Industria naval

Cuatro buques coincidirán en el astillero de Sevilla

El lunes llega el último, durante el mayor pico de actividad desde la recuperación de la industria naval en la ciudad

Dos de los buques atracados en el muelle de Tablada Vanssa Gómez

Elena Martos

La actividad estos días en las instalaciones de Astilleros Guadalquivir deja imágenes que parecen más propias del pasado. Tres grandes buques están en cola para su reparación y el lunes llegará un cuarto. «No recuerdo un pico igual», admite el responsable de operaciones, Juan Manuel Cuenca , quien se puso al frente de la planta naval hace dos años, con la entrada de la naviera eslovena Pulchra Mare .

Aclara que desde principios de la semana han llegado dos ferries, el «Vronskiy» y el «Morocco Star» y un granelero, el «Bosphorus King», que es el mayor de todos, con 165 metros de eslora . «El dique seco lo ocupa uno de ellos y los otros dos están en el muelle de Tablada, al que hemos tenido que recurrir para no sobrecargar el nuestro», señala. Este cambio ha requerido el permiso de la Autoridad Portuaria de Sevilla , que colabora habitualmente con esta compañía. «Lo hemos hecho de manear excepcional por el tipo de obra y por la cuestión del espacio y agradecemos la colaboración al Puerto», señala Cuenca.

Un ferry en el dique seco de Astilleros Guadalquivir V. G.

Desde el cierre de los astilleros en 2012 no se conocía un momento de actividad parecido. «Vamos cada vez a más, porque nos empiezan a conocer y confían en nuestro trabajo», destaca el responsable de la planta, que se ha especializado en las reparaciones. El año pasado rozó la veintena de buques atendidos y confía en poder superar esa cifra, aunque «lo importante son las horas que se contratan». El directivo explica que «los encargos son mayores, pues antes eran pequeños trabajos y ahora las varadas son por más tiempo». Eso ha obligado también a reforzar la plantilla , a la que se han incorporado en estos meses nuevos caldereros, soldadores y gruistas, que no son fáciles de encontrar. A día de hoy la carga de trabajo ininterrumpido está garantizada hasta junio.

«En el dique seco hacemos el mantenimiento general en uno de los ferries, el otro necesita una intervención mayor con una puesta a punto en las máquinas, las tuberías y las rampas y el último, reparar el un golpe que se dio en la esclusa. El cuarto que llega el lunes, un megayate de noventa metros de eslora, se someterá a un mantenimiento.

Sobre el tipo de barcos que reciben en sus instalaciones comenta que «muchos son ya clientes habituales» y otros aprovechan la operativa en los muelles sevillanos para realizar después la varada. « Vienen buques tanqueros, de carga general, ferries y yates . También han tenido gaseros, como el que repararon el año pasado y que supuso un auténtico reto por las exigencias de seguridad que requiere.

«Creemos que eligen Sevilla porque somos competitivos y por el clima. Por regla general, tenemos un buen tiempo, lo que evita que se pierdan jornadas de trabajo y el río da mucha seguridad a la hora de realizar las varadas», señala el director de operaciones de Astilleros Guadalquivir. Precisamente el tiempo que permanecen parados es fundamental dentro de las planificaciones. Otro de los atractivos es la propia ciudad , que tiene una magnífica conectividad a través del aeropuerto y «eso es muy importante para un armador cuando tiene que enviar a su personal».

El siguiente reto de las atarazanas sevillanas es abrirse más al mercado internacional . Para ello se lleva a cabo un intenso trabajo comercial con la asistencia a las principales ferias del sector para mostrar lo que se hace en Sevilla.

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