuestos 387. Zoido tenía una autonomía fiscal del 44,4 por ciento, mientras que la del PSOE es del 51,3. Y todo ello pese a obtener menos ingresos.

Esto da una idea nítida de la capacidad de gestión de cada uno en el terreno económico. Pero también demuestra que no es un valor demoscópico importante porque la pérdida de la mayoría absoluta del PP demuestra que el ciudadano exige mejoras tangibles en la ciudad, aunque matemáticamente sean imposibles. Espadas lo entendió rápido y tomó una decisión: los ciudadanos pagan por primera vez en años más de lo que se debe.

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