Reloj de arena

Gonzalo García Pelayo: El más listo de la clase

Una vida como la suya no cabe en un guión. Y para buscar intérprete habría que fijarse en el propio protagonista

Gonzalo García Pelayo llegó a Sevilla con apenas 8 años para convertirse en productor musical, presentador, director, locutor y saltar a la fama en los noventa por obtener grandes ganancias en casinos de todo el mundo Archivo
Felix Machuca

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Gonzalo García Pelayo (Madrid, 1947) nunca llevó orejas de burro. En todo caso, las del señor Spock , puntiagudas y sensibles, afiladas para oír, como cantaba Bob Dylan , que los tiempos estaban cambiando. Y escuchó con tanta agudeza aquellos tambores lejanos que a él le sonaban tan familiares como los timbales de Tito Puente , para ponerse al frente de la procesión de los pelusos y los rebeldes gestados en las playas bajo los adoquines del mayo francés.

Así se convirtió en una especie de estandarte del cambio de mentalidades de una Sevilla , chiquitita y coqueta, pero tan estrecha como el ancho de vía del tren de Alcalá. Fue el más listo de la clase. Y su magisterio le dio para ver antes que nadie lo que otros no lograron oler incluso teniéndolo delante de sus narices. En su DNI constaba que su ocupación era jugador profesional . Pero, con el tiempo, también pudo indicar que fue empresario nocturno, mánager, locutor de radio, productor musical, presentador de televisión, tertuliano y el terror de los casinos.

Gonzalo García Pelayo, junto a una estantería repleta de CD's de música Archivo

Fue capaz de todo antes que nadie. Un pionero. Un majareta. Un soñador. Un rebelde que no fumaba, no bebía , no viajaba en el Concorde del lisérgico, pero al que le gustaban las mujeres tanto como el cine. Se casó cuatro veces y tiene hijos de tres mujeres distintas y no está loco. Con Machín pudo hacer suya la letra de aquel bolero: cómo se puede querer tantas mujeres a la vez y no estar grillado. Una vida como la suya no cabe en un guión. Y para buscar un intérprete habría que fijarse en el propio protagonista. Otro se quedaría muy pequeño.

Tras su aliento creativo nos encontramos con Smash , con Triana , con la serie Gong , con Lole y Manuel , con Bambino , con María Jiménez y con Manuela . El más listo de la clase siempre quiso ser director de cine. «El séptimo sello» lo llevaba estampado en el sobre de su destino para hacerle llegar la carta más valorada en el póker de su vida: la de ser director de cine. Dirigió «Manuela» sin tener 30 años, con Fernando Rey y Charo López . Inolvidable la escena de Carmen Albéniz bailando sobre la tumba de la protagonista. Y cuando estrenó «Vivir en Sevilla» los cines se llenaron para abroncar, patear y abuchear la película.

Tuvieron que pasar cuarenta años para que ese mismo film fuera ovacionado por los sevillanos en el festival de cine de la ciudad y en Youtube sume dos millones de visitas. Ahora se recupera de la resaca del rodaje de « Nueve Sevillas », un viaje desde la prima al bordón, desde la alegría a la soledad, desde el dolor al placer de un flamenco que sigue marcando vanguardia. Cuando era joven y documentado, abrió local de noche en Virgen del Valle 32, el Dom Gonzalo , con M final, en tributo a no se qué rollo neuronal con Gonzalo de Berceo. El caso es que por allí se obraron milagros tan impresionantes como el que la «gauche divine» de la ciudad tuviera un lugar para calentarse el pico y conspirar. Desde Amparo Rubiales a los Monchis , entonces estudiantes de arquitectura, que intervinieron en el diseño del interiorismo del local. Más de una y de dos veces se personó la muy convincente policía militar de los americanos, para llevarse, por las buenas o por las regulares, al soldado Ryan embriagado por la música que Paco Cervantes pinchaba de Ottis Reading . También perdían la sobriedad por su amor a Escocia on the Rocks…

Gonzalo García Pelayo Archivo

Gonzalo ha visitado más de cien países diferentes, produjo 160 discos y tuvo albergada en los rincones de su casa algunas telarañas ruinosas derivadas de las consecuencias de su osadía emprendedora. Pero siempre que tropezó supo mantener la compostura y caminar con ese estilo sereno, sosegado y resuelto con el que, por ejemplo, entraba en los casinos internacionales y destrozaba a la banca . Dio con un método matemático para ganarle a la ruleta lo que la ruleta le ganaba a los jugativos. Hasta que lo descubrieron y le prohibieron la entrada en las salas de juego por ser más listo que la máquina. Nunca la banca miró con buenos ojos a los más espabilados.

Siendo director artístico del sello Polygram fue testigo del ingenio gitano de los Chichos : intentaban venderle relojes a los directivos de la compañía. Y siempre recuerda la bondad patriarcal de Juan el de Los Chunguitos . Gonzalo duerme muy tranquilo de noche cuando lo deja el amor sin pastillas del que aún goza hasta la mitad del primer tiempo. Las maratones, para sexo en Nueva York. Y practica una especie de yoga de dormitorio escuchando música hindú de unos de tres Ipod que contiene una escogidísima selección de 104.000 canciones . Para mí ninguna como aquella de Lole y Manuel que saludaba el Nuevo Día que él supo ver antes que nadie…

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