Compra de votos del PSOE

Vecinos de Huévar: «Sólo me llamaron una vez del Ayuntamiento porque saben que voto al PP»

Los vecinos intuían lo ocurrido en Huévar, donde el PSOE ha dejado una deuda de treinta millones de euros

Eugenia Moreno, alcaldesa de Huévar, con la trituradora que encontró ABC

Mercedes Benítez

Desde Sevilla a Huévar distan 25 kilómetros y apenas se tardan 25 minutos en llegar al pueblo . Es mucho menos de lo que se tarda en comprender lo que ha pasado durante todos estos años en ese municipio, con la supuesta compra de votos por parte del PSOE destapada por ABC. Es un tema del que muchos de sus habitantes saben mas de lo que cuentan y del que muchos rehuyen hablar. Por miedo o por vergüenza .

Un paseo por el pueblo, ayer revolucionado, da una idea de lo que ha ocurrido durante cerca de cuarenta años en esta pequeña localidad en la que todos o casi todos se conocen y en la que es difícil no encontrarse varias veces con la misma persona .

Ayer la tranquilidad de Huévar del Aljarafe, que no llega a los 2.800 habitantes, se vio enturbiada por la llegada de periodistas que buscaban declaraciones de sus gentes. Pero ni en la puerta del Ayuntamiento, ni en la del colegio o del supermercado, los hombres y mujeres querían salir abiertamente en la foto para hablar de algo que, sin embargo, todos parecen conocer y que ayer era el monotema de conversación.  

Tras las cámaras

«En doce años sólo me han llamado un mes para limpiar el Ayuntamiento porque saben que voto al PP. Siempre llaman a los socialistas o a sus familias», admitía una señora, ama de casa, a micrófono cerrado. Cuando se encendía la grabadora era otra cosa. S ólo hablaba de «rumores que todo el mundo conocía» , pero sin acusar abiertamente a nadie. Al apagarla confesaba haber sido discriminada por la corporación anterior. Sólo por no ser del PSOE.

El tema, un rumor que todos conocían, era esquivado por la mayoría de hombres y mujeres a los que este periódico abordó. «Es algo de lo que se lleva hablando toda la vida y que siempre ha pasado. ¿También en el resto de Andalucía, no? », se preguntaba un joven que tomaba café en la plaza.

Es un pueblo que, como muchos de la zona, tiene una peña bética y una sevillista, unidas por un denominador común: ningún camarero habla. «Trabajamos cara al público y vivimos de ello» , decían, mientras eran observados por un grupo de hombres mayores, sentados en un banco de la plaza.

Lo mismo ocurrió con los comerciantes. Ni la estanquera, ni el frutero, ni el carnicero daban su opinión. «Nosotros dependemos del público y nuestros hijos viven de eso. No vamos a meternos en política», decían.

Años hablando de eso

Cati, una mujer de 42 años, explicaba que, aunque ella ahora trabaja en un bar, el Ayuntamiento le ha ayudado algunas veces, «igual que a mucha gente». «En el pueblo llevan años hablando de eso», afirmaba esta mujer que sí reconocía haber recibido alguna ayuda económica para pagar facturas. Su hija Manuela, de 18 años, lo corroboraba: « Se ha destapado lo que había durante muchos años» . En cualquier caso, ninguna de las dos querían salir en la foto y defendían que el Ayuntamiento «ha ayudado a mucha gente», aunque a veces «se hayan hecho las cosas mal». 

Al tratarse de una localidad pequeña, los parentescos y los familiares son muchos y uno puede cruzarse con los mismos varias veces o encontrarse con quien no puede imaginar. Como cuando ABC se acercó a una mujer a preguntarle y ésta le respondió así: «No voy a hablar, soy la mujer de un concejal del anterior equipo de gobierno» . Otra señora mayor que limpiaba su puerta como se hace en los pueblos, daba una respuesta más explícita. «No hablo de política. Yo tengo mi pensión, pero tengo sobrinos que viven de esto».

Que tenga cuidado

Otro hombre, que decía trabajar «en lo que puede» y que también estaba en la barra de un bar de la plaza justificaba lo ocurrido. «Cuando te quedas sin trabajo, vas al Ayuntamiento a ver si te puede dar trabajo. Es lo más normal», explicaba. Al poco rato ese personaje entraba en las dependencias del Ayuntamiento . «Cuidado con esa tía, que tenga cuidado» , decía amenazante otro hombre que rechazaba ser grabado en referencia a la nueva regidora. «¿De qué tiene que tener cuidado la alcaldesa?», le preguntó ABC sin obtener respuesta.

A sólo unos metros, Eugenia Moreno Oropesa, la primera edil explicaba que no tiene miedo a las amenazas. Ayer era una de las mujeres más buscadas de España y una cola de periodistas esperaba para hablar con ella. Sin embargo la alcaldesa, que pondrá los hechos en conocimiento de la Fiscalía, lo dejó muy claro: «El que me quiera hacer algo, el sabrá» . La primera edil confirmaba que ha encargado un auditoria para cuantificar la deuda heredada del anterior equipo de gobierno. Según sus primeros cálculos, el déficit asciende a treinta millones de euros. De ellos 15 millones en pagos a la Seguridad Social.

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